Vísperas del draft (II): un último mock y breves apuntes sobre Daryl Washington

Hace un par de días, la NFL hizo oficial el levantamiento condicional de la sanción a Daryl Washington. El castigo por abuso repetido de sustancias prohibidas se había visto ennegrecido por el fantasma de una agresión machista. Este último hecho que ha mantenido al jugador alejado de los terrenos de juego por mucho tiempo sin que la liga se pronunciase al respecto. No obstante, la NFL parece estar dispuesta a dejar pasar esta última acción después de haberle forzado a pasar tres años a la sombra. Los Cardinals, sin embargo, no han hablado con el jugador en todo este tiempo. Tampoco han querido pronunciarse. Lo único que se sabe con certeza es que Michael Floyd fue cortado por mucho menos. Ahora está por ver si la misma vara de medir se puede aplicar a un jugador cuyo corte sí que tendría un impacto salarial considerable.

nfl.com | Paul Jasienski – Associated Press

Por todo lo anterior, esta noticia, que en otro momento podría haber causado un gran revuelo, ha traído más desconcierto que alegría a la Front Office cuando el draft ya es inminente. Washington, que en el momento de la sanción venía de consolidarse como uno de los mejores talentos en su posición, acumula tres temporadas sin jugar y ha cumplido 31 años. Su edad, sumada al tiempo de inactividad, no hace más que complicar que el linebacker pueda desempeñar con la misma fluidez el rol que le llevó a convertirse en una estrella. Un rol que, por otra parte, es justo lo que el centro de la defensa de Arizona anhela. ¿Podría condicionar el draft? Cabe esperar lo contrario, ya que si Daryl ha dejado algo claro, es que no se puede confiar en él. Dejando de lado estos antecedentes, hay unos cuantos cold facts:

  • La readmisión aún no ha finalizado. Washington puede entrenar en las instalaciones del equipo y asistir a reuniones. No obstante, hasta que no se confirme que se ha inscrito con éxito en todos los mecanismos de rehabilitación necesarios, no podrá participar en las prácticas ni en los partidos de pretemporada. En función del progreso que evalúe la liga, la NFL le permitirá jugar una vez llegada la primera semana de competición. En definitiva, aún quedan pendientes algunas cuestiones condicionales, aunque se antojen mera burocracia.
  • Aunque se declaró culpable de violencia contra su pareja de entonces, la NFL no le va a imponer sanción alguna por ello. Esto se debe a que esa sentencia es la que le ha mantenido castigado extraoficialmente durante tanto tiempo. Esta práctica, a todas luces dudosa —la liga, en lugar de pronunciarse sobre un asunto tan flagrante, ha decidido manejarlo de puertas para dentro hasta que la corriente de opinión principal se ha olvidado de ello— no exime de responsabilidad ética a la gerencia. Después de querer sentar cátedra moral con Michael Floyd, resulta inconcebible que se reciba con los brazos abiertos a un jugador con antecedentes ya no de abuso de marihuana, cuya prohibición es tema de debate, sino de agresiones contra su expareja.
  • Los Cardinals no le han mantenido en el roster anticipando su regreso. Los motivos eran puramente económicos. Pasados estos tres años, su bonus hit ya ha transcurrido y su salario contará 2,9 millones en los libros de 2017. La congelación que vino tras la sanción se levanta ahora. En definitiva, todo sigue igual que en 2013, aunque un despido sería más asequible. Los Cardinals aún tienen más de 10 millones de espacio salarial, por lo que un corte podría efectuarse, aunque limitara algunas de las opciones de agencia libre que a Steve Keim le gusta manejar en el training camp.

Con todo esto en mente, resulta imposible anticipar lo que la dirección del equipo hará al respecto. Por un lado, tenemos a un veterano de 31 años que lleva tres temporadas sin jugar y arrastra un pasado manchado de irresponsabilidad. Por otra parte, tenemos a una Front Office que se congratula de su habilidad para dar segundas oportunidades pero que no dudó en enseñar la puerta a Michael Floyd cuando su bajada de rendimiento coincidió con algunas decisiones personales lamentables y una situación favorable para el cap.


Y ahora, vayamos con el draft que se celebra esta noche y un último mock que intenta cubrir necesidades directas más o menos sin pasar por alto la mayor preocupación del equipo: el quarterback de futuro.

1.º ronda -> Patrick Mahomes, QB. A estas alturas, resulta innegable que los Cardinals necesitan nombrar al sucesor de Carson Palmer. Y como Bruce Arians se ha encargado de repetir en numerosas ocasiones, la situación es idónea para ello. Quienquiera que sea el elegido podrá disfrutar de un una o dos temporadas en la banda aprendiendo de un gran veterano. Mahomes, que posee un brazo capaz de realizar cualquier lanzamiento, necesitará tiempo para adaptarse al estilo vertical de Arians y corregir su footwork y ciertas mecánicas muy erráticas, pero posee todas las características que el head coach ha ido buscando en un quarterback a lo largo de su carrera.

