Decíamos la temporada pasada que los Eagles habían construido de una forma diferente su ataque y su defensa: el ataque estaba prácticamente atado contractualmente hablando (y ahora mucho más con la renovación de Jalen Hurts), proviniendo casi todos sus jugadores titulares de elecciones en el draft (excepto AJ Brown, aunque su fichaje fue consecuencia del draft). Mientras que la defensiva era el resultado en su inmensa mayoría de fichajes en la agencia libre. Bulldogs
Ha ocurrido lo que nos temíamos los aficionados, y ha sido cierta desbandada de jugadores defensivos: cinco titulares, Gardner-Johnson, White, Edwards, Hargrave y Epps han salido del equipo. Y la gerencia ha decidido reconstruir la defensa fundamentalmente mediante jugadores de la universidad de Georgia, campeones de la NCAA en 2021 y 2022. Hay que decir que en el draft de 2022 esta universidad tuvo quince jugadores seleccionados, y en el de 2023 han sido diez jugadores más. Estas veinticinco selecciones en dos años es un récord NFL. De ellos los Eagles han elegido a cinco, siendo la primera vez que ocurre una circunstancia así.
Vamos a analizar brevemente los jugadores seleccionados, y qué supone este hecho tan inusual para la franquicia.
Primero quiero dejar claro, como ya sabéis muchos de los que me leéis y me seguís en redes, que yo no veo College football. Mis comentarios sobre los jugadores son resultado de artículos, guías, vídeos, podcasts y charlas con aficionados. Y que guardo una prudente reserva en general sobre los novatos en la NFL, después de más de treinta años como espectador. No estoy subido a la ola de hype. Sólo el hecho de jugar un Super Bowl ya es muy complicado.
LA COSECHA DE LOS EAGLES EN EL DRAFT
Vamos a estudiar brevemente pick por pick, y valoraremos con el sistema americano (A sobresaliente, B notable, C+ bien, C suficiente, D insuficiente, F muy deficiente) los jugadores seleccionados:
#9 Jalen Carter, DT, Georgia (A+): Quizá uno de los mejores jugadores del draft por talento puro. Fletcher Cox y Brandon Graham tendrán trabajo extra para meter en cintura a un jugador cuya mayor debilidad es del cuello para arriba. Es cierto que su inmadurez es un tema preocupante. Sin embargo, los Eagles tienen las características adecuadas para corregirlo: una cultura ganadora establecida; un grupo de entrenadores excelentes; veteranos con mucho peso en el vestuario; y compañeros de Georgia para arroparle. Jordan Davis es su mejor amigo y un chico responsable, su «buena compañía».
#30 Nolan Smith, DE, Georgia (A): Un jugador con un perfil similar a Reddick y del que puede aprender mucho. Se situará detrás de Graham y Sweat seguramente, tratando de compensar de un modo distinto la pérdida de Hargrave. Si no hubiera tenido una lesión para toda la temporada seguramente le habrían elegido más arriba. De nuevo el entorno es fundamental en el caso de este jugador. Aun así, tiene que probar que puede jugar de edge en la NFL.
#65 Tyler Steen, G, Alabama (B+): Probablemente podrá competir con Jurgens por el puesto de guard que deja Seumalo. Más madera para las trincheras. Es un jugador versátil que puede jugar een casi cualquiera de las cinco posiciones de la línea de ataque. Aun así, mi apuesta es que Jurgens será el guard titular por delante suyo.
#66 Sydney Brown, S, Illinois (B+): Muy atlético y explosivo, tendrá su oportunidad de luchar por la titularidad, dada la situación de la posición. Muy versátil, puede jugar en el slot o en la caja, y puede defender muy bien a tight ends. La temporada pasada tuvo seis intercepciones. Con Desai y sus packs de big nickel puede aportar casi de forma instantánea.
#105 Kelee Ringo, CB, Georgia (B): los Eagles subieron a por él a cambio de una tercera ronda. Explosivo y muy rápido, a veces trata de ser demasiado físico. Tiene las herramientas para llegar a ser un cornerback sólido en la NFL, pero podria jugar incluso de strong safety. Acabó bajando en el draft porque se rumorean problemas de actitud.
#188 Tanner McKee, QB, Stanford (B): que me lo expliquen. Un quarterback en el molde del pocket passer tradicional, salido del túnel del tiempo de la NFL de hace 30 años. Grande (1.98 metros y 105 kg), para desarrollar y llegar a ser un suplente sólido en principio.
#249 Moro Ojomo, DT, Texas (B): un defensive tackle para desarrollar, pero ojo con él, porque es uno de los cinco tapados que a Ray Didinger le gustaban para Eagles. Muchos mocks le situaban entre las rondas cuatro a seis.
¿EXISTE UNA ESTRATEGIA PREMEDITADA?
La estrategia de Eagles sobre el papel parece clara: seleccionar a los mejores jugadores de la mejor defensa de la liga universitaria de los últimos dos años. El año pasado eligieron a Jordan Davis en primera ronda y Nakobe Dean en tercera.
Sin embargo, coincido con Fede Schuin, no creo que haya sido una estrategia premeditada. No existen los Philadelphia Bulldogs. Son casos individuales: Smith y Dean caen y los eliges; sí que han subido a por Jordan Davis el año pasado, y este año a por Ringo. Carter es una mezcla, al ir cayendo subes un puesto a por él.
