El draft de la NFL siempre despierta análisis inmediatos, rankings apresurados y debates encendidos. Sin embargo, comprender el trabajo de los Chicago Bears en el draft de 2025 exige mirar más allá de las calificaciones rápidas. No se trata simplemente de qué talento incorporaron, sino de entender que Ben Johnson tiene un plan.
El nuevo entrenador jefe de los Bears, ex coordinador ofensivo de los Detroit Lions, no seleccionó por acumulación de talento; seleccionó para construir una estructura coherente, inspirada en su éxito en Detroit. Cada pick refleja una visión clara, un esquema preciso y, sobre todo, una adaptación a su nueva franquicia.
Ben Johnson: el arquitecto tras el proyecto Bears
Durante su paso por los Lions, Johnson fue el cerebro de una ofensiva que finalizó entre las cinco mejores en puntos y yardas totales en 2022 y 2023. Su ataque combinaba un poderoso juego terrestre (con David Montgomery y Jahmyr Gibbs) con un ataque aéreo de precisión, caracterizado por el uso intensivo del play-action y rutas de liberación rápida.
Ese molde ahora llega a Chicago. Y para ello, el draft de 2025 ha sido su primer ladrillo.
El plan en acción: jugadores para ejecutar un sistema probado
A continuación, analizamos cómo encaja cada selección dentro del plan maestro de Johnson.
1. Colston Loveland, TE (Michigan) – 1ª ronda, pick 10
Perfil: Ala cerrada de 1,96 m y 111 kg, Loveland destacó en 2024 con 56 recepciones para 582 yardas y 5 touchdowns. Es un jugador fiable en situaciones de tercera oportunidad y un excelente bloqueador en formaciones pesadas.
Comparativa: Su versatilidad recuerda a Sam LaPorta, pieza esencial en la ofensiva de Johnson en Detroit.
Encaje: Permite el uso del 12 personnel, ofreciendo amenaza por el centro del campo y mejorando el juego terrestre.
2. Luther Burden III, WR (Missouri) – 2ª ronda, pick 39
Perfil: Receptor eléctrico de 1,80 m y 94 kg, acumuló 1.212 yardas y 9 TDs en 2024, con una media de 16,2 yardas por recepción. Excelente tras la recepción (YAC).
Comparativa: Muy similar a Amon-Ra St. Brown, puede jugar tanto en el slot como abierto.
Encaje: Complementa a DJ Moore y Rome Odunze con explosividad y capacidad de crear separación.
3. Ozzy Trapilo, OT (Boston College) – 2ª ronda, pick 56
Perfil: Tackle de 2,03 m y 140 kg, con cero sacks permitidos en 2024. Técnica sólida, ideal para proteger el lado ciego.
Comparativa: Recuerda a Penei Sewell, aunque como un proyecto a desarrollar.
Encaje: Refuerza la línea ofensiva para dar seguridad a Caleb Williams y establecer el run game.
4. Shemar Turner, DT (Texas A&M) – 2ª ronda, pick 62
Perfil: De 1,93 m y 136 kg, registró 36 tacleadas, 5,5 para pérdida y 2 sacks en 2024. Fuerte presencia interior.
Comparativa: Similar a Alim McNeill, con capacidad de presión desde el interior.
Encaje: Aporta agresividad y control de línea en defensa.
5. Ruben Hyppolite II, LB (Maryland) – 4ª ronda, pick 132
Perfil: 1,83 m, 105 kg. Total de 66 tacleadas en 2024. Inteligente, rápido lateralmente.
Comparativa: Su lectura del juego recuerda a Alex Anzalone.
Encaje: Ideal para cubrir zonas y contribuir en special teams.
6. Zah Frazier, CB (UTSA) – 5ª ronda, pick 169
Perfil: Esquinero de 1,91 m, 6 intercepciones en 2024, líder en FBS. 9 pases defendidos.
Comparativa: Estilo tipo Cam Sutton, versátil en cobertura.
Encaje: Refuerzo valioso para el depth chart de la secundaria.
7. Luke Newman, OL (Michigan State) – 6ª ronda, pick 195
Perfil: Interior ofensivo con 12 partidos como titular en 2024. 739 snaps jugados, reconocimiento All-Big Ten.
Comparativa: Prototipo Graham Glasgow: versátil y fiable.
Encaje: Cubre posibles bajas y aporta solidez a la rotación.
8. Kyle Monangai, RB (Rutgers) – 7ª ronda, pick 233
Perfil: 1.279 yardas terrestres y 13 touchdowns en 2024. Promedio de 5,0 yardas por acarreo. Destaca tras el primer contacto.
Comparativa: Muy similar a David Montgomery, por potencia y estilo.
Encaje: Aporta dureza en tercer intento y control del reloj.
Conclusión
El plan de los Chicago Bears para reconstruir su franquicia no comenzó en el draft de 2025. Comenzó semanas antes, con una agencia libre agresiva, estratégica y orientada a resultados. Bajo la dirección de Ben Johnson, la organización dejó clara su intención de construir desde las trincheras, proteger a su nuevo quarterback franquicia Caleb Williams y dotar al equipo de profundidad y carácter competitivo.
En la agencia libre, llegaron piezas clave como el centro Drew Dalman, y los guards Joe Thuney y Jonah Jackson, lo que permitió rediseñar por completo el interior de la línea ofensiva. También se incorporaron perfiles polivalentes como Olamide Zaccheaus, Devin Duvernay y el versátil Travis Homer. En defensa, destacaron los fichajes de Dayo Odeyingbo y Grady Jarrett, apuntalando la presión al pocket y dando mayor solidez al front seven.
Ese enfoque continuó —y se completó— en el draft. Cada elección respondió a una lógica táctica, no a la moda del momento ni al talento aislado. Se priorizó la funcionalidad sobre el nombre, el encaje sobre la espectacularidad. Es la forma en que construyen los equipos que quieren perdurar.
Ben Johnson no sólo ha llegado para dirigir desde la banda, sino para implantar un sistema ofensivo y defensivo adaptado al potencial de su plantilla. Las comparaciones con su trabajo en Detroit no son casualidad, sino una hoja de ruta evidente. El modelo que construyó allí dio frutos; ahora busca replicarlo —y evolucionarlo— en un contexto más exigente como el de Chicago.
Este proyecto no busca atajos. Con tiempo, desarrollo y coherencia, estas incorporaciones —en el mercado y en el draft— pueden convertirse en el núcleo que devuelva a los Bears a la relevancia en la NFC. Porque cuando se tiene un plan, un liderazgo claro y una visión a largo plazo, el éxito deja de ser una cuestión de suerte.
Y en Chicago, por fin, hay un plan. Y ese plan tiene nombre y apellidos: Ben Johnson.