Una offseason con muchos deberes (I)

Una offseason con muchos deberes (I)

Tras la celebración de la última Super Bowl, la planificación de la próxima temporada ya es una realidad. Lo cierto es que, por desgracia, el motor de planificación está que echa humo desde hacer semanas en Arizona. La temporada que se acerca va a ser muy extraña. El último año de Larry Fitzgerald, y el presumible último año de Carson Palmer, van a definir las aspiraciones de un equipo que aspira a aprovechar el último resquicio de una ventana que le permita levantar un Lombardi.

Es por ello que la lista de prioridades de Steve Keim tiene que ser un poco confusa. Por una parte, ha de calibrar un equipo que pueda competir por lo máximo; por otra, debe planificar el futuro post-Palmer. La gerencia ha sabido exprimir sus últimos años y rodearle de un equipo luchador. Pero, cuando el equipo ya no esté bajo su mando, debe quedar una plantilla competitiva y con liderazgo, que no se derrumbe ante la incertidumbre.

Con las cartas sobre la mesa, este es el primer artículo sobre algunos de los asuntos que la dirección del equipo deberá priorizar a la hora de planificar la próxima temporada.

Proteger a Carson Palmer

Para que el ataque de Arians funcione, Palmer debe gozar de una mejor protección, simple y llanamente. Lejos quedan los días del recién nombrado hall of famer Kurt Warner, que disfrutaba de repartir el ataque por todo el campo, con cinco protectores, y esperar a que llegara el blitz para hacer trizas las defensas rivales. El ataque de Bruce Arians es bien sabido diferente. Aunque el entrenador asegura que cada jugada tiene una opción corta, media y larga, lo cierto es que su amor por las chunk plays parece hacer hincapié en las opciones largas. Y para que esa opción se desarrolle, Palmer debe ser capaz de lanzar con más tranquilidad.

Es imposible obviar que la última temporada decimó buena parte de la línea ofensiva: más de diez jugadores diferentes ocuparon posiciones en la unidad durante el año. Jared Veldheer y Mike Iupati —el lado izquierdo— se vieron apartados de los terrenos y Evan Mathis apenas pudo disputar cinco semanas antes de romperse. Esto quiere decir que Bruce Arians se vio obligado a arreglar el roto que dejaron los mejores jugadores de la línea con Earl Watford, John Wetzel o Ulrick John.

Carson Palmer detrás de la línea frente a los Seahawks | Norm Hall – Getty Images Sports

El lado positivo es que las lesiones obligaron a DJ Humphries, un primera ronda en su año sophomore, a ocupar el lado de Veldheer y demostrar que es un jugador natural para la posición. Los últimos informes apuntan a que se quedará ahí y que Jared Veldheer pasará a ocupar el lado derecho, salvo pataleta. Esto solidificará una línea que debe responder a las expectativas y dar otro paso adelante, gracias a la vuelta de los lesionados y la aportación de rookies prometedores como Evan Boehm o Cole Tonner. Si estos dos últimos no encuentran el ritmo, la posición de center volverá a quedar en manos de AQ Shipley y la profundidad en la posición de guard será muy endeble. Y aunque encuentren el ritmo, el guard derecho deberá ser una posición a tener en consideración durante las adquisiciones de la pretemporada. Earl Watford es un buen mauler, pero sufre en pass pro.

Pero, personal aparte, Bruce Arians y Harold Goodwin también deberán hacer un mejor trabajo esquemático. El mismo Arians lo ha reconocido múltiples veces en prensa. Sus famosos backfields vacíos se plantean problemáticos en ocasiones, ya que el playcalling es muy diferente al de los Cardinals de aquellos días de 2008. Y la falta de disciplina en la unidad, con penaltis de todos los colores cada semana, ha hecho a alguno rememorar los oscuros días de Russ Grimm y Levi Brown.

Arreglar los equipos especiales

Catanzaro falla el último FG ante los Patriots | John W. McDonough – Getty Images

Es difícil encontrar un equipo al que sus equipos especiales le hayan costado un posible pase a la postemporada de manera tan flagrante. No hablamos de un field goal tardío fallado. Ni de un error de cobertura en un retorno de punt. No hablamos de errores puntuales. Hablamos del fracaso sistemático de una unidad. Una unidad que, semana sí, semana también, dificultó el camino del resto de compañeros y echó al traste sus aspiraciones repetidamente, con constancia, con una incompetencia desmedida. Esta debacle no tiene precedentes, y no han sido pocas las voces en señalar a Amos Jones, el coordinador de la unidad, como culpable. No obstante, el amiguismo de Bruce Arians, que en ocasiones parece ser un político que debe muchos favores, le mantendrá una temporada más en su cargo.

