La NFL en Madrid, Madrid en la NFL

Entre 1907 y 1913, cerca de diez mil españoles emigraron a las islas hawaianas, en uno de los capítulos más interesantes y desconocidos de la historia de la diáspora española en Estados Unidos. Los dueños de las plantaciones de caña de azúcar en Hawái (recientemente anexionadas por Estados Unidos) buscaban estabilizar la mano de obra de este territorio recién adquirido en el Pacífico, por lo que buscaron lugares donde la caña de azúcar era cultivada por personas de ascendencia europea: las Azores, Madeira, Puerto Rico y el sur de España (principalmente las provincias de Málaga y Granada). Implementaron una vasta campaña de reclutamiento que terminó atrayendo a emigrantes de toda la península, no solo de Andalucía.

Lo que se repartía en aquellos tiempos para buscar emigración a Hawaii

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Los emigrantes que comenzaron todo

En 1914, Lucio y Julia, dos madrileños muy humildes, decidieron emigrar a Hawái sin saber muy bien que les depararía el futuro. No se conocían, pero tuvieron cincuenta largos días de travesía por el océano para hacerlo, enamorarse y finalmente casarse. En la Isla de Kauai, la más antigua y una de las más grandes de Hawái. Lucio trabajó como cocinero y Julia haciendo las tareas domésticas de una familia adinerada. Fueron padres de un niño al que llamaron “Luis”.

La gran mayoría de los españoles que emigraron a Hawái acabarían volviéndolo a hacer a California. Lucio Morales y Julia no fueron una excepción. Al finalizar la Primera Guerra Mundial llegó su turno. Lucio trabajó recogiendo cosechas en Santa Rosa y Fresno, para finalmente mudarse a San Francisco, al distrito de Potrero. Allí aprendió a leer planos y pudo ganarse la vida trabajando en una fundición. En cambio, Julia tuvo que dedicarse al cuidado de la familia, que pronto fue muy numerosa. La segunda incorporación a la familia fue Josephine, seguida de Gonzalo, Valerie, Laura y Thomas.

Pero el que nos ocupa hoy es Gonzalo Morales. Nació en junio de 1922 con un fantástico pelo negro y fuerte como un toro.

Comenzó su educación en la escuela Daniel Webster de Everett y continuó en la preparatoria Mission. Desde bien pequeño, se ganaba unos centavos vendiendo el periódico San Francisco Call Bulletin y a los 12 años, las habilidades deportivas de Gonzalo comenzaron a desarrollarse. Aprendió los fundamentos del fútbol americano en el parque infantil Jackson y jugando touch tackle con los niños del vecindario en un terreno baldío junto a su casa.

Comienza el potencial

Gonzie era conocido como «Bill», en honor a Buffalo Bill, su héroe favorito. Respondía solo como «Bill» y hasta el día de su fallecimiento su familia inmediata lo llamó «Bill». Fue durante sus años de preparatoria, 1939-41, que adquirió su apodo deportivo «Gonzie«.

En el instituto practicó fútbol americano y atletismo. También fue miembro del sólido equipo de remo de Mission High. El anuario de Mission de 1941 decía: «Morales heaves shot put to win titles». Ese mismo año, terminó segundo en lanzamiento de disco de la ciudad. Pero el fútbol americano era su deporte. Podía correr, patear, pasar, bloquear y defender. Morales era el jugador perfecto. En su último año, Gonzie fue el capitán del equipo, y fue merecedor de la mención All-City. Los periodistas deportivos de la época le otorgaron a Gonzie el prestigioso premio al mejor jugador de fútbol americano de preparatoria del norte de California.

Los inicios en College

Gonzie se graduó en Mission en junio de 1941. Cuatro universidades le ofrecieron becas para jugar football. Tenía la opción de ir a Cal Berkeley, Santa Clara, St Mary’s o la Universidad de San Francisco. El padre Moss era capellán en St. Mary’s y convenció a la madre de Gonzie de que St. Mary’s era la universidad a la que su hijo debía asistir. En junio de 1941 se matriculó en St. Mary’s.