No obstante, aunque el entrenador ha dado su máxima nota al prospecto, con su jubilación en un horizonte más cercano de lo deseado cabe preguntarse qué piensa Steve Keim. El GM tiene la última palabra y tendrá que decidir entre darle a un entrenador con fecha de caducidad el jugador que desea o utilizar su propio criterio y pensar en el equipo después de Arians.

 

Christian Petersen – Getty Images

 

2.º ronda – > Budda Baker, S. A la pregunta sobre qué buscaban los Cardinals en la secundaria, Steve Keim respondió recientemente que «hay un grupo exclusivo de safeties que no solo son capaces de jugar en la mitad profunda del campo, sino que también saben moverse en el nickel y tienen unas capacidades de cobertura naturales jugando al hombre». Y en esa descripción es donde entra el jugador de Washington. La marcha de Tony Jefferson y DJ Swearinger ha robado juventud a una secundaria agresiva que añadiría un jugador que acumula comparaciones con Tyrann Mathieu y podría tener un impacto inmediato.

3.º ronda ->Ahkello Witherspoon, CB. Los Cardinals perdieron a un decente Marcus Cooper en la agencia libre y, ahora, el lado opuesto a Patrick Peterson depende de un verdísimo Brandon Williams o un Justin Bethel que aún tiene que demostrar que pertenece a la posición. Witherspoon tiene el tamaño y la velocidad ideal para jugar por el exterior. Pese a conocer bien las rutas a las que se enfrenta, peca de falta físico en ocasiones y muestra cierto resquemor a los placajes. Si se muestra resolutivo y dispuesto a dar el siguiente paso en los pros, los Cardinals apuntalarían la secundaria con otro robo en tercera ronda.

4.º ronda -> Isaiah Ford, WR. Arizona ha pasado de tener uno de los cuerpos de receptores élite de la liga a uno de los más frágiles. Bruce Arians y Steve Keim ya han dejado patente su negativa a draftear receptores en las primeras rondas y esperan volver a sacar petróleo de las rondas más bajas, como en el caso de John Brown o JJ Nelson. Isaiah Ford es un jugador con potencial de ser un buen número dos, aunque deberá ampliar su físico para poder ver el campo a nivel profesional, todo ello sin perder la velocidad con la que suplió ciertas carencias técnicas para batir a los cornerbacks a nivel colegial.

5.ª ronda -> Donnel Pumphrey, RB. La transición permanente de Andre Ellington al cuerpo de receptores deja libre un hueco para un corredor capaz de salir desde el backfield y con la visión necesaria para sembrar el caos en campo abierto. Su tamaño nunca le permitirá bloquear, pero será capaz de abrir el playbook en tercer down como change of pace back.

5.ª ronda -> Jordan Morgan, G. La marcha de Earl Watford y la retirada de Mathis han dejado un gran agujero en el lado derecho del center. En el molde de Watford, los Cardinals pueden invertir una de las dos quintas rondas —esta condicional procede de otro linero perdido, Bobbie Massie— en el jugador para que transicione al interior de la línea y aporte agresividad contra la carrera como backup.

No voy a negar haber pensado en el kicker Zane Gonzalez con una de las quintas rondas. Un producto de Arizona State, el pateador es un favorito de la gente del desierto y acarrea un bagaje espectacular en cuatro años como titular. Vendría a solucionar de inmediato uno de los mayores problemas de una unidad catastrófica que ha recurrido como remedio a un señor de más de 40 años e incapaz de chutar un touchback.

6.º ronda – > Jarron Jones, NT. Los Cardinals pueden utilizar en la rotación de la línea defensiva a un jugador con una capacidad especial para comer espacio por dentro. Jones tiene todo lo que se busca a nivel físico en este nivel. No obstante, un historial amplio de lesiones y una sospechosa ética de trabajo le convierten en una apuesta arriesgada pero digna de una sexta ronda.

7.ª ronda -> Samson Ebukam. OLB. El nigeriano, que ya se reunió con el núcleo duro de la organización, es uno de los jugadores más intrigantes del draft. Casi toda su producción viene contra equipos FCS, pero su velocidad y su explosividad son difíciles de reproducir. Podrá contribuir inmediatamente en equipos especiales mientras depura su técnica como rusher.

Y aquí acaba este intento de adivinar qué hará la organización los próximos tres días. Aunque es probable que contemos con más errores que aciertos (quizá ningún acierto), esperemos que haya servido para dar una idea de algunas de las diversas necesidades que afronta el equipo a partir de esta madrugada. A la vuelta del puente comentaremos lo que ha deparado este fin de semana.

@cardinals_esp

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