Por qué soy de los Cowboys

Desde muy chico me dejé influenciar por los videojuegos, pero no en el mal sentido, sino en el bueno. Por ejemplo: allá por el 2004 jugué al Ford Racing 3, y luego me empecé a interesar por el mundo de los automóviles. Jugué al Batman Vengeance y desde ese momento soy un fiel amante del mundo de los superhéroes. Y la historia no fue diferente con el fútbol americano.


El efecto Madden

Corría el año 2011, los canales de deporte se pasaban promocionando el Super Bowl, y eso me llamó la atención. Era un deporte que no había visto nunca más que en películas, pero aún así logró captarme. El 6 de febrero de 2011, el fútbol pasaría a un segundo plano.

Imagen promocional del SB XLV

No tengo los recuerdos muy frescos, ya que no entendía las reglas. Solamente estaba mirando a 22 jugadores «chocándose» unos con otros. Pero recuerdo a Aaron Rodgers levantando el Lombardi, y que por unos días fui hincha de Green Bay.

Si un partido de NFL es todo un show, un SB son 10 shows juntos. Las luces, la gente emocionada, el espectáculo de medio tiempo. Todo esto me dejó dando vueltas, y al otro día sin hacerme esperar me descargué el Madden ’08 para PC. No tenía idea de nada, pero poco a poco fui agarrándole la mano al juego y a las reglas. El primer equipo con el que jugué fueron los Packers, y el último fueron los Browns. Pero no sin antes pasar por los Jets (porque el papá en los Hechiceros de Waverly Place era fanático) y los Dolphins (porque en el juego DRIV3R aparecía su estadio).

Gracias a Dios superé esos equipos, y llegué a conocer a mis amados Vaqueros.

 

Dos palabras: Tony Romo

Casualmente, los Cowboys abrieron la temporada 2011-2012 contra los Jets. No recuerdo cómo llegué a encontrar ese partido, porque el football en Argentina no estaba tan esparcido como lo está ahora. Pero bueno, el punto es que lo encontré y me enganché. Yo quería que los Jets ganasen, porque bueno… había tenido un affaire con ellos, pero Tony Romo desbarató todo lo que tenía armado en mi cabeza. ¿Fueron sus movimientos? ¿Sus escapes? ¿O su throw-motion? No sé, pero desde ese momento quedé hipnotizado. No me importó que termináramos la temporada 8-8, ni las intercepciones o si no entrábamos a playoffs; yo quería ver a Tony jugar. Podría decirse que soy un Romosexual.

Phillyinfluencer.com

A pesar de todo, cuando Dak llegó el año pasado, no me quedé cerrado en mi pensamiento de que «Romo es el mejor QB que podríamos tener, cuando se recupere que sea titular». Supe reconocer, con todo el dolor en el pecho, que su tiempo ya había pasado y que ahora el equipo le pertenecía a otro QB. Sin importar lo que digan los demás sobre Romo, estoy extremadamente feliz de haberlo visto jugar. Y estoy muy agradecido porque gracias a él, hoy soy fanático del America’s Team.

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