Resaca del Carrusel de Head Coaches en College: Notre Dame

No lo podemos negar, hemos vivido un final de otoño y principios de invierno verdaderamente emocionantes en College Football, y esta vez no sólo ha sido por comprobar qué equipos cumplirían con los requisitos de elegibilidad para disputar una Bowl. Tampoco por quiénes disputarían las finales de cada conferencia o ver qué “big dogs” se quedarían fuera del Playoff. Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel Carrusel 

 

No, esta vez el “salseo” se ha producido tanto en la banda como en los despachos de universidades centenarias, donde en el plazo de unas pocas semanas se ha puesto patas arriba el Statu Quo del fútbol americano colegial. Nos referimos, evidentemente, al carrusel de entrenadores de este 2021.

Al igual que sucede en la Free Agency de la MLB o NFL, generalmente hay un movimiento que desencadena la caída constante e incontrolada de fichas, como en un juego de dominó. En este caso, podemos encontrar la génesis del proceso del que hemos sido testigos en la marcha de Clay Helton de USC.

Sin embargo, cuando allá por mediados de septiembre los Trojans decidían prescindir de su head coach, pocos presagiaban la tempestad que se desataría menos apenas dos meses y medio después.

En la medida de lo posible, a lo largo de una serie de artículos vamos a intentar dar respuesta desde Spanish Bowl a algunos interrogantes que hay detrás de los cambios de silla más sonados. Hoy empezaremos analizando lo ocurrido en el programa más polarizador del College; es decir, Notre Dame.

 

Marcus Freeman-ndinsider.com

 

Brian Kelly ? Out, Marcus Freeman ? In

Probablemente ha sido uno de los movimientos más inesperados, no tanto debido a los protagonistas involucrados, sino por el timing escogido. 

Recordemos que la llegada de Brian Kelly a Notre Dame en 2010 supuso un cambio de rumbo en el programa, invirtiendo la tendencia descendiente de principios de los años 2000s, donde desde el punto de vista de rendimiento deportivo, los Fighting Irish habían alcanzado uno de los puntos más bajos de su historia. 

 

Brian Kelly-bleacherreport.com

 

A lo largo de este periodo de 12 años, Notre Dame se ha convertido en un habitual de ese segundo escalón por detrás de Alabama, Georgia u Ohio State (y en contadas ocasiones LSU o Florida). Asimismo, desde la relativamente reciente aparición del Playoff, ha sido un perenne candidato a clasificarse, e incluso lográndolo en 2018 y 2020. 

Sin embargo, ambas participaciones acabaron en derrotas abultadas, la primera por 30-3 frente a la Clemson de Trevor Lawrence, y la segunda por 31-14 frente a la Alabama del ganador del Heisman DeVonta Smith y Mac Jones.

Es por ello por lo que los Irish son conscientes de que el salto competitivo entre ND y los programas dominantes de la SEC (junto con Ohio State) es más que evidente, y lo que es peor, no es fácilmente reducible. 

Los problemas de reclutamiento, no sólo los referentes al estándar académico, sino también a realidad geográfica en la que se encuentra Notre Dame (South Bend, Indiana), hacen que, si bien la clasificación para el Playoff pueda ser factible, competir en el mismo se antoja muy improbable.

Brian Kelly en reiteradas ocasiones ha hecho referencia a este aspecto de forma más o menos velada, dando a entender que de alguna manera los Irish ya habían alcanzado su techo competitivo. En definitiva, de una forma tácita admitía que no era realista competir por el título nacional en la actual coyuntura. 

Por otra parte, tenemos a Marcus Freeman, antiguo linebacker de los Buckeyes, quien antes de ser reclutado por parte de Notre Dame como coordinador defensivo, desempeñó el mismo puesto bajo las órdenes de Luke Fickell en Cincinnatti

En 2020 obtuvo el galardón de mejor defensive coordinator de la NCAA, y a pesar de su juventud, su nombre sonaba como sustituto de Fickell en el supuesto de que este último diera el salto a un programa de mayor envergadura dentro de una Power 5

 

Luke Fickell, head coach de los Cincinnati Bearcats-cbssports.com

 

A veces el destino es caprichoso, ya que merece la pena recordar que Kelly también recaló en South Bend procedente de los Bearcats, y que durante los últimos años se ha hablado muy seriamente de que Fickell (devoto católico) se convirtiera en el sucesor de Kelly en el medio plazo.

La secuencia lógica que más de uno podía tener en mente a mediados de la temporada 2020 es que Fickell fuera el sucesor de Kelly, y Marcus Freeman hiciera lo propio con Fickell en Cincinnati. No obstante, esta idea se empezó a desvanecer el momento en que Freeman recibió la llamada desde Indiana y aceptó la propuesta de convertirse en DC para 2021. 

