Mayoría de Edad de los Buffalo Bills

La mayoría de edad está a la vuelta de la esquina para los Buffalo Bills. La franquicia de Orchard Park ha pasado una infancia y adolescencia altamente traumáticas para los fans y se encuentra ad portas de cumplir 18 años sin poder pasar a playoffs. Vamos a resumir un poco de esta vida de la #billsmafia en estos largos 17 años en una serie de artículos. Empezamos por una primera parte… de 2000 a 2003

 

El nacimiento: Music City Miracle

Esta pesadilla nació el 8 de enero de 2000, junto con el nuevo siglo, en el entonces llamado Adelphia Coliseum. En la agonía del playoff de Wild Card, y luego que los Bills se pusieran en ventaja, el kick del eficiente Steve Christie llegó a manos de Lorenzo Neal, quién lo entregó rápidamente a Frank Wycheck. El Tight End hizo un lanzamiento lateral – cual Quarterback – a Kevin Dyson, el que devolvió 75 yardas el ovoide para concretar la remontada y eliminar a los Bills de los Playoffs. No voy a entrar en la polémica sin sentido si el pase fue lateral o hacia adelante. Después de ver cincuenta veces la jugada, me queda claro que fue una jugada en regla.

Y bueno, Jeff Fisher le ganó la jugada a Wade Phillips. Ninguno de ambos sabía que estaban dando a luz a una de los peores engendros que la NFL ha visto nacer en toda su historia.

Parto – The Music City Miracle – Foto: titansonline.com

 

La Primera Infancia: La salida de Phillips y la era Gregg Williams (2000-2003)

La temporada 2000 encuentra a los Bills sin tres de sus grandes estrellas, que los llevaron a Playoffs en 10 de las últimas 12 temporadas previas. Andre Reed, Thurman Thomas y Bruce Smith, tres futuros Hall of Famers fueron invitados a tomar un camino diferente al proyecto de Phillips.

El equipo quedó en el 4to lugar de la antigua división Este, esa que tenía a los Colts en las standings, con récord de 8-8. Sería la última temporada en que los Bills terminarían por sobre los Patriots. El equipo comenzó la temporada con un registro de 2 triunfos, el primero de los cuales fue contra los mismos verdugos de los Playoffs, los Titans. Un gol de campo de Steve Christie, con 31 segundos en el reloj, sentenció una amarga venganza. No habría otro retorno.

El equipo sería comandado por el ahora titular indiscutido, Rob Johnson. Flutie calentaba la banca y Johnson había sido el protagonista del Music City Miracle, en una aún controvertida decisión de Wade Phillips, a instancia del antiguo dueño, Ralph Wilson. El QB encuentra un buen ritmo, llegando a conseguir un registro de 7-4, que los encaminaba a playoffs.

Finalmente, 4 derrotas seguidas (tres en la división), dejarían el registro en un 7-8 que sólo se igualó en una paliza que le dieron a los Seahawks en el Husky Stadium, en el que sería el último partido de Doug Flutie como Bill, con un QB rating perfecto de 158,3. También sería el último partido de Wade Phillips. Phillips fue despedido por negarse a despedir al coach de Equipos Especiales, Ronnie Jones, responsable de la pésima temporada de ese departamento en 2001. Phillips tendría que esperar hasta 2007 para conseguir otro puesto de Head Coach, en Dallas.

En 2001, a instancias del nuevo y octavo GM de la franquicia, Tom Donahoe, se confirmó la llegada de Gregg Williams, el ex Coordinador Defensivo de los…. Titans, como nuevo Head Coach de los Bills. Williams llegó por haber perdido un Super Bowl y por perder el Divisional el año previo, como coordinador defensivo, en esta tradicional transición Coordinador-Head Coach que hemos visto tan frecuentemente en esta liga. El antiguo GM, John Butler, cambió la fría Buffalo por la cálida San Diego y se llevó dos pilares defensivos, el DE Marcellus Wiley y el LB John Holecek.

En el draft, se reforzaron con 3 jugadores que darían años decentes como profesionales. Nate Clements, el CB, quién se destacó con 3 intercepciones (líder del equipo),  3 fumbles forzados y un retorno de punt para TD. Sería el primero de sus años como pilar de la secundaria de la Manada. Travis Henry, el running back, tuvo una destacada función como running back número 1. Asumió el liderazgo en el juego de carrera, luego de un irregular año 2000 de Antowain Smith, quién finamente recaló en los Patriots de Belichick…. para llevarse 2 Super Bowls. Como pueden ver, Chris Hogan no ha sido la única aportación Bill a la dinastía de los Patriots. El ala defensiva Aaron Schobel, llegó como 3er pick en la segunda ronda, para cubrir la compleja ausencia de Wiley. Con 6,5 capturas de mariscal, fue el mejor del equipo.

El comando del equipo finalmente estuvo en 2 manos. Rob Johnson comenzó la temporada en los controles, pero las lesiones lo limitaron a 8 titularidades y un record de 1-7. La temporada fue concluida por Alex Van Pelt, quién registró un 2-6, para cerrar una nefasta temporada de 3-13.

El juego defensivo era una de las grandes apuestas de Gregg Williams. Pero fueron solo promesas. El personal no sólo se vio debilitado por las partidas de Holecek y Wiley, también partieron Ted Washington, Sam Rogers, y Henry Jones, todos despedidos por Tom Donahoe. 26,3 puntos recibidos (lugar 29 de 31) fueron el número fatal de la campaña. El resumen de la ofensiva fue nefasto. Apenas 16,6 puntos por partido, los ubicaron entre los 5 peores de la liga. Si bien el cuerpo de receptores contaba con figuras como Peerless Price y Eric Moulds, quienes bordearon las 900 yardas, el destacado fue el Fullback Larry Centers. El veterano de 33 años se destapó con 80 recepciones y algo más de 600 yardas, que lo llevaron al último de los 3 Pro Bowls de su carrera.