Aparte hay que añadir que, en una jugada similar a la de AJ Brown en el pasado draft. Los Eagles han fichado al running back D’Andre Swift de los Lions, entregando una cuarta ronda del año 2025, más el pick 219 de 2023, y Detroit envió a Philly el 249 de 2023. Dado su historial de lesiones, hay algo de riesgo, pero no se puede discutir el coste. Swift supone solo 1.7 millones contra el cap en 2023. Estando sano es un activo tremendo, tanto en el pase como en la carrera (5.5 yardas por carrera de promedio y 8.1 de pase por recepción, con ocho touchdowns). Encaja perfectamente en un sistema de comité de corredores como el de Eagles (además de Swift, Penney, Scott y Gainwell).
Además, como afirma Óscar Budejen, Swift es una cabeza pensante: es un chico con la cabeza muy bien amueblada, que ha ido a un instituto muy bueno y que es muy maduro para la NFL, lo que es un factor a considerar. Y su edad, sólo veinticuatro años.
ANALIZANDO A LOS PHILADELPHIA BULLDOGS
El hecho de que los Eagles hayan seleccionado en los dos últimos años a cinco jugadores de la mejor defensa de la NCAA y dobles campeones nacionales (más el corredor D’Andre Swift, que también fue a esa universidad) ha generado cierta polémica. Mi querido amigo Alberto Zaragoza comentaba en su programa La Guarida que es una opción arriesgada, y que puede salir bien o mal.
Yo estoy en desacuerdo, aparte de que creo que se trata de una casualidad no buscada. Pienso que no hay mucha diferencia en que estos jugadores provengan de la misma universidad o de universidades distintas, en el sentido de que son novatos que vienen a una liga como es la NFL. No se trata de importar el sistema defensivo de Georgia a los Eagles, más bien es lo contrario. Son jugadores que van a un lugar donde existe una cultura ganadora ya establecida, un sistema distinto al que tendrán que adaptarse, y una competición de por sí mucho más exigente.
Llevo treinta años viendo NFL, y creo que ya lo he comentado algunas veces: soy profundamente desconfiado respecto de los novatos. Podemos observar por ejemplo el draft de 2020, en su primera ronda junto con casos como Jefferson, Herbert o Burrow tenemos los otros de Jalen Reagor, Jeff Okudah, Jedrick Willis Jr, Javon Kinlaw, CJ Henderson o Isaiah Simmons. Nunca me vais a ver subido al barco de excesivo entusiasmo. El draft es una lotería en sentido estricto. El entorno, las lesiones, el sistema, utilizar al jugador en su posición adecuada, la velocidad de la NFL, son factores complicados. Nadie garantiza nada.
LOS ASPECTOS POSITIVOS
Dicho esto, sí pienso que el hecho de seleccionar jugadores de una misma universidad tiene aspectos positivos. En mi experiencia de diecisiete años como entrenador de baloncesto en categorías inferiores, el hecho de que se incorporen jugadores que ya habían jugado juntos con anterioridad siempre ayuda mucho a la adaptación a un nuevo entorno. La química entre ellos, el apoyo mutuo, son factores que ayudan a una integración más rápida a un entorno desconocido y nuevo para ellos. Mucho más si provienen de un programa ganador, campeones nacionales los dos últimos años.
Además, para los nuevos es positivo en mi opinión que Jordan Davis y Nakobe Dean, antiguos compañeros en Georgia, ya tengan un año de experiencia en el sistema y en la organización de Philadelphia. El éxito o el fracaso es completamente ajeno en mi opinión al hecho de que provengan de la misma universidad.
CONCLUSIONES
Creo que la gestión del draft de Howie Roseman ha sido de diez. El hecho de subir al nueve para elegir a Carter creo que es un buen movimiento. Los Eagles comenzaron el draft con seis elecciones, y terminan con siete jugadores seleccionados más cuatro elecciones entre las cien primeras de 2024 (10 en total) y siete elecciones para 2025. Y tras firmar a los rookies de este año, el cap estimado es de unos catorce millones de dólares. Con lo que va a ganar Miles Sanders en Carolina se paga el sueldo de los cuatro running backs de los Eagles del roster actual.
Por último, la estrategia del contrato de Jalen Hurts, con muy poco impacto en el cap los primeros tres años, permite competir de nuevo por llegar al Super Bowl. Coincido con Jimmy Kempski en que hay posiciones en los que habría que intentar añadir a alguien vía agencia libre, como linebacker, slot cornerback y wide receiver. Mientras que en la posición de safety creo que no vamos a añadir a nadie más, teniendo a Reed Blankenship, Terrell Edmunds, Justin Evans, Sidney Brown y K’Von Wallace. No obstante, me faltan un linebacker y un safety veteranos de garantías, sobre todo el primero de ellos.
En conclusión, han rellenado casi todos los huecos, sobre todo en defensa, y la adición de D’Andre Swift (nativo de Philly además) ha sido muy buen acuerdo, a cambio de casi nada. Creo que Eagles sin duda son uno de los ganadores de este draft.
¡Fly Eagles Fly!
Genial artículo. Enhorabuena!!!