Jugando a ser Doug Whaley: Como se viene el 2017 para los Bills

Se inicia una nueva etapa en Buffalo, con el novato Sean McDermott, ex DC de Carolina, como capataz. Como toda nueva etapa tras una anterior para el olvido, impera la ilusión, y como siempre sucede cuando un coordinador es ascendido al puesto de HC, es toda una incógnita qué sucederá. Lo bueno para McDermott es que es difícil hacerlo peor de lo que lo hizo Rex Ryan con una plantilla tan llena de talento.
Voy a jugar a ser Doug Whaley; gratis, pero sin poner mi empleo en riesgo.

OFENSIVA:

No se puede empezar a hablar de la ofensiva sin hacerlo del QB; eso que los Bills no han tenido en 2016. Buffalo ha ejecutado una jugada de engaño continua en la que su RB lanzaba el ovoide snap tras snap. Pero claro, una vez cuela, dos también, pero luego, obviamente, la fake deja de ser tal, pues ya no engaña a nadie, y entonces el ataque aéreo acaba siendo el desastre que ha sido el de los Bills 2016: el peor de la liga. Tyrod Taylor no es un QB y nunca lo será, porque su capacidad para leer el campo es nula. Sí, apenas lo interceptan, pero si no pasas seguro que no lo hacen. Yo tengo menos intercepciones que Taylor y que cualquier QB de la liga: Cero, pero eso no me convierte en un QB. Taylor, siempre tremendamente inseguro y dubitativo, se limita a usar el recurso de hacer pases sencillos laterales y de muy pocas yardas, y muchos de ellos nefastos a los tobillos de sus receptores, con alguna que otra bomba para las highlights y para que se produzca el insulto al football profesional que es que sea seleccionado dos años consecutivos para el Pro Bowl. En fin, dudo mucho que Whaley sea tan estúpido como para jugarse su última oportunidad con Taylor, y más teniendo este año múltiples alternativas; cosa que no sucedía hace dos años cuando se trajo a Taylor. Su talento como QB es cero, pero su actitud es extraordinaria, su velocidad impresionante, y es todo un atleta, por eso yo le aconsejaría que probara la transición a WR como Terrelle Pryor y tantos otros.

OPCIONES DE QB:

1. Cardale Jones: Según dicen todos todavía no está preparado, pero tiene ocho meses hasta que inicie la próxima temporada. Si algo se le puede apreciar es justo lo que le falta a Taylor: CONVICCIÓN. Cardale nunca duda.

2. Draft: al número #10 que tienen los Bills casi seguro que llegará mínimo uno de los tres grandes nombres en la posición, y yo apostaría que dos. Trubisky sería muy extraño, pero Watson y Kizer perfectamente podrían estar a disposición de Buffalo. Watson ha subido su cotización gracias a su gran final, pero es una máquina de acumular intercepciones y recurre en demasía a correr. Es tentador, pero salirse de Taylor y meterse en Watson es tropezar dos veces con la misma piedra. Kizer sí sería interesante. También se podría agregar uno en segunda ronda, tal y como ha hecho Jeremiah en su primer mock Draft con Patrick Mahomes de Texas Tech.

3. Agencia libre: Sobre Brian Hoyer pesan injustamente las cuatro intercepciones que ejecutó en los playoffs de hace dos temporadas con los Texans, pero en esa misma temporada jugó bien, al igual que los partidos que disputó este año con los Bears. En cualquier caso es mil veces mejor opción que Taylor. Por otro lado está Mike Glennon, el cual ha dado muestras de buen QB casi siempre que ha salido al emparrillado, y aunque todavía está por ver su verdadera capacidad como QB, es mil veces mejor opción que Taylor.

4. Jay Cutler: Es posible que los Bears lo corten y aprovechen su pick #3 en el Draft para seleccionar a un QB, renueven a Hoyer o apuesten por Matt Barkley. Cutler es la antítesis de Tyrod Taylor, mucho talento pero pésima actitud. Quizá un cambio de aires le venga bien, o quizá siga siendo el mismo jugador irregular de siempre, pero en cualquier caso es mil veces mejor opción que Taylor.

5. Toni Romo: Todo parece indicar que irá a Denver. Y espero que así sea, pues aunque su calidad es innegable, durará sano lo que tarden en darle el primer golpe (y tampoco muy fuerte; casi un beso).

6. Philip Rivers: Dice que se queda en los Chargers, pero las palabras se las lleva el viento. Ya manifestó en el pasado que no quería jugar en LA, y aunque es políticamente correcto decir que ama a los Chargers y bla bla bla, como alguien le presente una oferta irresistible a los Chargers por él, tipo dos primeras rondas, y a él le guste el lugar de destino, el pueblerino se marcha a aguas más tranquilas sin dudarlo. Y para lugar tranquilo Buffalo, declarada la mejor ciudad de USA para criar a un hijo.

