—¡Cómo ha podido pasar esto!
El director del FBI, Christopher Wray, no sabía dónde mirar. Gotas de sudor perlaban su frente. Tragó saliva costosamente, porque parecía que la corbata cada vez le apretase más el cuello. Frente a él, el presidente Trump, rojo de ira y en pie con los puños apoyados sobre el escritorio Resolute del despacho oval, le recriminaba a gritos la última torpeza cometida por su departamento.
—No…no lo sé, señor presidente —acertó a balbucear—. No se preocupe, encontraremos al respons…
—No te molestes —le cortó Trump—. Ya he dado la orden de retirar del dominio público varios documentos para no levantar sospechas. El que nos incumbe sólo estuvo disponible unos minutos, pero como alguien lo haya descubierto…
Como sabrán, el pasado 27 de octubre el FBI desclasificó unos 3000 documentos secretos relacionados con el magnicidio de J.F. Kennedy. Traspapelado entre ellos, se filtró uno que no tenía nada ver con este asunto. Uno que comprometía directamente al inquilino de la Casa Blanca. Se trataba de un informe secreto sobre los planes de Donald Trump para sabotear la NFL. En su afán por satisfacer las demandas de nuestros lectores, Spanish Bowl consiguió acceder a dicho memorándum, que ahora os presentamos en exclusiva.
DOSSIER CONFIDENCIAL ULAKK-69
Quantico (Virginia) – Octubre de 2017 – 08:55 HORA ZULÚ
Informe del agente especial Barry Goncervezzero
Objetivo
Hundir a la NFL con el fin de sustituirla en el futuro por otra liga de football. Ésta estará dirigida por Mr. Trump y algunos de sus más fieles aliados en la más auténtica tradición norteamericana.
Antecedentes
En 1983, Trump compró un equipo de la liga de football minoritaria USFL. Empujados por el magnate neoyorquino, los propietarios de esta liga se embarcaron en un juicio para competir con la NFL. Este hecho llevaría finalmente a la propia USFL a la extinción. En 2014, Trump optó a adquirir los derechos de los Buffalo Bills, que terminaron en manos del también multimillonario Terry Pegula. Estos dos reveses generaron un estado de animadversión nada disimulado de nuestro POTUS contra la NFL. Este informe detalla los aspectos de su venganza.
Acciones cometidas por el FBI en secreto durante su mandato
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1ª FASE → Fortalecer al sindicato de jugadores y debilitar a los propietarios
Aprovechando los contactos del presidente con destacados miembros del eje ruso, persuadimos al NFLPA de convencer a sus sindicados para ahorrar dinero en preparación de una dura batalla negociadora. La intención es desgastar a la NFL en una prolongada huelga. Esto arruinará contratos televisivos y desesperará a los aficionados que, indignados, se pasarán a otro deporte.
Por otra parte, tenemos a nuestro agente infiltrado en dicho sindicato, Billy Ante. Éste les ha instado a enfocar el convenio bajo un prisma únicamente económico, despreciando el deportivo. Así, continuarán creyendo que la reducción de entrenamientos es algo positivo para ellos, cuando en realidad es todo lo contrario. Con una menor preparación física, la calidad del juego seguirá cayendo en picado (al menos durante las primeras jornadas) y se seguirán produciendo tempranas lesiones en jugadores mediáticos.
La otra misión de esta fase era dividir a los propietarios, socavando su unidad en torno a Goodell. Esta operación marcha viento en popa. Aquí nuestra mayor baza es la amistad del Comandante en Jefe con Jerry Jones. Éste está convenciendo a otros 17 propietarios para paralizar la extensión de contrato de Goodell que hasta hace bien poco se daba por segura. Sin un líder sólido, la posición de la NFL será más inestable. Perfecto para dilatar del conflicto.
