El fin de una época polarizada

Derek Carr dió estabilidad en la posición de quarterback para los Raiders durante 9 años, pero todo tiene un desenlace y el del mariscal no será uno bueno. polarizada 

 

La dicotomía de un jugador

Carr no siempre fue un elemento que polarizara el debate entre la Raider Nation.

Irrumpió con su presencia en el 2014 y desde ahí no soltó la titularidad, teniendo su mejor año en 2016 donde sonó para ser el MVP de la temporada.

Años después y gracias a una baja de juego a raíz de la lesión que lo alejo de su primera presentación en Post temporada, mucha afición entró en desesperación y las fracturas comenzaron a manifestarse.

Las flaquezas se agravaron conforme los años, checar su draft profile y ver que todas sus debilidades del college aparecían ahora en su etapa profesional, solo evidenciaba algo, la falta de un esquema que no potencializó al QB.

Jack del Río decidió deshacerse del coordinador Ofensivo Bill Musgrave con quien el producto de Fresno State había entablado buena química, en pos de colocar a Todd Downing, un QB coach inexperto en las labores de un offensive coordinator, no iba a desarrollar un mariscal quien continuaba con su evolución.

 

Intento desesperado

Con propósitos de recuperar esa mística ganadora extraviada, la franquicia negro y plata trajo a Jon Gruden quien logró sacarle jugo a Derek, a tal grado de hacerse con todas las estadísticas posibles del equipo en su rubro, yardas aéreas y anotaciones por pase.

En cuanto a números podríamos hablar del mejor quarterback en la historia de los Raiders.

Aun así, los errores eran marcados, su miedo al contacto era evidente, causaba fumbles constantes y además ya era muy tarde para aprovechar su agilidad en la carrera.

El haberlo forzado durante la mayor parte de su trayectoria a un esquema west coast de pase corto mermó sus capacidades, se caracteriza por ser un jugador que toma riesgos, cuyo punto fuerte era lanzar profundo el balón, no por nada su inspiración es Brett Favre, pero al no explotar eso, se estancó y las estadísticas maquillaban estos hechos.

Josh McDaniels y el parecían el matrimonio ideal, traía un esquema al que ya se estaba acostumbrando, pero todo salió contrario a lo esperado.

Después de una mala temporada, el ex OC de los patriots fue el primer HC en sentarlo, pero eso nos trae una pregunta.

¿Es Derek Carr el chivo expiatorio?

Si bien es cierto que ha tenido una mala temporada con el mejor WR de la liga y su amigo personal, con el RB líder en yardas terrestres esta temporada y con una línea ofensiva medianamente funcional, también se le debe achacar mucho a la forma en que McDaniels ha mandado las jugadas, a la poca inventiva y a la carente confianza que se notaba le tenía a su líder del backfield y vestidor.

La NFL es el deporte en equipo por excelencia y las derrotas o victorias son, muy escasas veces provocadas por un solo elemento.

Sobre todo, en el caso de este grupo, teniendo mitades tan dispares, mostrando fortaleza al inicio y un muy obvio conservadurismo al final, incluso cayendo en lo predecible.

McDaniels / raidersbeat.com

 

Mensajes crípticos fueron enviados a lo largo de la temporada, El head coach culpando entre líneas al QB, Derek Carr comentando que hay cosas de las que le gustaría hablar, más no hacerlas públicas y Davante Adams defendiendo siempre a su compañero en Fresno State.

Este tipo de sucesos nos hacen pensar muy mal, sobre todo con los antecedentes que McDaniels tuvo en Denver, no es la primera vez que intenta hacer ver a una persona en particular como el culpable del mal paso de sus dirigidos.

Esas emociones fueron muy visibles al final del partido contra los Colts, el oriundo de California nunca había demostrado ese tipo de actitudes en 9 años.

Guerra Civil

Todo lo expuesto causó que la afición lo amara o lo odiara, era excusado y exhibido, ambos lados tenían razón, ambos lados basaban sus dichos con pruebas, pero eso también ocasionaba que lo bueno que hacía se expusiera y lo malo se acentuara.

La verdad es que los Raiders forzaron una relación de 9 años, nunca tuvo una defensa que superase el puesto 20 en los rankings y lidió con 6 head coaches.

 

 

También firmó 2 lucrativos contratos evitando que el equipo pudiese reforzar las posiciones que requerían ser abordadas, de todos modos, esas zonas podían ser solventadas en el Draft y las malas elecciones en el primer día del evento, evitaron que este equipo lograse vuelos más altos.

Derek Carr nunca pudo superar la disfuncionalidad de los Raiders y él tampoco logró jugar conforme lo que cobraba.

Desperdiciaron la carrera de un componente que no iba a llevarlos al siguiente nivel el solo y si bien, ha recibido opiniones dispares, en un futuro, la nostalgia hará que lo recordemos como una leyenda de los Raiders.

 

 

Ahora solo queda rezar para que no se malgaste a Maxx Crosby, a Davante Adams y al próximo mariscal que comande el escudo.

Miguel Orozco

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