LÍNEA OFENSIVA:

El lado izquierdo formado por Incognito y Glenn, más el C Wood, es élite. El RG John Miller no es que sea una maravilla, pero es decente. El problema está en el RT, pues el hombre que estaba destinado al puesto, Seantrel Henderson, que es un buen tackle, está lidiando con la enfermedad de Crohn, con la cual le cuesta mucho coger peso, y estando por debajo del peso idóneo un línea tiene muchos problemas con los rivales; al margen de que la liga estúpidamente le ha suspendido por el consumo de la mariguana con la que combate a dicha enfermedad. Mills, que le ha suplido en la titularidad, ha sido el punto débil de la línea, con lo que habría que buscar a alguien en la agencia libre o en el Draft en segunda o tercera ronda.

BACKFIELD:

En un ejemplo de un balance ofensivo nefasto, mientras que el ataque aéreo de los Bills ha sido el peor de la liga, el terrestre ha sido el mejor. LeSean McCoy, el mejor RB de la liga para mi gusto, ha tenido de nuevo una gran temporada diseccionando las defensas cual cirujano, mientras que su backup, Mike Gillislee, ha tenido la mejor temporada de un RB en cuanto a eficiencia de lo que llevamos de siglo. Pero aunque el buen concurso de la dupla es innegable, mucho le deben al buen trabajo de línea y al FB Felton, que ha estado tan extraordinario como siempre.

Aunque la historia estuvo a punto de ser muy diferente, pues Rex Ryan, en un intento de emular a Belichick, quiso tener su propio Gronk, y a principio de temporada cortó a Felton y se quedó con el hermano pequeño del TE en la posición. No tardó en darse cuenta de que Baby Gronk era un petardo que ni el propio Belichick pudo aprovechar posteriormente (lo cual es mucho decir), y volvió a traer a un Felton al que increíblemente nadie había agarrado, pero de no haber sido así otro gallo habría cantado.

Y esta no fue la única estupidez que Rex Ryan ejecutó en el backfield, pues se trajo a un Reggie Bush al cual denominó: «Un Ferrari» (réplica a escala 1/18 de Burago me imagino), el cual no hizo otra cosa que ensuciar el #22 de Fred Jackson. El que por el contrario sí que hizo algo fue el novato seleccionado en quinta ronda Jonathan Williams: conducir borracho y cometer dos de los tres únicos fumbles que ha tenido Buffalo en toda la temporada, lo cual, teniendo en cuenta que sólo le dieron 27 veces el ovoide, debe de ser todo un récord. Aunque lo peor fue verle correr; no eran los defensas los que le buscaban a él, sino él a los defensas. Los Bills para tener un backfield perfecto necesitan agregar un RB percutidor para romper las defensas por el medio, pues tanto McCoy y Gillislee son elusivos maestros del dribling, pero no destroyers.

TIGHT ENDs:

Charles Clay es un excelente TE. Bloquea muy bien y tiene además un dribling extraordinario. Por otro lado, Nick O’Leary tiene que mejorar en el bloqueo, pero tiene unas manos de oro; prácticamente tiene tantas recepciones como targets. Ambos han sido desaprovechados por Tyrod Taylor, y ambos, junto con Chris Gragg, el cual, tras una excelente pretemporada, se lesionó para toda la campaña, forman un cuerpo de TEs excelente, no siendo necesario agregar ninguno.

WIDE RECEIVERS:

El cuerpo de receptores abiertos fue la unidad más castigada por vía doble: tanto por las lesiones como por las críticas. Pero éstas últimas son totalmente injustas y no son más que la excusa de los lovers de Tyrod Taylor para justificar su incompetencia. El cuerpo de receptores de los Bills no es el mejor del mundo, pero es mucho mejor de lo que lo hizo ver el NO QB. Sammy Watkins, el cual se perdió ocho semanas de acción, es de los mejores WR de la liga cuando está sano.

Sammy Watkins – Foto: Kevin Hoffman, USA TODAY Sports

Robert Woods siempre respondió cuando se le buscó. Es un buen WR2, siendo además un gran bloqueador. Finaliza contrato y lo más aconsejable sería renovarlo, salvo que Whaley haga espacio para contratar a DeSean Jackson, que es agente libre y podría estar interesado en reunirse con su gran amigo LeSean McCoy. Otra opción sería seleccionar con el pick #10 a Mike Williams o Corey Davis, o en segunda ronda a JuJu Smith-Schuster, los cuales además aportarían la altura que le falta al cuerpo de receptores Buffalo.

Walter Powell y Brandon Tate son buenos receptores además de excelentes retornadores, mientras Justin Hunter con su altura y experiencia es muy eficaz en Zona Roja. Y para el slot se podría repescar a Greg Salas, un WR muy parecido a Chris Hogan.

