El draft de los Cleveland «Sanders»

El pasado viernes 25 de abril volvió uno de los días más esperados de la NFL, el draft. Lamentablemente Cleveland volvía por sus fueros y su mala temporada representaba su posición en el segundo puesto (dicho de otra manera, el año pasado fueron el segundo peor equipo de la temporada). Sanders Sanders Sanders 

 

El proceso predraft

Durante todo el proceso predraft parecía claro que el experimento Watson había llegado a su fin (no así su salario que se lo va a llevar enterito) y, en consecuencia, la prioridad de los Browns pasaba por la elección, otra maldita vez, de ese esperado QB franquicia (recuerdos desde Tampa de Baker Mayfield).

Hecho que se consagró con la incorporación de Kenny Pickett y, más tarde, de Joe Flacco. Incorporaciones que atufaban, si me lo permiten, a la famosa reconstrucción tan habitual en la NFL.

 

Un nombre propio, «Legendary»

No voy a hablar de los picks, bueno sí. Sólo de uno. “With the 144th pick, the Cleveland Browns select…. No era el pick original de Cleveland. Lo adquirieron vía Seattle a cambio de los picks de últimas rondas que les quedaban.

 

Shedeur en pantalla / marca.com

 

Y habiendo elegido un quarterback en tercera, un reach solo entendible por un pánico extremo al que llegó Berry (el que por cierto ni siquiera debería formar parte del Front Office pero que ahí sigue) como Dillon Gabriel, un quarterback destinado a salir según nflmockdraftdatabase.com, allá por el pick 178 – 6ª ronda,  fue elegido con el pick 94.

 

Y saltó la sorpresa

¿Qué podíamos elegir en 5ª ronda? Pues otro quarterback, Shedeur Sanders. Y no uno cualquiera. Un jugador proyectado, por talento, hasta en el top 3 del draft (incluso llegó a verse como pick 1) que fue cayendo, y cayendo, y cayendo…Y cuándo esto pasa, sólo en muy pocas ocasiones es un error. En poquísimas es el robo del draft. Y en la mayoría de las circunstancias los que dejaron pasar ese error estaban en lo cierto.

Además de las lógicas dudas sobre sus capacidades físicas y técnicas (de las que no escapa nadie), cómo su supuesta dificultad de encontrar lo que suelen llamar “tight-windows throws” (lanzamientos en ventanas estrechas), supuesta falta de «atleticismo» al más alto nivel, o supuesta profundidad en sus lanzamientos, lo que más hizo bajar a Shedeur fueron los off-field concerns (problemas fuera del campo).

Dicho de otra manera. El circo que hay tras él las 24 horas del día. Un Johnny Manziel 2.0 por buscar alguna similitud. Algo que hay que agradecer no sólo a él, sino especialmente a su padre, uno de los mejores cornerbacks de la historia de la NFL y, al mismo tiempo, uno de los «bocachanclas», si me permiten la expresión, más relevantes del panorama NFL actual. Deion Sanders.

Mucho se ha hablado ya en tertulias NFL de la falta de disciplina mostrada en la entrevista con numerosos equipos (especialmente llamativa la que tuvo con Brian Daboll y los NY Giants). En todas ellas parece que fue definido como tan arrogante como falto de preparación.

Sólo hace falta ver la habitación que recreó para el día del draft:

O por la mera influencia de “Prime Time” o ahora “Coach Prime” (apodo de su padre) desde que llegó como entrenador a Colorado.

O su apenas participación en las Combine.

 

Había una vez un circo

Y, como la famosa canción de éxito en la España de los años 70 y 80, el circo llegó a la bahía de Ohio. Con Shedeur a la cabeza.  En definitiva, una franquicia que ya es un circo lo que menos necesitaba era otro miembro de la farándula NFL. Una nueva distracción que no necesita el equipo. Un nuevo ejemplo de la incapacidad de los propietarios de alejarse del ruido y centrarse en armar un equipo competitivo (algo que sólo consiguieron un año).

En el mejor de los casos saldrá bien (algo de lo que tengo muchas dudas si un chaval de ya 23 años todavía no ha madurado difícil que lo haga más adelante, y menos en una franquicia como la de los Browns). En el peor saldrá mal y la gente olvidará ya el mayor fracaso de esta franquicia, el Caso Watson. Al menos, cortarlo saldrá barato y renovarlo, también.

De nuevo, otro año en que Cleveland volverá a los focos de la NFL no por su juego sino por todo lo que le rodea fuera del campo.