El “¿y ahora qué?” de los Buccaneers

Llega ese momento en la temporada que, a excepción de los privilegiados que alcanzan las fases finales de playoffs, casi todas las franquicias y sobre todo sus aficionados, hacen balance de lo bueno y lo malo de 2024 y empiezan a pensar en la nueva temporada. Un tiempo en el que las franquicias con peor récord empieza a soñar con un nuevo draft y en el que los equipos que aún se mantienen con vida se enorgullecen del trabajo realizado en la temporada. Pero, ¿qué pasa con las franquicias que se han mantenido en un nivel medio, como es el caso de Tampa Bay Buccaneers? ¿Y ahora qué?

Una temporada con algunos «peros».

La verdad es que, tras digerir la ajustada derrota en Wild Cards ante los Commanders (dejando la gestión de ese último field goal de los Bucs aparte), a la temporada de Tampa no se le pueden poner muchos peros: Ganadores de la NFC Sur por cuarta vez consecutiva, un quarterback de garantías que cierra el año con 4500 yardas, repeat de Mike Evans que, por undécima temporada consecutiva alcanzando las 1000 yardas, o la aparición de Bucky Irving, un corredor que promete marcar una época en la bahía de Tampa y, quién sabe, quizás en esta NFL. Pero voy más allá, este año también se ha confirmado la continuidad de la mentalidad ganadora, o por lo menos competitiva, insuflada por Brady y Arians, que nos hizo pasar de ser una franquicia del montón (quizás de demasiado abajo de ese montón) a ser un equipo a tener en cuenta.

 

Mike Evans llega a las 100 yardas ante Saints. Fuente: buccaneers.com

 

En cambio, la temporada también ha tenido sus sombras: la marcha de Dave Canales a un rival divisional, que nos dejaba el ataque en la más absoluta de las incertidumbres. La falta de intensidad de Bowles en el 99,9% de las jugadas del equipo. Los apagones momentáneos del equipo que nos han hecho dejarnos partidos que, a priori, estaban disputados. O la reciente y extraña huida de Coen hacia Jacksonville, que vuelve a situarnos como una de las mejores “canteras” de head coach de la liga y que nos lleva de nuevo a la casilla de salida en la búsqueda de comandante para nuestra ofensiva.

Y con esta suma de cosas, con este sabor, en mi opinión, más dulce que agrio de temporada 2024, toca hacerse la famosa pregunta que da título a esta entrada:

 

 

¿Y ahora qué?

Lo cierto es que mires donde mires las respuestas tampoco son muy amplias, ya que galeón del Raymond James Stadium está bastante apuntalado. Baker se ha consolidado como nuestro QB de nuestro presente y de nuestro futuro más cercano, tenemos un grupo de running backs, capitaneado por el rookie-Bucky, que ya lo querrían más de una franquicia contender al anillo, y Evans y Vea, que siguen dando alegrías a la bahía de Florida tal y como desde años nos tienen acostumbrados. En cambio, ¿es esto suficiente o es el momento de que la franquicia vaya un paso más allá? ¿es el momento de que desde Tampa se valore el grupo que tenemos, reforzarlo e intentar ir a por un tercer anillo?

 

Rookie-Bucky en la semana 12 ante Giants. Fuente: buccaneers.com

 

Lo cierto es que los puestos que hemos mencionado se encuentran bastante estabilizados y, obviamente, este upgrade tendría que pasar por mirar en primer lugar a la banda. Está mirada supondría dejar en tierra a un head coach con pleno en lo que a clasificación de playoffs se refiere, pero con algunos debes en cuanto a actitud y a valentía, en una NFL donde los cuartos downs cada vez son más funcionales. Pero también puede ser el momento de que, aprovechando nuestro origen náutico, los Bucs empiecen a escuchar esos cantos de sirena habituales cada temporada pero, que este año, hablaban de un Hill a tres horas de distancia de Tampa o incluso de ofrecer un camarote para que Crosby cambie de puerto.

Dejando los sueños propios del modo franquicia del Madden a un lado y rumores que pocas veces llegan a algo, lo cierto es que tanto Jason Licht como la familia Glazer tienen una primavera intensa por delante a la hora de conformar lo que quieren que sean estos Bucs de cara a 2025 y, quién sabe, quizás montar un proyecto como el que ya tuvimos en 2020 y que nos dejó uno de los mejores momentos de la memoria reciente de la bahía de Tampa. Sea como sea, se abre una época gloriosa de trades, picks y power rankings que, a falta de partidos, hacen que la espera hasta septiembre se haga un poco más llevadera.

¡Veremos cuál es el botín que terminamos subiendo al galeón!

 

Rubén Yusta | @rubentsocial