El que sí que sobra es Marquise Goodwin, pues es una auténtica máquina de dropear que atrapó menos de la mitad de sus targets; que se dedique al salto de longitud, que es lo suyo.

DEFENSA:

La liga ha podido comprobar con claridad que el estatus de Rex Ryan como genio defensivo era algo inmerecido. Todos sus éxitos se los debe a Mike Pettine; desde que se separaron Rex ha caído en picado. Prepara los partidos de miedo, sí, pero en contra punto su incapacidad para ajustar sobre la marcha es total, y así obviamente es imposible tener éxito en la NFL. Pero si hay algo peor que él, y peor que cualquier cosa, es su hermano gemelo, el peor DC de la historia de la liga: Rob «el Melenas Súper-panza» Ryan, al cual Rex entregó la defensa de los Bills, en un acto fraternalmente plausible, pero deportivamente su suicidio. Sus ideas son un popurrí de conceptos absurdos, anticuados y revolucionarios: un auténtico cajón desastre de caos. Si no fuera hijo de quien es, hace mucho que no estaría en la liga.

En la primera parte de la temporada la defensa fue víctima del abuso del blitz de los Ryan Bros. Circus, metiendo hasta a ocho jugadores en la caja constantemente, que convirtió en líderes en tackles y sacks a los LBs Zach Brown y Lorenzo Alexander respectivamente, pero vendió a la secundaria en coberturas hombre al hombre, siendo el más claro ejemplo de ello el primer partido que les enfrentó a los Jets, en el que Fitzpatrick, en una nefasta campaña, la peor de su carrera, tuvo, paradójicamente, el mejor partido de su carrera.

Corrigieron el error en la parte final de la temporada, viéndose reflejado en una clara mejoría del rendimiento de la secundaria, pero de poco sirvió, pues el talón de Aquiles la de defensa de Buffalo fue su nula capacidad para parar la carrera. Los equipos le corrieron como les dio la gana y los RBs rivales batieron récords personales a su costa.

LÍNEA DEFENSIVA:

El veterano Kyle Williams, tras haberse perdido la pasada temporada por lesión, estuvo absolutamente extraordinario. Con su implicación, actitud y casta fue el alma de la defensa. En contraste, Marcell Dareus fue por segundo año consecutivo una decepción. Se perdió los primeros cuatro partidos por fumeta, la segunda sanción en dos años, y cuando volvió tan sólo se vieron destellos de la bestia del 2014. Bien es cierto que el sistema 3-4 no le beneficia, pero aun así estuvo muy por debajo del rendimiento mínimo que debería tener un tipo con su contratazo, el cual se ganó, cierto, pero desde que lo firmó ha sido más protagonista por sus sanciones, fiestas y declaraciones fuera de lugar quejándose de todo, que por su rendimiento en el emparrillado.

Con McDermott y la vuelta al 4-3 debería significar volver a ver la mejor versión de Dareus, pero tener en roster a un tipo cuya próxima sanción supondrá diez partidos, con una ficha tan alta, y habiendo mostrado una actitud negativa, es un riesgo muy alto. Enviarlo a otro equipo a cambio de varios jugadores de más bajo perfil o incluso rondas del Draft, podría ser una opción más que interesante. Cuando en el pasado Draft los Bills seleccionaron en tercera ronda a Adolphus Washington, el cual ha tenido una prometedora primera temporada, fue una operación pensando en la edad de Kyle Williams, pero podría acabar siendo una solución para Dareus, ayudado por los sólidos reservas Corbin Bryant y Jerel Worthy.

LINEBACKERS:

Las dos estrellas de la defensa, el OLB Lorenzo Alexander y el ILB Zack Brown son agentes libres. Con Alexander se podría llegar a un acuerdo razonable, teniendo en cuenta su edad: 33 años, pero Zach Brown va a pedir mucho capital, y sería absurdo dárselo, pese a su gran rendimiento, teniendo en cuenta que Buffalo seleccionó en segunda ronda del pasado Draft a Reggie Ragland, el cual juega en la misma posición y se perdió todo el año por lesión. Cuando seleccionas a un jugador en una ronda tan alta has de ir a muerte con él.

Lorenzo Alexander – Foto: Tom Szczerbowski/Getty Images

Caso aparte es Jerry Hughes. Por un lado, el hecho de que jugara en exactamente la misma beneficiosa posición para sackear que el veterano Alexander (12.5 sacks), y sin embargo consiguiera menos de la mitad de los sacks de éste: #6, no le deja en muy buen lugar. Además, sus constantes estúpidos y costosos castigos, le hacen perder todo lo que gana. Su flagrante capacidad para perder la concentración no tiene remedio, y tener a un jugador que echa por tierra en un sólo instante todo el trabajo que todo el equipo ha conseguido no es un buen negocio, y menos con su alto salario.