Pero en definitiva, estos esfuerzos individuales no ayudaron a compensar las que, a mi gusto, fueron la peores estadísticas del año: -14 en el diferencial de turnovers,  +30 en el diferencial de penalidades y un -15% en el porcentaje de Drives con anotación.

Gregg Williams – Foto: blacksportsonline.com

La llegada de la temporada 2002 recibió con nuevos ánimos a los Bills, a través de una incorporación de lujo. Drew Bledsoe, con 30 años y un anillo de Super Bowl, llegaría el 22 de Abril desde New England, equipo que intentaba traspasarlo desesperadamente luego del increíble triunfo de su reserva, Tom Brady, en el Super Bowl XXXVI. Los Patriots recibirían el pick de primera ronda de los Bills en 2013.

El draft fue un completo desastre, y muy mal aprovechado, considerando que se contaba con el pick 4. En esa ubicación llegaría el tackle de Texas Mike Williams, uno de los máximos busts de la historia de la franquicia. Josh Reed llegó desde LSU para ser uno más en el reparto, pero nunca tuvo números dignos de un WR1.

Los números ofensivos tuvieron una mejora inmediata. Drew Bledsoe se encargó de reescribir los libros de Récords de la franquicia, incluyendo pases completos, intentos y yardas aéreas, récords que aún siguen vigentes. También rompió un registro individual, pasando 462 yardas frente a los Vikings en la semana 2. Lamentablemente, su falta de movilidad contribuyó a recibir sobre 50 capturas y, luego de comenzar con un 5-3 que alimentó las ilusiones de un retorno a Playoffs, finalmente terminó la temporada con un triste 8-8.

En el juego de carrera, Travis Henry tuvo una temporada consagratoria con 1438 yardas y 13 TD, pero los números se ensombrecieron con 11 fumbles, 8 perdidos. Ningún otro jugador se acercó siquiera a las 100 yardas en la temporada. Por el lado aéreo, Peerless Price y Eric Moulds aumentaron proporcionalmente sus esfuerzos y superaron las 1200 yardas cada uno. El registro de 2 WR con más de 1000 yardas aéreas en la temporada no se ha repetido más en la historia de la franquicia. Y el dúo jamás se repetiría. Price se iría a los Falcons.

En defensa, nuevamente dentro de los 5 peores en la liga. Una deuda eterna que contrajo Williams con la franquicia. Aaron Schobel subió su producción de 6,5 a 8,5 sacks. En el cuerpo de LBs, el mejor fue London Fletcher, quién rozó la centena, batiendo un récord de franquicia. Fletcher, quién llegaría vía agencia libre, fue el líder por todo el ancho de la cancha. Sería la primera de las 5 temporadas muy destacadas que tuvo en Buffalo. Asistencia completa y siempre bordeando los 100 tackles. La falta de talento alrededor, fue una de las causales de la baja evaluación del departamento. La secundaria logró un gran nivel, y los números lo respaldan. El tándem Winfield-Clements en las esquinas tuvo un alto nivel, sobre todo Clements, quién consiguió 6 intercepciones.

A pesar de la caída al final, un prometedor rendimiento que debería llevar al equipo a Playoffs en 2003.

Pero no sucedió nada de lo que se esperaba. La primera infancia de este pequeño ser llamado Buffalo Bills sin Playoffs terminaría con un decepcionante 6-10. En el draft, se consiguió el concurso de Willis McGahee, quién superó las 3300 yardas en las 3 temporadas que jugó en Orchard Park. Pero no jugaría en 2003 por una cirugía reconstructiva en su rodilla. Del resto, muy poquito.

Lo de Bledsoe, fue una caída libre. Tuvo más intercepciones que touchdowns, y 9 fumbles perdidos. Un rendimiento muy bajo, poca precisión y mucha lentitud fueron detalles muy marcados en la campaña. Travis Henry seguiría con un gran trabajo. 1356 yardas en 15 partidos, junto con 11 TDs, fueron su aporte a la campaña. En el juego aéreo, se acabaron las 1000 yardas. Eric Moulds, ahora acompañado por Josh Reed y Bobby Shaw, apenas se acercó a las 800 yardas en los 13 partidos que jugó. Es verdad que los receptores no colaboraron mucho con Bledsoe. Y la línea ofensiva no funcionó. Ruben Brown tuvo su peor campaña en Western New York.

En defensa, por fin una defensiva top 5 en puntos. Aaron Schoebel superó la barrera de los 10 sacks. Pat Williams y Sam Adams fueron acompañantes de nivel en la 4-3 de Jerry Gray. Como ya comentamos, London Fletcher mejoró su ya excelente nivel y tuvo un gran socio llegado desde los Browns: Takeo Spikes. La secundaria siguió con un rendimiento estupendo, pero ese gran playmaker llamado Nate Clements se quedaría solo en 2004. Antoine Winfield partiría a los Vikings.

Sería el último año de Gregg Williams y del coordinador ofensivo Kevin Gilbride. La insubordinación total de Gilbride y el escaso control de Williams serían los causantes de su caída. Donahoe tendría que seguir su proyecto con un nuevo mandamás: Mike Mularkey.

Un abrazo a todos!

@chonet

@BuffaloBillsCL

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