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2ª FASE → Eliminación de las figuras más populares para el público
En los últimos tiempos se está detectando una clara influencia de la disminución de entrenamientos en las tempraneras lesiones musculares. Jugadores muy representativos, como los David Johnson, Odell Beckham, Dalvin Cook, Greg Olsen, J.J. Watt, Marshall Yanda, Eric Berry… han causado baja ya en los primeros compases de competición. A éstos hay que sumarles todos los caídos en pretemporada. Esta tendencia interesa a nuestros fines, y hay que potenciarla.
Por esta razón, algunas lesiones han debido ser “ayudadas” por la intervención directa de agentes encubiertos. Sobre esto, el agente doble Anatoly Barsov, alias “Anthony Barr”, me está reclamando un aumento de paga por el último trabajo realizado. Y nos amenaza con revelarlo todo como consecuencia del reciente cruce de declaraciones con Aaron Rodgers. Solicito fondos reservados para acceder a su solicitud antes de que este asunto se nos vaya de las manos.
Otra actuación colateral de esta fase consiste en sacar de la circulación a jugadores relevantes por motivos extradeportivos. Seguimos buscando trapos sucios que filtrar a la prensa. En este sentido, me alegra comunicar que el soborno a la jueza Katherine Polk Failla ha sido un éxito. Ya ha dictado sentencia a favor de mantener la suspensión a Zeke Elliot. Como sospechábamos, nuestros espías informáticos confirmaron que le tenía en la fantasy, pero tras la oferta de formar parte del Tribunal Supremo le ha canjeado por Adrian Peterson.
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3ª FASE → Empobrecimiento del juego, haciéndolo menos atractivo para el aficionado
Otra consecuencia directa de la disminución en entrenamientos y la escasa participación de los titulares en pretemporada está siendo su impacto negativo en el juego. Los equipos cada vez tardan más en alcanzar el adecuado ritmo de competición. En especial los ataques, que se ven faltos de continuidad, de mordiente. Poco engrasados, podríamos decir. A esto hay que añadir la pobre formación de los jugadores provenientes de college. En especial, los líneas ofensivos y los quarterbacks. A las universidades no les importa, ya que miran lógicamente por su beneficio inmediato. Pero la dejadez de la NFL en aportar soluciones, como podría ser una liga de desarrollo, también favorece nuestros intereses.
Los factores citados anteriormente facilitan la labor de las defensas, y en lo que llevamos de temporada se están produciendo más “blanqueadas” que en años precedentes. Más equipos que quedan a cero. Personalmente, yo no tengo ningún problema con el auge de las defensas. Pero para el espectador general resulta más aburrido, lo que conlleva que cada vez se despegue más de su seguimiento.
Por otro lado, se está imponiendo entre las franquicias necesitadas de reconstrucción una práctica interesante. Ello consistente en deshacerse de cuantos veteranos tengan de valor, sin importar el balance final. De hecho. cuanto peor queden mejor para ellos porque disfrutarán de más altas selecciones colegiales. No digo que los jugadores pierdan a conciencia, pero digamos que las directivas tampoco hacen todo lo posible por ganar. Esta política de fiarlo todo al draft también nos beneficia, ya que en estas ciudades, el aficionado está perdiendo el interés por los partidos de temporada, y cada vez se ven más butacas vacías en los estadios.
En este sentido, hemos empezado una campaña de concienciación (¿o coacción?) a ciertos árbitros para generar controversia en sus decisiones. Debemos andarnos con cuidado para no llamar excesivamente la atención. Que nadie sospeche que estamos está detrás de ciertas señalizaciones inverosímiles. Generar polémica ayuda a que se pierda interés por el deporte en sí, lo cual nos interesa.
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4ª FASE → Hundimiento de los índices de audiencia.
