«El fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo, pero con más inteligencia». Draft 2025 Buffalo Bills.

¿Fracaso? ¿Qué entendemos realmente por fracaso? El insigne y -lamentablemente- cada vez menos usado Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua -DRAE, para los conocidos-, en su segunda y tercera acepción, define el término como “suceso lastimoso, inopinado y funesto”, o bien, como “caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento”.

El ínclito Henry Ford, un fracasado que resurgió de sus propias cenizas, legó -para la posteridad- una esperanzadora frase, que -actualmente- ilustra numerosos libros y manuales de autoayuda y propósito de éxito: “El fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo, pero con más inteligencia”. Del mismo modo, un genio de las letras, a veces, injustamente olvidado, como Julio Cortázar, habla en una clara sintonía con el estratega de la industria automovilística: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”.

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El acervo popular sostiene que, en ocasiones, de los errores se aprende y que, en ocasiones, hay que perder para ganar. El concepto de fracaso muchas veces está íntimamente relacionado con una idea muy en boga en los últimos años, la noción de “resiliencia”. La historia nos ha dejado multitud de ejemplos de esas personas que tienen una impresionante capacidad para superar circunstancias adversas y para adaptarse frente a agentes o estados perturbadores. Esa idea de nunca bajar los brazos, de tratar de sortear las dificultades que emergen a nuestro paso, de salir de la sima más cenagosa, de escapar del más vesánico de los problemas es innata al propio ser humano.
El padre de la MoTown, antes de crear la Ford Motor Company, fracasó hasta en cinco ocasiones, apostando por negocios que no fructificaron. Del mismo modo, nuestro general manager, acumula luces y sombras en sus elecciones de Draft. Sería injusto hablar de fracaso en su gestión, teniendo en cuenta que este hipotético “fracaso” se debería más bien a una inoperancia, en su desarrollo, por parte del staff, que al escaso valor de estos jugadores, en lo demostrado sobre el emparrillado. fracaso fracaso fracaso fracaso 

El hábil lector es lo suficientemente inteligente para determinar qué le parece selecciones del calibre de Josh Allen, Terrel Bernard, Khalil Shakir, Taron Johnson, Wyatt Teller o Spencer Brown. No obstante, hay que recordar que otros prospects como Kaiir Elam, Cody Ford, Ray-Ray McCloud, Jake Fromm, Carlos Basham Jr., Marquez Stevenson, Rachad Wildgoose o el siempre controvertido Tremaine Edmunds, también llegaron al oeste del gran estado de Nueva York por obra y gracia del indómito Brandon.

Solo el tiempo -y los snaps que les permita nuestro amado y odiado Sean McDermott- determinará si la camada de novatos 2025 será productiva, en el futuro de Buffalo Bills.

 

Desde Estampida Bills, aquí os los presentamos:

MAXWELL HAIRSTON (R1 P30).

6 de agosto de 2003 (21 años). Altura: 6’1”. Peso: 186 libras. Kentucky Wildcats.

Fortalezas: Si algo caracteriza a Hairston es su capacidad innata para leer y anticiparse a lo que piensa el quarterback. Sus instintos son, simplemente, bestiales. Es un tipo súper reactivo, que reacciona muy bien en décimas de segundo. Sobresale lo versátil que es al alinearse, lo que condiciona a los quarterbacks, puesto que su movimiento post-swap puede ser totalmente diferente al que ha dejado entrever antes del snap. Es un tipo muy explosivo, ágil, con una movilidad bestial. Por tanto, lo mejor de su juego está en la cobertura zonal. Otro aspecto que llama la atención es la capacidad innata para atrapar el ovoide (parece que tiene un imán). Además, teniendo en cuenta su velocidad, si intercepta, llega a red zone. La longitud de sus brazos es otra de las cualidades a destacar.

 

Maxwell Hairston / democratandchronicle.com
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Debilidades: Su gran debilidad es la cobertura individual, ya que es muy indisciplinado. Esa agresividad le lleva a cometer muchos errores.

 

T.J. SANDERS (R2 P41).

30 de julio de 2003 (21’5 años). Altura: 6’4”. Peso: 290 libras. South Carolina Gamecocks.

Fortalezas: Ha sido titular en South Carolina desde su primer año, siendo muy importante en esa defensiva. Es un jugador muy atlético, con una gran técnica y con movimientos muy fluidos. Además, su primer paso es muy rápido, aspecto que, junto a esa capacidad atlética, le hace ganar constantemente los duelos. Sabe utilizar muy bien sus manos. En los Gamecocks, ha destacado más en la defensa contra la carrera que en el pass rush, donde es muy irregular, teniendo fogonazos puntuales. No obstante, su techo es muy alto, debido a su capacidad atlética. Su gran fuerza y motor son otras características notorias de su juego.