Ya a comienzos de la pasada campaña, a Brian Kelly se le preguntó acerca de la posibilidad de que Freeman pudiera sucederle en el cargo una vez que se produjese su marcha de Notre Dame, y éste dejó entrever que el elegido sería el coordinador afroamericano.

Bastantes personas estrechamente relacionadas con Notre Dame, como en el caso de Pete Sampson, veían una estrategia clara por parte de la universidad en la que Freeman tomaría las riendas de los Fighting Irish en un plazo de dos o tres años. Pero tal y como hemos mencionado, todo se precipitó.

El detonante no fue otro que la llamada de LSU a Brian Kelly, ofreciéndole convertirse durante 10 años en head coach de los Tigers, con un contrato cercano a los 10 millones de dólares anuales; es decir, al nivel de Nick Saban. Además, desde la óptica del preparador irlandés, se le ofrecía la oportunidad de competir mano a mano con los programas más potentes del FBS.

Recordemos que los 3 últimos entrenadores en jefe de LSU han conseguido el título Nacional, Nick Saban en 2003, Les Miles en 2007 y Ed Orgeron en 2019. Aunque es cierto que este último principalmente por el buen hacer de sus asistentes Steve Ensminger (OC) y Dave Aranda (DC), y la magia de Joe Burrow.

 

Joe Burrow celebrando el título nacional con LSU-cbssports.com

 

En resumen, que Brian Kelly decidió cambiar de aires y de alguna cosa más, como su acento de Massachusetts por otro un poco más rótico:

 

¿Qué puede ofrecer Freeman con respecto a Brian Kelly?

Después de este pequeño viaje al bayou, volvamos al frío norte, a Notre Dame. En esa situación, con Kelly marchándose antes de terminar la temporada de los Irish, ¿qué opciones tenía Notre Dame a su alcance para sustituirle? Francamente, la opción más sencilla era ascender a Freeman

De hecho, tal y como hemos comentado, era la estrategia definida por la universidad, solo que el momento había llegado antes de tiempo. Aparte de bromas de mal gusto como la de proponer a Urban Mayer, el ir a por alguien como Fickell no era inmediato, ya que habría que esperar hasta finalizar la temporada, y supondría el pasar por un periodo de transición.

 

Urban Meyer durante su estancia en Notre Dame- barstoolbets.com.com

 

Con Freeman no había ese tipo de problemas, ya que la adaptación ya estaba hecha. Además, alguien con su reputación después de la pasada temporada, era más probable que prefiriera seguir a Kelly a un programa como LSU, o aceptar un puesto de head coach en otra universidad de menor entidad. Si querían retenerle, tenían que ofrecerle el puesto.

Llegados a este punto, es lícito hacernos una serie de preguntas, ¿está preparado Marcus Freeman para el reto de guiar a Notre Dame al siguiente nivel? ¿En qué aspectos puede suponer su ascenso un upgrade y en cuál un ligero paso atrás? Vayamos respondiendo por partes.

Respecto al estar preparado para el puesto, las principales dudas vienen relacionadas por su juventud, algo que no necesariamente tiene por qué estar ligado a experiencia. Ha demostrado que es muy capaz de dar el nivel necesario tanto en Cicinnatti como en Notre Dame en el aspecto técnico y táctico. Ahora bien, muchas veces la virtud más necesaria y escasa en un HC es la de ser un buen gestor de grupo. 

Partiendo de la base de cómo fue recibida su noticia dentro del vestuario de los Irish, (el siguiente vídeo es muy ilustrativo) y al hecho de que alguien como Tommy Rees (actual OC de Notre Dame) haya preferido quedarse bajo sus órdenes que irse con Kelly, es razonable pensar que estamos delante de alguien con capacidad de liderazgo. 

 

 

En otro orden de cosas, de acuerdo con declaraciones por parte de jugadores e insiders, Freeman ha sido capaz de mostraste como un hábil recruiter, sabiendo conectar con chicos que se encuentran en mitad de la adolescencia, con los que alguien como Kelly pueda estar más distante, mental y generacionalmente hablando. En esto Freeman también puede considerarse un claro upgrade.

¿Será solamente esto suficiente para que Notre Dame rompa su techo? Lo más probable es que no lo sea, pero sí es necesario e imprescindible para logarlo. El objetivo debe ser el poder disponer de los mejores jugadores que cumplan los requisitos académicos de la universidad, y para ello es necesario establecer una relación de compromiso dentro y fuera del campo. En este aspecto, Freeman tiene unas aptitudes superiores a su predecesor en el cargo.

 

Conclusión

En resumen, aunque el tiempo será el que ponga a cada uno en su sitio, y partiendo del respeto hacia el trabajo de Brian Kelly estos últimos años, Marcus Freeman es la apuesta que debía de hacer Notre Dame de cara a convertirse en un verdadero contender, tiene el potencial necesario para convertirse en alguien muy especial para los Notre Dame Fighting Irish.

@JoltinLarri

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