“Ve con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado”. Esta máxima vital guió el paso por nuestro planeta de Henry David Thoreau, escritor y filósofo americano autor del célebre ensayo “Walden, la vida en los bosques” y cuyos restos mortales descansan en el célebre cementerio de Sleepy Hollow. Un pensador que se retiró a la soledad de una cabaña apartada en un prado para, según sus propias palabras “vivir profundamente y extraer toda la médula de la vida” y que terminó concluyendo que en este deambular terrenal llamado vida es importante liberarse de las distracciones e influencias ajenas y que nuestros anhelos sean la brújula que guíe nuestro trayecto vital. Sean Sean Sean Sean Sean Sean Sean Sean Sean Sean
El protagonista de nuestra entrevista de hoy lleva toda su vida batallando con imposibles. Siguiendo unos pasos que parecían acercarlo a un precipicio deportivo cuando todas las puertas se cerraban frente a él. Sin embargo, el adolescente soñador de nombre Sean nunca abandonó el sendero de sus sueños. Perseguía de manera quijotesca su lugar en la primera división universitaria de fútbol americano estadounidense. Una meteórica peregrinación en línea recta que incluyó ingresar en territorio universitario como walk on y que ha culminado como primer receptor en la historia de South Florida en superar las mil yardas aéreas e inscribir su nombre en los anales de los Bulls como líder de recepciones de la universidad. Descubre en las siguientes líneas cómo Sean Atkins ha viajado en la dirección de sus sueños desde su más tierna infancia y como actualmente está “viviendo la vida que siempre imaginó” otorgando validez al escrito de Henry David Thoreau.
¿Por qué empezaste a jugar al fútbol americano al inicio de tu carrera cuando eras niño?
Empecé a jugar al fútbol americano en séptimo u octavo curso. Siempre fui un gran aficionado al fútbol (soccer) mientras crecía, sólo jugaba a eso. No me interesaban mucho los deportes de contacto. Siempre jugaba al fútbol, y en séptimo y octavo curso encontré la inspiración para jugar fútbol americano, y desde entonces me encantó.
Durante tu tiempo en el instituto, estuviste en Viera HS en Florida. ¿Cómo es la gente allí respecto al fútbol americano?
La gente aquí adora el fútbol americano. Todo el mundo está súper emocionado de salir y verlo. Diría que es el deporte favorito de Estados Unidos. Es un deporte de equipo donde todos tienen que hacer su trabajo. Tienes que confiar en la persona que tienes al lado. Creo que salir al campo y hacer jugadas emociona mucho a la multitud. Es un buen ambiente, y sinceramente, es un gran momento para jugar fútbol americano.
¿Por qué decidiste jugar como receptor y no en otra posición? Y si no fueras receptor, ¿Qué posición te hubiera gustado jugar?
Preferiría jugar como quarterback. Crecí jugando como quarterback, hasta mi segundo año de instituto. Pero luego, todos crecieron demasiado, se hicieron demasiado grandes. Soy una persona más baja, y no podía ver por encima de la línea. Sentía que no podía contribuir tanto como lo haría como receptor. Además, era un jugador dinámico con el balón en las manos, así que sentí que podría ser más útil de esa manera y no solo lanzar sin ver a los receptores.
Fuiste el receptor con el récord de más recepciones en la historia de tu instituto. ¿Qué pasó por tu mente cuando lograste ese reconocimiento y qué significó para ti ser probablemente el mejor receptor en la historia de tu instituto?
Significó mucho, porque siempre admiraba a los chicos mayores y perseguía metas, como llegar al nivel de jugadores como Trey Nixon. Siempre me esforzaba, y poder salir y hacer lo que hice significó mucho. Al final, se trata de ser consistente cada día, de tener la mentalidad adecuada y trabajar. Tener ese récord es un honor, pero los récords están hechos para romperse, y estoy deseando ver al próximo chico que lo rompa y alcance lo que yo conseguí.