SECUNDARIA:

Como he dicho antes, el abuso del blitz que la defensa de los Bills ejecutó en la primera parte de la campaña les hizo ver muy mal y fueron muy injustamente criticados. Pero en la parte final de la temporada se repusieron y acabaron en sexto lugar de la liga en yardas aéreas permitidas, por delante, entre otras, de la reputada y lujosa secundaria de Seattle, lo cual no está nada mal.

SAFETIES:

Corey Graham, en su segundo año como FS tras haber hecho la transición desde la posición de CB, ha mejorado mucho y ha tenido un buen año. El problema los Bills lo han tenido en el SS, donde el titular: Aaron Williams, uno de los jugadores más queridos por la afición por su sonrisa eterna y sus constantes muestra de amor a los colores de la franquicia, con la sucia colaboración de Jarvis Landry, se lesionó por segunda vez en el cuello y su carrera peligra seriamente.

Buffalo probó a múltiples jugadores en la posición con poco éxito. Teniendo en cuenta que en este próximo Draft la posición estelar en cuanto a lo que a talento se refiere es justamente la de S, habiendo tres jugadores potenciales top #10: Malik Hooker, Jamal Adams y Jabrill Peppers, los cuales podrían jugar de SS, es una opción con mucho peso el que los Bills seleccionen con el #10 al que quede libre de ellos.

CORNERBACKS:

Stephon Gilmore acaba contrato y lleva mucho tiempo diciendo que va a pedir un salario de CB élite. Creo que se lo merece, pero no sé si Whaley se lo podrá pagar. En cualquier caso, con él y uno de los tres SS mencionados, la secundaria sería élite total. Vale la pena hacer el esfuerzo. Las alternativas serían darle la titularidad a Kevon Seymour, el cual ha tenido una muy buena temporada de debut, pero todavía tiene que mejorar para ser un legítimo titular, o seleccionar a un CB en primera ronda, aprovechando que en esta clase abunda el talento en los DBs.

Foto: David Tulis – UPI

EQUIPOS ESPECIALES:

Los Bills este año defendieron los retornos de maravilla. Siempre se mostraron muy contundentes y permitieron muy pocas yardas a los rivales y ningún TD en contra. Mientras que Brandon Tate, el exclusivo retornador que usó Buffalo, tuvo una gran temporada retornando, pues ejecutó la regla número uno del RS a la perfección al no cometer ni un solo fumble. No tuvo ningún gran retorno y su media de avance no fue excesivamente alta, pero cuando no entregas ni una sola vez el ovoide al rival tan cerca de su zona de anotación, la rentabilidad es tremenda.

No obstante, fue ilógico, aunque lo ilógico es lo lógico con Rex Ryan, que no se alternara con Walter Powell en la empresa, pues es un muy buen retornador con un gran promedio de yardas por retorno y mucho más explosivo que Tate. Como mínimo se le debió entregar el testigo en los partidos en los que se iba por detrás en el marcador y con una tendencia desfavorable, pues un gran retorno es una big play que puede dinamitar el partido y cambiar la tendencia. Pero además, dada la explosividad de la jugada, debes de alternar al retornador para así darle tiempo al jugador para que reponga sus fuerzas al máximo, cosa imposible si se come él solito todos los retornos, y para además mostrar una variante que siempre dificulta el trabajo del rival.

Y así lo hacen absolutamente todos los equipos de la liga, incluidos los Vikings con el mejor retornador de la liga: la bestia de Cordarrelle Patterson, y los Chiefs con el explosivo Tyreek Hill. Pero claro, Rex Ryan sabe más que nadie. McDermott simplemente ha de usar la lógica, sin que haga falta que se busque a nadie, pues la posición de RS está muy bien cubierta con Tate y Powell. Sucediendo todo lo contrario con el kicker, pues los Bills tienen en Carpenter, sencillamente, al peor de toda la liga. Si solamente hubiera sido una temporada mala, puedes esperar un repunte, pero el Carpintero ha manifestado en las dos últimas campañas una clara decadencia, con lo que hay que buscar a uno nuevo. El Draft en rondas altas es la mejor solución para encontrar a los mejores kickers del college.

Por último, Colton Schmidt, el punter, tuvo una floja temporada. Aunque en su caso, tras haber tenido el año anterior una temporada extraordinaria, sí se puede esperar que pueda tener un repunte.

Como curiosidad, una más, comentar que los Bills a lo largo de la temporada cortaron y volvieron a contratar al kickoff kicker Jordan Gay nada menos que tres veces. En fin: Rex Ryan.

Por @Soy_Sejiro

@BuffaloBillsCL

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