La NFL es un negocio. Si queremos darle un golpe mortal hay que tocarles la parte económica. La mayor parte de sus beneficios provienen de los derechos televisivos. Aquí es donde estamos obteniendo los mayores triunfos. Ya desde el año pasado se aprecia un claro descenso de las audiencias televisivas. En principio se lo achacaron a la intensa campaña electoral, pero este año no cuela esa excusa. La NFL cada vez es vista por menos televidentes. Las razones son variadas:
1) La «publi»
Las continuas interrupciones comerciales terminan por desesperar al espectador y alargan excesivamente los partidos. Este hecho estaba asumido por los televidentes más veteranos, pero los jóvenes no se enganchan a este ritmo cansino. Se aburren, acostumbrados a contenidos mucho más ágiles. Para la NFL resulta complicado reducir estas pausas, ya que sin tiempo para publicidad, los anunciantes dejarán de pagar esas sumas tan desorbitadas. Un círculo vicioso del cual no pueden salir.
2) «Ya lo veré más tranquilo luego»
Además, los consumidores de productos televisivos tienden cada vez con mayor fuerza a plataformas donde poder elegir a la carta. Sin la atadura que supone seguir determinado espectáculo en directo. Prefieren verlo más tarde, más condensado, y sin los molestos anuncios.
3) La televisión se ha quedado obsoleta
Por otra parte, el auge de los dispositivos móviles provoca que descienda paulatinamente el número de personas delante de los televisores. Los programas son seguidos desde smartphones o tablets, lo cual también impacta en los parámetros de audiencia bajo el que se rigen a la hora de negociar los derechos televisivos. De hecho, el auténtico propósito de vestir de mamarrachos a los equipos en el partido de los jueves (la iniciativa color-rush) consiste en que ambos conjuntos sean más fácilmente identificables en una pantalla pequeña como la de un móvil.
La NFL está intentando compensar este descenso de espectadores en el mercado norteamericano expandiéndose a otros países, como los europeos. Afortunadamente, estuvimos alerta y rápidamente pusimos a los hackers chinos contratados por la C.I.A. a sabotear el Game Pass Europe. Con un éxito, debo reconocer, realmente espectacular.
4) El chollo del himno
No obstante, el hecho que definitivamente está decantando la balanza a favor de nuestros intereses está siendo la acertada intervención de nuestro Presidente en la polémica sobre el himno. Desde que Kaepernick inició las protestas sociales arrodillándose cuando sonaba el “Star-Spangled Banner”, se extendió una corriente entre los jugadores para mancillar nuestro sacrosanto símbolo nacional. Esta actuación provocaba indignación entre los aficionados más cercanos a nuestras posturas más radicales, que el señor Trump supo canalizar con maestría, enfrentando a jugadores con directivos, y en general a todo el colectivo NFL contra los espectadores más tradicionales.
Este estado de irritación generalizada ha supuesto que incontables aficionados norteamericanos se alejen definitivamente de la NFL, y además, ha generado división entre los responsables de la liga, que tras mucho discutir, finalmente decidieron no modificar el reglamento para obligar a los jugadores a escuchar el himno en pie. Divide y vencerás.
Conclusión
Una vez superadas estas fases, nuestros analistas coinciden en que, si seguimos adelante con nuestros planes, y la liga no reacciona de forma inmediata, podemos asistir al deseado fin de la corrupta NFL en esta misma legislatura, para mayor gloria de nuestro amado Presidente.
FIN DEL INFORME
SE RECOMIENDA DESTRUIR TRAS SU LECTURA
Mientras tanto, en la Casa Blanca…
—Le aseguro señor presidente que evitaremos que ese documento tan comprometedor salga a la luz. Por todos los medios.
—No te preocupes, Christopher. Lo que ocurra de ahora en adelante no será de tu incumbencia. ¡Estás despedido! —sentenció Trump mientras se sentaba satisfecho en su sillón, atusándose el flequillo revuelto.
Sin embargo, mientras salía por la puerta que daba al Ala Oeste, una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro del cesado director del FBI. La idea de la filtración había sido suya en cuanto tuvo conocimiento del disparatado plan del presidente. Sólo esperaba que tan sensible documento hubiese caído en las manos adecuadas para tratar de poner fin a esta locura.