¿Qué nos puedes contar sobre tu tiempo en el instituto?
El fútbol americano en el instituto era muy diferente al de la universidad. Tenía más tiempo libre, solo tenía entrenamiento todos los días y poco más. No hacíamos cosas como ver vídeos tácticos o entrenar tan intensamente como lo hacemos ahora. En el instituto, tenías clases largas todos los días, de cuatro a siete clases diarias, lo que, sumado al fútbol, hacía que los días de juego fueran más especiales, porque te alejabas un poco de la rutina. Era genial interactuar con todos tus compañeros de clase, personas que no veías tanto durante las sesiones de prácticas.
Sobre tu proceso de reclutamiento, decidiste entrar en la USF como walk on. ¿Cómo fue tu proceso de reclutamiento y por qué decidiste ir a la USF sin beca?
Durante el proceso de reclutamiento, estaba bastante frustrado porque no recibía muchas ofertas. Sentía que podía jugar en una universidad de primera división (D1), que tenía el talento para competir a ese nivel. Recibí algunas ofertas de universidades de segunda división (D2) y algunas de D1, como Army, pero sentía que pertenecía a D1. Tal vez por eso, decidí aprovechar la oportunidad de entrar sin beca en USF. Una semana antes del día de firmas, uno de los entrenadores de USF vino y me dijo que tenían una plaza para mí como walk on y que posiblemente podría conseguir una beca. Esa pequeña chispa de esperanza me motivó, decidí ir y demostrarme a mí mismo y a los demás que merecía ese puesto. Y eso fue exactamente lo que hice.
¿Cómo fue el proceso de ser un walk on y cómo fue el momento en que recibiste la noticia de que te otorgaron una beca?
Recibir la noticia de que te han otorgado una beca puede ser una de las mejores sensaciones que existen. Es un testimonio de todo tu esfuerzo y de todo lo que pensabas sobre ti mismo y en lo que creías. Ver la reacción de tus compañeros de equipo, su emoción, fue también increíble. Ellos ven lo duro que trabajas todos los días, así que ver su reacción y sentimiento significó el mundo para mi. Y poder compartir la noticia con mis padres fue un momento muy especial, sin duda.
¿Qué puedes contarnos sobre tu carrera desde el momento en que llegaste a las instalaciones de entrenamiento de USF hasta ahora? ¿Cómo describirías este año con los Bulls?
Cuando llegué, muchos en el equipo me confundieron con un jugador de fútbol (soccer), eso fue una llamada de atención . Poco a poco, empecé a integrarme más con el equipo y me dieron el apodo de «38 baby» porque tenía el número 38 en mi camiseta y en ese momento había un rapero con ese apodo. Eso me ayudó a acercarme a los chicos más veteranos, que no sabían muy bien quién era. Tener algo por lo que me reconocieran fue especial. Las instalaciones han mejorado muchísimo desde que llegué. Cuando vine, ni siquiera se hablaba de tener un centro de entrenamiento cubierto, y ahora es una realidad. Ver cómo todo ha mejorado, con el nuevo estadio que vendrá en unos años, hace que Tampa sea el lugar perfecto para estar.
Desde ser un walk on hasta convertirte en el primer receptor en lograr 1,000 yardas en la historia del programa, y también en el líder en recepciones. Estás en los libros de historia. ¿Cómo te sentiste el año pasado cuando rompiste esos récords?
Fue un momento muy especial porque sentía que mucha gente me había subestimado. Al llegar a la universidad, siempre creí en mí mismo y en mis capacidades. Tener la temporada que tuve el año pasado y lograr lo que logré fue surrealista. Fue un testimonio de todo el trabajo que he hecho. Igual que en el instituto, se trataba de ser consistente, la misma persona todos los días, aprender de tus errores y seguir adelante. Estar en los libros de historia significa el mundo para mí, porque es algo que siempre soñé. Y poder convertir ese sueño en realidad es una sensación indescriptible.