Gonzie jugaba en el equipo de primer año de St. Mary’s y cumplió con las expectativas de todos, lo que resultó en una temporada ganadora. El entrenador Red Strader esperaba con ilusión la temporada de 1942, ya que Morales estaría en el equipo universitario. St. Mary’s jugó contra la Universidad de California en Berkeley. ¡Había 88.000 aficionados allí! Gonzie jugó un partido excepcional, ganando 98 yardas desde la línea de golpeo. St. Mary’s venció a California por 7-0.

El football durante la Gran Guerra

La Segunda Guerra Mundial arrasó con la vida cotidiana en los EEUU, y en 1943 Gonzalo se alistó en la Guardia Costera de los Estados Unidos. Recibió su entrenamiento en la base de la Guardia Costera en Alameda. Su solicitud de servir en el extranjero fue denegada, pero jugar fútbol americano para Joe Verducci y la Guardia Costera sería un factor clave para levantar la moral de Gonzalo y del resto de militares. ¡Lo aprovechó al máximo! Los equipos de servicio estaban compuestos por los mejores jugadores universitarios y All American de las distintas universidades.

El equipo de fútbol americano Alameda Coast Guard Sea Lions de 1943 representó a la estación de la Guardia Costera de Alameda durante la temporada de fútbol americano universitario. El equipo tuvo un récord de 4-2-1. El teniente Joe Verducci fue el entrenador y George Arabian el entrenador asistente. Las dos derrotas del equipo fueron contra equipos que terminaron la temporada clasificados entre los 20 mejores.

Dos jugadores de Alameda fueron nombrados por los editores deportivos de la Costa del Pacífico para el equipo de fútbol americano All-Coast de 1943. Quentin Greenough recibió el primer equipo y nuestro Gonzalo Morales el segundo.

 

Su último partido como miembro de las fuerzas armadas fue el partido Este-Oeste Shriners para niños discapacitados en enero de 1945.

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Regreso a St Mary’s

Con el fin de la guerra, suspendieron el fútbol americano. Morales, con el rango de suboficial, permaneció en la base como jefe de escuadrón. Finalmente, fue enviado a Morro Bay para vigilar el equipo militar que estaba siendo dado de baja. A punto de recibir su baja, fue enviado a Fort Point, justo debajo del puente Golden Gate. Recibió su baja en la Base de la Guardia Costera de San Francisco, en Bay & Powell, en la primavera de 1946. Regresó a St. Mary’s a tiempo para la temporada de fútbol americano de otoño. Jim Phelan era ahora su entrenador de fútbol americano. Herman Wedeymeyer y Gonzalo fueron muy publicitados durante la guerra, y el equipo se hizo conocido como «Whiz Kids». Fueron la base de una temporada ganadora. La universidad se hizo famosa en todo el estado gracias a la publicidad que Morales y Wedeymeyer recibieron como posibles All Americans. Esto llevó a que St. Mary’s recibiera una invitación para jugar contra Georgia Tech en el Oil Bowl de Houston.

El paso al profesional

Gonzie sacrificó su último año en St. Mary’s para jugar fútbol americano profesional. Y sería, nada más y nada menos, que en los Pittsburgh Steelers. Un chico de padres madrileños jugaría en la NFL.

Ya en 1945, fue elegido en el draft por los Philadelphia Eagles, en la séptima ronda, en la 63ª selección global. Pero en aquella ocasión, no quiso enrolarse en el football profesional. En aquellos años, no era un futuro muy prometedor y estaba en mitad de sus estudios. Curiosamente, Philadelphia también seleccionaron en el draft a J.J. Arcega-Whiteside, el primer y único español elegido en el draft.

Para la temporada de 1947, la estrella del equipo de Pittsburgh, Bill Dudley, fue traspasado a Detroit, dejando al equipo sin ningún jugador estelar. Tal fue así, que el equipo de Pittsburgh fue apodado “Starless Steelers”. Y acabaron reforzándose con jugadores como Gonzie.