Debilidades: Sanders tiende a confiar demasiado en su atleticismo y, a veces, con esto no le llega para atacar al quarterback. Por tanto, tiene un margen de mejora muy alto en sus movimientos y técnica como pass rusher. Además, pierde mucho cuando el liniero ofensivo le ataca primero, así que tiene que implementar sus contraataques.

 

LANDON JACKSON (R3 P72).

2 de enero de 2003 (22’1 años). Altura: 6’7”. Peso: 280 libras. Arkansas Razorbacks.

Fortalezas: Inició su carrera en LSU. Desde Baton Rouge, se transfirió a Arkansas, donde ha brillado con luz propia las dos últimas campañas. Es un jugador muy potente, un auténtico portento físico, que imprime a sus movimientos ese carácter tan agresivo que tanto gusta en el nivel NFL. Tiene un motor alucinante, siendo capaz de llegar con una gran fisicidad desde el inicio hasta el final de la jugada. Sus manos son violentas y muy rápidas, lo que le permite deshacerse de los bloqueos rivales, para llegar rápido a la interrupción de la carrera. Su técnico de placaje es firme y seguro, siendo un auténtico baluarte contra la carrera. Su buen primer paso y lo bien que toma los ángulos a la hora de atacar el arco, hacen de él un magnífico prospect en la posición. Es muy activo y agresivo, tal y como he dicho, pero también es muy reactivo, siendo muy efectivo en el contraataque. Además, con ese tamaño ciclópeo genera muchísima presión y siempre molesta al quarterback.

 

Landon Donovan / democratandchronicle.com
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Debilidades: Es un tronco, muy robótico en sus movimientos. Sus caderas no son nada flexibles y esto se puede acrecentar en el siguiente nivel. Tiene que trabajar la flexibilidad y los cambios de dirección en el siguiente nivel. Tiende a jugar muy alto, en perjuicio de su pad level. Además, tiene que depurar los aspectos más técnicos de la posición. Tiene un techo alto, pero también mucho trabajo por delante. Dependiendo del staff en el que caiga, su carrera puede ir para arriba o hacia abajo.

 

DEONE WALKER (R4 P109).

11 de marzo de 2004 (20’9 años). Altura: 6’6”. Peso: 345 libras. Kentucky Wildcats.

Fortalezas: Su última temporada supuso un retroceso, en cuanto a su productividad, con respecto a 2023, año en el que fue seleccionado en el primer equipo All-SEC. Es un jugador muy especial, una espectacular mezcla de coloso de 6’6”, con una gran fuerza y un primer paso explosivo. Sin duda, sobresale como pass rusher interior, utilizando magníficamente ese sensacional get off, combinándolo con sorprendentes desplazamientos laterales y otros movimientos, que vuelven loca a la OL rival. Es súper ágil, para un peso de casi 350 libras. En el uso de sus manos es un consumado especialista. Es un rusher muy versátil, ya que incluso ha jugado en el exterior de la línea. Ahora bien, contra la carrera deja mucho que desear.

Debilidades: Como ya he dicho, fuera del pass rush, tiene que mejorar mucho. Tiende a jugar muy alto, lo que supone un grave contratiempo a la hora de frenar la carrera. También en los bloqueos sufre mucho, costándole demasiado deshacerse de ellos. Además, ha de ganar músculo, especialmente, en su tren superior.

 

JORDAN HANCOCK (R5 P170).

12 de agosto de 2003 (21’7 años). Altura: 6’1”. Peso: 195 libras. Ohio State Buckeyes.

Fortalezas: Es un jugador muy versátil, que puede ser alineado hasta en tres posiciones: cornerback, nickelback y safety. Su versatilidad y capacidad atlética le hizo escalar dentro de la defensiva de Ohio State, produciendo muchísimo en sus dos últimos años. Tiene unos instintos y una visión extraordinaria, que le permite dar el máximo tanto en cobertura zonal como en marcaje al hombre. En cortos espacios, es súper explosivo. Es muy ágil, teniendo una lateralidad y un backpedal muy buenos. Su rapidez e instintos le permiten ser un blitzer contrastado. En cobertura individual, es súper agresivo, lo que puede ser muy bueno, a veces, y peligroso, en otras ocasiones.

 

Jordan Hancock / democratandchronicle.com
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Debilidades: Esa agresividad le hace cometer muchas penalizaciones. Aspecto que tiene que cambiar por completo en NFL, si quiere ver el emparrillado. Es un muy buen nickel, pero tiene que progresar y aprender movimientos, si va a hacer la transición hacia la posición de safety. Le cuesta mucho deshacerse de los bloqueos y, quizá, le falte un poquito de fuerza. Ha de depurar su técnica de placaje y está muy verde en ayuda contra la carrera.

 

JACKSON HAWES (R5 P173).

6 de diciembre de 2000 (24’4 años). Altura: 6’5”. Peso: 260 libras. Georgia Tech Yellow Jackets.