Uno de los factores que te ayudó a alcanzar ese récord fue tu quarterback, Byron Brown, quien tuvo una gran temporada el año pasado. ¿Cómo dirías que él te ha ayudado a convertirte en un mejor receptor? ¿Y cómo construiste esa química con él?
Byron es un atleta increíble. Es «el hombre», por decirlo así. Tenerlo como quarterback te motiva a hacer tu trabajo porque sabes que, si estás abierto, él encontrará la manera de hacerte llegar el balón. La conexión fuera del campo también ha sido clave para el éxito dentro del campo. Es uno de mis mejores amigos en el vestuario. Bromeamos diciendo que le supero siempre en el billar. Pero, hablando en serio, la confianza en el campo es total. Él sabe que estaré en el lugar correcto y yo confío en que él me hará llegar el balón. Cuando dejas que los que hacen jugadas tengan la oportunidad, suceden grandes cosas.
Si tuvieras que elegir un momento de tu tiempo en la universidad, ¿cuál sería y por qué?
Personalmente, si tuviera que elegir un momento, sería la victoria en el partido de bowl. Durante mi tiempo aquí, nunca habíamos ganado tanto como ese año. Fue la primera vez que pudimos competir y ganar un bowl game. Ver la reacción de mi familia, tener a mi madre, mi padre y mi novia sosteniendo el trofeo fue algo súper especial para mí. Es un momento que voy a atesorar el resto de mi vida. Ganar a un nivel tan alto y vencer a un equipo realmente bueno fue, sin duda, el mejor momento.
¿Qué áreas crees que necesitas mejorar ahora mismo?
Creo que necesito mejorar mi capacidad para ser una amenaza en jugadas largas. Hago mucho trabajo en el medio campo y en jugadas cortas, pero siento que me falta dar ese paso extra para hacer jugadas grandes y atrapar pases en situaciones más difíciles. Esa es un área donde puedo mejorar. Hacer recepciones en situaciones complicadas y en pases largos es algo que me gustaría perfeccionar, y siento que aún tengo margen para desarrollarme en ese aspecto del juego. Pero en cuanto a lo que mejor hago, creo que es hacer que los defensores fallen. Siento que si estás cubriéndome en un área pequeña o en una zona apretada, de alguna manera voy a encontrar la forma de superarte. Tengo esa habilidad para zafarme en espacios reducidos y conseguir abrirme para el pase del quarterback.
¿Cómo es adaptarse a un equipo de fútbol americano universitario viniendo del instituto? ¿Crees que esa adaptación es difícil o solo requiere tiempo?
La adaptación del instituto a la universidad es sin duda un proceso complicado. Al ser ya uno de los jugadores más veteranos del equipo, ahora puedo ver cómo los novatos llegan con esas mismas dudas y desafíos que yo enfrenté al inicio, y siento que es mi deber enseñarles cómo tener éxito a este nivel. Porque la verdad es que la rutina diaria cambia mucho. Tienes que ser mucho más disciplinado en todo: en los entrenamientos, en los estudios, en cómo manejas tu tiempo libre. No es solo venir al campo y jugar; el trabajo que haces fuera del campo es igual de importante para tener éxito.
Ves a muchos jugadores que fueron las estrellas en sus equipos de instituto, pero cuando llegan aquí, todos han sido los mejores de sus respectivos equipos de instituto, y eso marca una gran diferencia. Ya no eres el mejor de forma automática, tienes que ganarte tu lugar cada día. Y además, como dije antes, la experiencia cuenta mucho. A veces estás compitiendo con jugadores de 25 años y tú solo tienes 17 o 18, así que hay una gran brecha de experiencia. Eso es algo que los más jóvenes deben entender, y es mi trabajo como veterano enseñarles los caminos para competir al más alto nivel.
¿Qué destacarías de la American Conference y cómo describirías las diferencias en el nivel de juego, tanto en ofensiva como en defensa?
