Hemos logrado llegar al final de esta travesía por el desierto llamado offseason. Los campamentos de entrenamiento ya están aquí, y de aquí a febrero no para esta montaña rusa de emociones. Y hablando de emociones, creo que es una buena manera de describir lo que ha sido la temporada baja para los Steelers. Steelers Steelers Steelers Steelers Steelers Steelers Steelers Steelers
Antes del Draft realizamos una evaluación del roster comparándolo con el de la temporada pasada. Con la llegada del campamento, es el momento ideal para tener otro vistazo. Es evidente que la organización ha dado un paso hacia una nueva manera de manejarse, y Omar Khan ha jugado sus piezas: sí, muchas cosas las aprendió de Colbert, pero les está imprimiendo su sello personal. Aún no sabemos si los resultados se darán como se espera, pero intentar algo diferente ya es un paso en la dirección correcta.
Empecemos por la posición más importante del campo y la gran asignatura pendiente del análisis anterior: el mariscal de campo.
Mariscales de campo: 8
La posición que más incertidumbre ha generado en el equipo —no solo en esta temporada baja, sino probablemente desde la lesión que dejó a Roethlisberger fuera toda una temporada. Una vez más, se compra una extensión de vida por un año, como fue el experimento en 2024 con Russell Wilson y Justin Fields.
Todo indica que el trío que conformará el roster será:
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Aaron Rodgers como titular
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Mason Rudolph como suplente
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Will Howard como proyecto en desarrollo

La idea de la llegada de Rodgers me tuvo escéptico durante varios meses, principalmente por su historial de personalidad y comportamiento. Pero desde su firma, todo lo que se ha escuchado ha sido positivo. Cam Heyward, quien fue muy crítico en un momento cuando reinaba la incertidumbre, confesó en entrevista con The Rich Eisen Show que el propio Rodgers lo buscó para integrarse a una cena con miembros del equipo, justo cuando su firma se hacía oficial. Todo con la intención de comenzar a construir relaciones.
Siguiendo esa misma línea, Rodgers invitó a su grupo de receptores a su casa en Malibú, donde estuvieron entrenando juntos varios días.
El Draft también trajo un nuevo elemento: Will Howard, campeón nacional del fútbol colegial en 2025, seleccionado en la sexta ronda. Por el precio pagado, no representa riesgo alguno, y podría dejar buenos dividendos. Incluso si su techo es ser un buen suplente, ya es ganancia.
Y lo que no se valora tanto, pero es crucial: el capital de Draft adquirido para 2026, año en el que viene una generación muy prometedora de mariscales de campo. La posibilidad de escalar por uno de los principales nombres está sobre la mesa.
Me gusta cómo han abordado tanto el presente como el futuro en esta posición.
Corredores: 10
Ha sido un éxito lo hecho aquí. Se dejó ir a Najee Harris, quien, aunque siempre rebasó las mil yardas, dejaba una sensación de que faltaba algo. Esa diferencia se notaba cuando Jaylen Warren entraba con su explosividad característica. Y lo mejor: Warren se mantiene en el equipo a un precio justo.
La joya del grupo, sin embargo, es Kaleb Johnson, proveniente de Iowa. Como mencioné en mi mock draft, era el jugador que más quería para esta posición. Yo esperaba que el equipo subiera para conseguirlo, pero afortunadamente cayó hasta el pick de Pittsburgh. Su estilo encaja perfectamente en el sistema de Arthur Smith. Tiene el potencial de convertirse en un corredor del tipo Le’Veon Bell, y es, sin duda, uno de los jugadores que más emoción me genera ver en el campamento.
El grupo se redondea con Kenneth Gainwell, proveniente de Philadelphia, quien aporta versatilidad y profundidad.
Receptores: 7
En el análisis anterior, tras el intercambio por DK Metcalf, le dimos una calificación de 9 al grupo de receptores. En ese momento, la idea de tener a Metcalf junto a Pickens prometía una combinación temible. Sin embargo, con el intercambio de George Pickens, la ecuación cambia.
Básicamente, Metcalf llega a ocupar su lugar. Hay argumentos para pensar que es una mejora, todo parece indicar que Roman Wilson está sano, pero el hueco se siente. Siendo realistas, otro receptor se añadirá pronto, ya sea vía trade o agencia libre.

Tras la extensión de TJ Watt, los Steelers cuentan con $25.2 millones disponibles. Históricamente, el equipo reserva entre 8 y 10 millones para contingencias durante la temporada, lo que deja alrededor de 15 millones disponibles. Ese dinero puede traducirse en uno o dos jugadores de impacto.
¿Un nombre en mi radar? Amari Cooper.
Línea defensiva: 10
Si hay una unidad que salió fortalecida en el Draft, fue esta. El pick de primera ronda, Derrick Harmon, no solo tiene el talento, también tiene el carácter. Basta con escuchar sus entrevistas para notar que tiene ADN acerero. Fue uno de solo dos jugadores con calificación superior a 86 contra la carrera y el pase en 2024.
Unas rondas después, se sumó Yahya Black, otro liniero con físico imponente que refuerza las trincheras.
Es una línea que proyecta muy bien a futuro.
Secundaria: 7
En el artículo anterior evaluamos por separado a los esquineros, pero tras el intercambio con los Dolphins, es mejor analizar la secundaria como un todo.
La adquisición de Jalen Ramsey eleva el grupo de esquineros a un nivel que no veíamos desde aquellos equipos que llegaron a múltiples Super Bowls. Sin embargo, la salida de Minkah Fitzpatrick deja un vacío importante.

Es cierto que la producción de Minkah no justificaba ya su salario, lo que facilitó el movimiento. Pero eso no quita que, hoy por hoy, la posición de safety sea la más endeble del equipo.
Dicho esto, si Omar Khan logra firmar a Justin Simmons, la secundaria se fortalecería enormemente. La calificación de 9 que dimos anteriormente podría mantenerse. Hay dinero. Falta saber si Khan tiene otro truco bajo la manga.
Esta ha sido una temporada baja inusual, pero audaz. Se tomaron decisiones importantes que transformaron el rostro del equipo. Se equilibró la atención entre el presente y el futuro. Ahora, con el campamento en marcha, empezamos a ver qué tan acertadas fueron esas apuestas.