Una vez que pasado el Draft y que la mayoría de los medios han ido clasificando los diferentes picks, movimientos y apuestas de las franquicias, llega el momento de analizar las nuevas incorporaciones de los Bucs para el nuevo curso y de hacer un análisis de lo que ha supuesto este Draft, junto a la agencia libre, para la franquicia. Buccaneers
El draft de Tampa Bay Buccaneers
A diferencia de lo que muchos medios comentan acerca de las pocas novedades de este Draft, a excepción de la sorpresa de Shedeur Sanders, lo cierto es que Tampa daba la campanada seleccionando un receptor en primera ronda, al contrario de lo que todas las apuestas apuntaban y cuyos pronósticos se decantaban por un refuerzo en la defensa desde los primeros picks.
El elegido en esta primera ronda fue Emeka Egbuka, wide receiver del reciente campeón Ohio State, que llega para reforzar la pareja de receptores Evans-Godwin.
Además de la apuesta por dotar de manos a Mayfield, esta selección nos hace temer que la bahía de Tampa se prepara para vivir una de las últimas temporadas de Mike Evans, lo cual también se podría esperar de Godwin si no tuviéramos en cuenta su reciente renovación.
Con el pick número 53, en segunda ronda, los Bucs apostaban por Benjamin Morrison, el cornerback de Notre Dame.
Por una vez, los pronósticos acertaban y la franquicia reforzaba su defensiva en una de las posiciones que más dudas dejaron la temporada pasada y donde los Buccaneers carecen de una figura de referencia y de garantías.
Tercera ronda y Tampa repetía la fórmula y volvía a seleccionar un cornerback.
En esta ocasión el pick se fue hasta la universidad de Kansas State, para seleccionar al CB con el dorsal 10 Jacob Parris. Sin duda otra muestra más de que, la que para muchos es la posición más complicada de la NFL, apenas estaba cubierta con Dean, McCollum y compañía.
El pick 121 de cuarta ronda llegaba hasta la bahía de Tampa en forma de edge, confirmando nuevamente la necesidad de la franquicia de músculo defensivo.
En esta ocasión, el elegido fue David Walker de Central Arkansas, que cuenta con 31 sacks en su haber y con grandes perspectivas de seguir capturando quarterbacks en el estado de Florida.
La quinta ronda del draft se materializaba en Tampa siguiendo lo hecho anteriormente: duplicando la posición elegida anteriormente.
Es por ello que los Bucs reforzaban de nuevo el edge con la selección de Elijah Roberts, de SMU.

Y por último, cerrando este Draft, los Buccaneers volvían a doblar posición al seleccionar en séptima ronda al WR Tez Johnson de Oregon.
Aunque es cierto que en estas posiciones de draft formar parte del roster es algo que tiene que ganarse muy a pulso, no deja de ser llamativo el interés de Tampa por reforzar el cuerpo de receptores por la veteranía de sus dos estrellas en esta posición.
El mercado de undrafted
Pero el Draft, además de ser un evento multitudinario rodeado de emociones, apuestas, aciertos y errores, también abre la puerta a un mercado gris de contratación de los jugadores que no han sido seleccionados entre las 257 selecciones disponibles. Entre los 6 agentes libres que llegan a Tampa para ganarse su plaza en el minicamp, sin duda hay dos jugadores que destacan, por lo menos mediáticamente sobre el resto. El primer undrafted free agent reseñable de los Bucs en los que hay que detenerse es en Shilo Sanders, el safety de Colorado que, como no puede ser de otra forma, sitúa a la franquicia en el foco de la noticia por las acciones y declaraciones desarrollados por su padre y su hermano respectivamente y que han dado como resultado la caída de Shedeur hasta la quinta ronda.
En este sentido, es bastante curioso como el fichaje del safety llegaba cuando se hacía efectiva la separación contractual de Shilo con su padre, el mediático y siempre polémico Deion Sanders. Y como no podía ser de otra forma, debido a las razones de peso que se encuentra detrás de este fichaje, desde Florida los Tampa Bay Buccaneers se hacían con los servicios de Desmond Watson, el tackle famoso por 437 libras de peso (casi 200 kilos), que se establece en la bahía para hacer pareja con otro grande de la franquicia, Vita Vea.
El balance
Y una vez que finaliza este Draft y el mercado de agentes libres, aunque algún rumor sigue sobrevolando la bahía de Tampa, es importante hacer balance sobre cómo queda el equipo después de estas incorporaciones.
En cuanto al ataque, Jason Licht parece que ha apostado por reforzar el cuerpo de receptores, apostando fuertemente por Egbuka y con la vista puesta en el futuro de la posición con la realidad de la veteranía de una de las parejas de receptores que más han aportado a la historia de la franquicia. Con la posición de running back totalmente cubierta, lo único que se echa en falta es un plan B frente a una posible lesión de Mayfield, lo cual supondría echar por tierra el proyecto de Tampa puesto que Kyle Trask está lejos de ser un recambio de garantías para un equipo de la NFL.
Respecto a la defensa, la valoración es clara. Se han reforzado las posiciones de cornerback y de edge, algo totalmente necesario en la temporada anterior, y se ha añadido algo más de músculo a la plantilla, con especial atención al compañero de batallas de Vea que, de mantenerse en el equipo, será un añadido más para ver a estos Bucs en la próxima temporada.
Rubén Yusta | @rubentsocial