En cuanto a la conferencia, creo que nuestro equipo se adapta muy bien al nivel de la competencia. Tenemos una defensa que puede competir con cualquiera en la conferencia. Durante la pretemporada, hemos hecho ajustes y conseguido las piezas que nos faltaban en ciertos puntos clave. Nuestra profundidad en el equipo es buena, lo que nos permitirá mantener competitivos a lo largo de toda la temporada. En términos ofensivos, jugamos a un ritmo muy rápido, y creo que eso va a ser un gran desafío para muchas defensas en la conferencia. Nuestra velocidad y capacidad para ejecutar jugadas rápidas creo que será una de nuestras mayores ventajas. Vamos a tener muchas jugadas explosivas este año, y eso va a desestabilizar a muchas defensas. Creo que, en general, nuestro equipo está muy bien preparado para competir al más alto nivel en la conferencia.
¿Cómo te definirías como jugador en el campo? ¿Qué tipo de receptor dirías que eres?
Si tuviera que describirme con una sola palabra, diría «conciencia». Siento que una de mis mayores fortalezas es mi capacidad para entender el juego, saber dónde están los espacios abiertos en el campo, dónde está el «césped libre» dónde puedo moverme para conseguir el balón. También tengo una buena capacidad para leer a los defensores y anticipar sus movimientos. Esto me permite jugar más rápido y con más confianza. Cuando entiendo qué tipo de cobertura están usando, me siento mucho más cómodo y creo que eso me da una ventaja sobre mis oponentes.
Siento que, cuando estoy jugando mi estilo de football, nadie puede realmente cubrirme de forma efectiva. Incluso en espacios reducidos, tengo la habilidad de encontrar la forma de liberarme y estar disponible para recibir el pase. Esa conciencia del juego y mi capacidad para hacer movimientos rápidos creo que son las cosas que mejor me definen como receptor.
¿Qué jugador, pasado o presente, dirías que es el más similar a ti como receptor?
Cuando estaba en USF, uno de los jugadores a los que más admiraba y que creo que es similar a mí en estilo es Xavier Weaver. Siento que ambos modelamos nuestros juegos de manera similar. Él fue alguien que siempre respeté mucho como compañero de equipo, y siento que ambos aprendimos mucho él uno del otro. Compartimos ideas y hablábamos mucho sobre diferentes movimientos y técnicas que podíamos usar para mejorar nuestras habilidades como receptores.
Ambos añadimos diferentes herramientas a nuestro «arsenal» a lo largo del tiempo, y creo que eso nos ayudó a convertirnos en mejores jugadores. En ese sentido, siempre fue alguien con quien me encantaba competir, y sentí que estar en su entorno me empujó a ser un mejor jugador. Si tuviera que elegir a alguien a quien me parezca como receptor, definitivamente sería Xavier Weaver.
¿Qué tipo de música escuchas antes de un partido? Y si tuvieras que elegir una canción, ¿Cuál sería?
Antes de los partidos escucho a Rod Wave. Necesito algo calmado para prepararme, porque siempre estoy ansioso antes de un partido. Escuchar música tranquila me ayuda a relajarme y a encontrar un equilibrio antes de salir al campo. Si tuviera que elegir una canción, probablemente sería «Shooting Star» de Rod Wave.
¿Qué significa el football para ti?
El football lo es todo para mí. Me da ilusión y ha sido una gran parte de mi identidad durante toda mi vida. Para mí, el football es como un santuario. No importa el problema que tengas fuera del campo, cuando juegas, todo desaparece. Es una especie de terapia, me encanta salir y competir. Cuando estás en el campo, sólo tienes que concentrarte en hacer tu trabajo en cada jugada. Eso es lo que el football significa para mí: lo es todo.
Óscar Lavigne – @osskartelito Y Alberto Prieto – @AlbertoTl16
Introducción a cargo de Hugo Manero – @HugoManero1