Su gran virtud es que es un consumado bloqueador, con una potencia física descomunal. Es un arma magnífica para los esquemas pesados de Joe Brady. En bloqueo de carrera, será un auténtico baluarte en Buffalo Bills. Viene de Yale, donde le enseñaron muy bien a bloquear. Jugó al baloncesto, en high school, lo cual le da una gran versatilidad de movimientos y tener unas manos muy potentes.

 

DORIAN STRONG (R6 P177).

14 de marzo de 2002 (23’1 años). Altura: 6’1”. Peso: 185 libras. Virginia Tech Hokies.

Fortalezas: Es un magnífico cornerback de cobertura individual, que se convierte en una auténtica lapa para su marca, gracias a su velocidad y a su capacidad atlética. Es muy inteligente y sabe reconocer las rutas que va a correr su receptor. Esa verticalidad y esa aceleración magnífica hace que siempre esté cerca de su marca, lo que obliga al quarterback a hacer un pase perfecto, o será interceptado o su pase será despejado. Sus instintos tan naturales también han de ser mencionados. En cobertura zonal, también se siente relativamente cómodo, debido a esa rapidez y a sus magníficas lecturas.

 

Dorian Strong / democratandchronicle.com
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Debilidades: Su backpedal no es el más depurado. Le falta algo de agilidad y lateralidad, cuando el receptor cambia de dirección. Su velocidad, en todo lo que no sea vertical, disminuye considerablemente. Tiene que mejorar técnica de placaje y ser más productivo en el juego terrestre.

 

CHASE LUNDT (R6 P206).

16 de junio de 2000 (24’8 años). Altura: 6’8”. Peso: 305 libras. UConn Huskies.

Fortalezas: Fue un recluta dos estrellas que, tras pasar sin pena ni gloria por Austin (Texas Longhorns), pidió el transfer a UConn, donde se convirtió en un titular indiscutible en el tackle derecho, desde su primer año. Ha jugado 36 partidos como titular, formando una pareja espectacular con su compañero Christian Haynes, el guard seleccionado el año pasado por Seahawks. Sus medidas son excelentes para la posición, destacando sobre todo lateralmente, con una decente técnica de bloqueo, especialmente, a la hora de ayudar a abrir huecos a la carrera.

 

Chase Lundt / democratandchronicle.com
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Debilidades: No obstante, es un tackle poco depurado. Tiene que ganar peso y, sobre todo, añadir fuerza y violencia a sus golpes. Especialmente, ha de mejorar su juego de pies, ya que, en el siguiente nivel, puede quedarse a años luz de la media. Su técnica de manos está muy poco desarrollada. En el juego de pase, tiene muchísimo margen de mejora. Tiene las cualidades básicas para ir desarrollándose, con tranquilidad, en el Practice Squad de Buffalo Bills.

 

KADEN PRATHER (R7 P240).

6 de septiembre de 2002 (22’6 años). Altura: 6’3”. Peso: 210 libras. Maryland Terrapins.

Fortalezas: Tras iniciar su etapa colegial en West Virginia, decidió pedir el transfer a Maryland, donde hemos visto su mejor football. Es un típico receptor X, con un tamaño enorme y, con un sorprendente y veloz, juego de pies. Sus manos son muy buenas. Tiene una zancada enorme, lo que le permite generar separación de forma relativamente sencilla. Hay que recordar que obtuvo un tiempo de 4’46”, en las 40 (tiempo nada desdeñable para un corredor de su tamaño). Teniendo en cuenta esa velocidad y su corpulencia, es un receptor muy difícil de derribar, ganando muchas yardas tras el contacto.

Debilidades: Su árbol de rutas es muy pobre. A veces, es muy indolente, le falta fuerza y, a pesar de su tamaño, no gana esos balones 50/50. Deja mucho que desear a la hora de bloquear, ya que su aportación en el juego terrestre es casi inexistente. O se pone las pilas, gana fuerza y músculo, y empieza a tomarse en serio la cuestión de los bloqueos, o será cortado a las primeras de cambio.

 

UNDRAFTED FREE AGENTS.

1) Kelly Akharaiyi (WR), Mississippi State Bulldogs; 2) Stephen Gosnell (WR), Virginia Tech Hokies; 3) Hal Presley III (WR), Baylor Bears; 4) Keleki Latu (TE), Washington Huskies; 5) Jacob Bayer (OC), Arkansas State Red Wolves; 6) Rush Reimer (OL), California Golden Bears; 7) Devin Brandt-Epps (DT), New Mexico Lobos; 8) Hayden Harris (DE), Montana Grizzlies; 9) Paris Shand (DE), LSU Tigers; 10) Keonta Jenkins (LB), Virginia Tech Hokies; 11) Daryl Porter Jr. (DB), Miami Hurricanes; 12) Wande Owens (DB), New Hampshire Blue Hens.

 

Edu Vallejo Granero
@EduBillsMafia
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