«Kids, fiction is the truth inside the lie, and the truth of this fiction is simple enough: the magic exists»
Stephen King
El cine, la vida
Tom Baxter, de los Baxter de Chicago, saliendo de la pantalla para conocer a Cecilia es uno de los mejores momentos de la historia del cine. Queda claro que, función tras función, se ha establecido entre ellos una especie de mágico vínculo parecido al amor. Pero Tom en el mundo real funciona a trompicones. Es demasiado perfecto, nadie quiere eso. Como todas las relaciones de pareja, mientras no conozcas las zonas ocultas del contrario es imposible saber si la cosa funciona. Al final, Cecilia debe escoger entre un romance ficticio con una persona de verdad y un amor auténtico con un personaje de ficción. Tiene que decidir entre ser real y ser feliz. Lo mismo parece ocurrir con Cam Newton y Javi Poves, dos ex deportistas de rabiosa y absurda actualidad estos días. Y que están más conectados entre sí de lo que a priori pudiéramos sospechar.

2011 en el recuerdo
Poves, otrora central de envergadura y buenas maneras, renuncia al coche que cierto concesionario de la ciudad regala a todos los jugadores del Real Sporting de Gijón. Abominando del fútbol moderno, del capitalismo y de la sociedad de consumo, se retira. Es el año 2011, Javi tiene 25 primaveras y ha tomado una decisión que marcará para siempre su futuro. Casi a la vez, al otro lado del charco, Cam Newton es «drafteado» por los Carolina Panthers (Oh Capitán, mi Capitán) empezando así uno de los periodos de mayor éxito de la franquicia. Cuatro apariciones seguidas en los playoff y tres títulos de división, cuyo momento álgido es la Super Bowl 50 contra los Denver Broncos de Peyton Manning. Javi Poves Javi Poves Javi Poves Javi Poves Javi Poves Javi Poves Javi Poves Javi Poves

Allí, a 4 minutos del final, en un 3&9 con 16-10 abajo en el marcador, tiene lugar la jugada que definirá para siempre la carrera de Cam Newton. La línea ofensiva de Carolina ha estado flaqueando durante todo el partido. Ha permitido 6 sacks y otro fumble que termina en un touchdown de la defensa de Denver. Von Miller entra otra vez como cuchillo en mantequilla y, desde atrás, golpea en el brazo de Cam Newton antes de que éste lo proyecte hacia adelante y lance el ovoide. Tenemos pelota viva. En el revuelo subsiguiente, con las bestias de Broncos lanzándose al verde, el 1 de Panthers toma su propia decisión y no sólo no intenta recuperar el balón. Se aparta de la jugada: ha decidido primar su carrera sobre su equipo. Denver se hace con la posesión, se planta en la yarda cuatro y el resto es historia.
Después de muchos años de idas y venidas, penando por la vida y por el deporte, Cam y Javi, Javi y Cam son noticia estas semanas por sus declaraciones. En plena involución ontológica, deshacen el camino de Tom Baxter y lo invierten. Pasan de la butaca a la pantalla. Desparece la persona y nace el personaje. Buscan la polémica por encima de todas las cosas. Cuando tus palabras son más reconocibles que tus actos es tiempo de reflexionar.
Uno, el local, máximo exponente patrio del terraplanismo. Aprovecha las ruedas de prensa del equipo que entrena para generar controversias y provocar debates estériles. El otro, ataviado con sus estrafalarios abrigos y sus extravagantes sombreros, usa cada micrófono para provocar y hurgar en la herida. Conocedor de que solo los diferentes destacan, sabedor que es preferible que hablen de ti aunque sea para odiarte. Lo penúltimo: declarar que no cambiaría su galardón de MVP de la temporada 2015 por un anillo de campeón.
«Prefiero- dice Cam- ser recordado por el impacto de mi trabajo que ganar un campeonato. Brad Johnson tiene un anillo, Trent Dilfer tiene un anillo, hasta Nick Foles tiene un anillo. Sé que no es una opinión popular- recalca- pero no pretendo ser popular. Yo hice mi trabajo y me premiaron por ello». De manera velada, soterrada y sibilina viene a negar lo que todos vimos aquella tarde en Santa Clara, que su egoísmo fue el último clavo en el ataúd de Carolina, acaso el más grueso. En otro medio, días más tarde, aprovecha Newton la entrevista para atizarle a Jalen Hurts (y de paso a toda la NFC) convirtiendo al Quarterback de los Eagles en un jugador gris y anodino, uno del montón.
Show me the money
De momento Hurts ha hecho lo que Newton no pudo: perder una Super Bowl y volver para jugarla, todo en el plazo de 3 años, pero este tipo de gente sin escrúpulos, como Cam, como Javi, funciona así: abrazando la mentira descabellada con estulticia y fruición van moldeando el personaje de ficción que les ha de dar de comer. Al contrario que Baxter, que abandona la fantasía por amor, ellos son de los que huyen de la realidad en busca de la pasta, de los que toman el dinero y corren.
Pablo López | @jucort365