Abriendo camino para los Steelers

Jock Sutherland, usó a Gonzalo de todas las maneras posibles. En aquellos años, los jugadores de football hacían de todo, y “Gonzie” era realmente bueno en varias facetas del juego.

En noviembre de 2025, la NFL visitará Madrid por primera vez en su historia. Y en noviembre de 1947, hace casi ochenta años, un chico con sangre madrileña lanzó un pase perfecto de 15 yardas a Val Jansante, ante 34.142 espectadores en Wrigley Field, para anotar un touchdown de pase, jugando como quarterback titular, frente a los todopoderosos Bears de George Halas.

 

Todo parecía en contra y sin embargo, el entrenador Jock Sutherland logró la hazaña de un récord de 8-4, el segundo mejor récord de la liga ese año. Tenía la división Este prácticamente ganada, pero dos derrotas al final de la temporada forzaron un partido de desempate contra los Eagles.  Se trató de la primera aparición del equipo en playoffs, desde su nacimiento en 1933.

Ellos no lo sabían, pero estaban haciendo historia para los Steelers. La temporada de 1947 es considerada la mejor de la historia de la franquicia antes de la era de Chuck Noll.

Finalmente perderían 21-0 frente a los Philadelphia Eagles, pero la afición y el staff sintieron que se había conseguido más de lo esperado y tenían unas ganas enormes de comenzar la próxima temporada.

 

El retiro y la vida después del football

Para la temporada de 1948, Gonzalo Morales volvió al equipo, que había hecho la mejor temporada de su historia. Una franquicia que tendría que esperar 25 años para volver a un partido de playoffs en 1972.

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No fue un año fácil para nadie en Pittsburgh, tras la repentina muerte durante el verano del entrenador Sutherland.

Bajo el mando del nuevo entrenador, Gonzalo inició la temporada como había acabado la anterior, pero una lesión en la rodilla, hizo que Gonzalo se trasladara a San Francisco a trabajar en el negocio de su hermano Luis, que se dedicaba a las flores. Ya no volvería para acabar la temporada y decidió retirarse del Football definitivamente.

Más tarde, en 1950 entró a formar parte de la policía de San Francisco, donde ejerció como oficial de Policía durante 27 años.

Gonzalo Morales, jugador de los míticos Steelers de 1947, nos dejaría en 2002, tras ser incluido en el salón de la fama de Mission High y St. Mary’s.

 

Honor a quien honor merece

Pero antes de su fallecimiento, en 2001, tuvo ocasión de volver a pisar el césped en el estadio de los Pittsburgh Steelers. Sería en el Heinz Field, en lugar del Forbes Field. En un sentido homenaje de la franquicia a su primer equipo de playoffs, al que acudieron los catorce supervivientes, y donde fueron aclamados por la Steelers Nation.

Un visiblemente emocionado Gonzalo, nos dejó estas palabras:

De vez en cuando, alguien se quedaba corto, y el señor Rooney (Art) le daba dinero por adelantadoMe gustaba correr más que nada, pero todos hicimos muchas cosas diferentes esos días, no creo que los jugadores de ahora pudieran hacerlo, jugar en ambos sentidos, y ni siquiera teníamos máscara, llegaron un par de años después, nunca se nos ocurrió usarlas”.

En el Museo del Hall of Fame de Canton, hay una lista con los primeros jugadores hispanos de la NFL. Y Gonzalo está entre los diez primeros de dicha lista. Una lista que encabeza “Lou” Molinet, y en la que le siguen los hermanos Rodriguez. Todos ellos, de padres españoles, como los madrileños padres de Gonzalo Morales.

Todo el mundo sabe que la NFL aterrizará en Madrid, pero muy pocos sabíamos que Madrid ya aterrizó en la NFL, en la figura de Gonzalo Morales.

 

Sergio José Moreno Cebrián (@cortinadeacero)

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