Contra todo pronóstico, la reunión en la que los Jones y Mike McCarthy debían plasmar un acuerdo de renovación acabó en una ruptura definitiva y puso fin a la era McCarthy al frente de los boys. Nunca se filtró el motivo de la discrepancia pero, es posible, que el bueno de McCarthy sacará su orgullo y no aceptara volver a plegarse ante las imposiciones de Jerry Jones. Especulaciones, muchas. Se comenta que el problema fue la duración del contrato o la supuesta imposición de Jason Witten como miembro del staff. Quién sabe…
Lo cierto es que la ensalada de nombres para dirigir a la franquicia más rica pero menos codiciada de la liga era de perfil muy bajo. Enseguida salieron de la lista los coordinadores de los Lions. Quizás ni siquiera fueron nunca una opción real. Y los posibles candidatos se redujeron a Kellen Moore, Robert Saleh, Leslie Frazier y el dark horse, Brian Schottenheimer.
Los que conocemos a los Jones sabemos que nunca nadie de fuera de su entorno ocupará un cargo significativo en la franquicia pero, al menos, nos deleitábamos con un Deion Sanders. Sinceramente, ya no por el talento sino, al menos, por el espectáculo. Vamos con lo que nos ocupa. Saber más de, conociendo a Brian Schottenheimer.
El inesperado HC de los Dallas Cowboys
Brian Schottenheimer pasó la primera y la segunda entrevista y los Jones decidieron bendecirlo sin necesidad de recibir o hablar con nadie más. En su presentación en sociedad, Schottenheimer era como el yerno perfecto de un suegro rico, quizás no tenga mucho talento, quizás haya demostrado poco en la vida pero viene de buena familia y el chico parece majo.
En el fondo, Brian Schottenheimer no ha hecho ningún mérito para estar al frente de ninguna franquicia NFL. Ni en su dilatada biografía como entrenador ni en su breve etapa como coordinador ofensivo de los Cowboys. Llegó al equipo cuando McCarthy decidió defenestrar a Moore y traer a alguien de perfil bajo porque sería el propio McCarthy el encargado de mandar las jugadas.

Puede ser que haya tenido un papel importante en la sombra, trabajando con Prescott o en la realización del playbook. Sin embargo, la ofensiva de los Cowboys no ha destacado especialmente en estos últimos dos años. La temporada pasada, Dallas estuvo bien en partidos contra rivales mucho más débiles, pero fue incapaz de competir contra equipos de entidad y, seguramente, las veces que lo hizo fue más mérito de Dan Quinn que de Schottenheimer.
El playbook del año pasado y el de este año han sido muy planos, fáciles de leer para las defensas. Ninguna jugada de fantasía; de hecho, poca motion, poco play action, poca carrera externa. Sí que mucho shotgun, backfield vacío y demasiadas y previsibles carreras por el centro. En ocasiones, es cierto, el equipo hacía una west coast rápida y fluida capaz de mover cadenas. Pero, las más, se atascaba o abusaba de las bigplays con muy poco éxito y muy poco sentido.
Conociendo a Brian Schottenheimer
Brian Cornelius Schottenheimer empezó a jugar football en el instituto en la posición de quarterback y consiguió una beca para la universidad de Kansas, desde la que se trasladó a Florida. Schottenheimer nunca llegó a ser el QB titular, pero ganó el campeonato nacional de 1996.
Desde la universidad, Brian pasó a trabajar directamente como entrenador asistente desde el 1997 al 2005. En tres ocasiones, a las órdenes de su padre: Marty Schottenheimer, HC de los Browns, los Chiefs, los Redskins y los Chargers.
La oportunidad le llegó a Brian Schottenheimer en el 2006 cuando firmó como coordinador ofensivo de los Jets. En aquellos años su nombre sonó para dirigir a los Dolphins, los Bills, los Jaguars e incluso los propios Jets.
2012 fue el año en el que Schottenheimer partió peras con el equipo de Nueva York y aterrizó en los St. Louis Rams. Tras tres temporadas bastante decepcionantes Brian tuvo que dejar la NFL y pasar al College Football.
En el 2016, Schottenheimer era el entrenador de quarterbacks en los Colts y en 2018, pasó a ser, inesperadamente, el nuevo coordinador ofensivo de los Seahawks. De la mano de Russell Wilson, Brian vivió sus mejores tiempos en la NFL. Su ofensiva fue la mejor ofensiva terrestre de la liga y Wilson tuvo un año soberbio; el 2020 Seattle llegó a los 459 puntos y superó el récord histórico de anotación de la franquicia. Sin embargo, los buenos tiempos no duraron mucho y en 2021 lo despidieron tras un final de temporada muy flojo en el que se le acusó de falta de creatividad.

Su llegada a los Cowboys
Tras una efímera estada en los Jaguars, Schottenheimer llegó a los Cowboys como consultor. Algo que se entendió como un favor personal de McCarthy que era muy amigo del padre de Brian recién fallecido. El resto de la historia ya es conocida. En 2023 la ofensiva texana promedió 29.9 puntos por partido. La mejor de la liga y la quinta en yardas con 371; no obstante, Dallas no brilló en los partidos grandes y cayó en playoffs contra los Packers en la ronda de comodines.
De consultor a entrenador en jefe en sólo tres temporadas, un ascenso meteórico pero controvertido. Con la marcha de Zimmer y de Fassel y de otros coordinadores importantes como Al Harris, el primer trabajo de Schottenheimer será crear un equipo de técnicos solvente capaz de lidiar con el siempre complicado vestuario de los Cowboys. Ilusión ha despertado poca, éxito ya lo veremos. Brian Cornelius Schottenheimer, décimo Head Coach de los Dallas Cowboys. Es hora de seguir conociendo a Brian Schottenheimer.