Repasemos brevemente aquellas veces en que los equipos especiales le costaron casi con total seguridad el partido a los Cardinals durante la temporada:

  • Semana 1 frente a los New England Patriots: Chandler Catanzaro falló el field goal que hubiera dado la victoria a los Cardinals en el último segundo. Toda la ira cayó sobre el kicker, sin embargo, las repeticiones mostraron que fue un mal snap del rookie Cameron Canaday lo que dificultó la patada. Los Cardinals perdieron durante la pretemporada a Mike Leach, long snapper durante seis temporadas. El retiro de este jugador se arregló con la llegada de este rookie que aún no sería cortado y que más tarde volvería a recordar a los aficionados que no hay que menospreciar ninguna posición.
  • Semana 4 frente a los St. Louis Rams (en paz descansen): Tavon Austin devolvió un punt para 47 yardas que facilitó el touchdown ganador de los Rams. Los errores de cobertura en retorno se sucedieron semana sí, semana también. Justin Bethel se perdería la Pro Bowl como gunner por primera vez en su carrera.
  • Semana 7 frente a los Seattle Seahawks: sin malos snaps por delante, Chandler Catanzaro falló un field goal ganador en la prórroga. Por fortuna, ya sabemos lo que pasó después.
  • Semana 11 frente a los Minnesota Vikings: Cordarelle Patterson inauguró la segunda mitad devolviendo un kickoff para touchdown. Los Vikings acabarían ganando por seis puntos.
  • Semana 14 frente a los Miami Dolphins: en el primer cuarto, Chandler Catanzaro erró un field goal y falló su primer punto extra de la noche. Sí, el primero, porque en el último cuarto vería como le bloqueaban otro que fue devuelto para dos puntos. Los Cardinals acabarían perdiendo por tres puntos tras un último field goal de los Dolphins, que lograron una posición muy cómoda después de un largo retorno de punt.

5 partidos. 5 derrotas definidas por la incompetencia de una unidad estancada, sin liderazgo, sin capacidad de reacción, sin la habilidad necesaria. ¿Qué se debe hacer para arreglar este desaguisado? El primer elemento de la lista de la compra parece ser un long snapper. No debe ser tan difícil. Hay otros 31 equipos que lo tienen. ¿A ninguno le sobra otro?

El segundo elemento parece ser un nuevo punter. Echemos un vistazo a las siguientes estadísticas:

2014: 31º en distancia media de punts

2015: 29º en distancia media de punts

2016: 32º en distancia media de punts

Drew Butler y Chandler Catanzaro | Kevin C. Cox – Getty Images

Bruce Arians quiere un punter que sirva de holder en situaciones de field goal. Esta exigencia llevó a la incomprensible situación de cortar a Marqui Christian, un rookie de quinta ronda que acabaría en los Rams, para mantener a Drew Butler, el peor punter de la liga, en el roster tras su lesión. Butler, acabaría siendo cortado, reemplazado por Ryan Quigley y traído de vuelta a mitad de noviembre para asombro del personal. El peor punter de la liga, de vuelta como una plaga. Algunos ya empezaron a señalar los vínculos de su padre (Kevin Butler, jugador de los Cardinals en 1996) como posible conexión. Ya se sabe, cría fama y échate a dormir. Pero finalmente, diciembre fue el último partido de Butler como jugador de los Cardinals y Matt Wille, que supo exhibirse durante la lesión de Matt Bryant en los Falcons y encontrar un nuevo hogar, le ganó el puesto.

Los Cardinals entrarán en 2017 con Matt Wille y Richie Leone (el mejor punter de la CFL) compitiendo por un puesto. Sin embargo, ninguno ha conseguido nunca entrar en un roster desde el training camp y generan muchas dudas. Y esto, después de lo visto esta última temporada, no parece algo que el equipo se pueda permitir. Malas sensaciones.

El tercer elemento de esta lista de la compra tendría que ser un kicker. Sin embargo, parece poco probable que Chandler Catanzaro abandone su lugar. La gerencia confía en él, Bruce Arians confía en él. Un jugador de rachas anímicas, parece que nunca encontró comodidad en el campo ante la inestabilidad de la unidad: long snappers, holders… Chandler no ha necesitado defenderse. El desastroso supporting cast a su alrededor parece suficiente como para que el equipo se la quiera volver a jugar con él, en un entorno más sólido. Salvo que un competidor en training camp se lo meriende, parece que el kicker menos clutch de la liga está aquí para quedarse.

A estas tres posiciones vitales —long snapper, punter y kicker— se suma la necesidad de encontrar un retornador competente y enseñar a la unidad a cubrir retornos. Lo primero es posible, lo segundo está en manos de Amos Jones.

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La próxima semana continuaré con la segunda parte de este artículo e intentaré hablar del futuro del equipo en la posición de quarterback, de la necesidad de afianzar otra unidad y más. Stay tuned.

@cardinals_esp

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