Entrevistando a… Malachi Nelson, Quarterback, Boise State

“No se trata de si te derriban, se trata de si te levantas” . Esta frase resume perfectamente la filosofía vital del hombre cuyo nombre recibe el trofeo de campeón de la NFL. Oriundo de Brooklyn y con ascendencia italiana, Vince Lombardi es por derecho propio un icono y mito para los seguidores del fútbol americano. Uno de los mejores entrenadores de la historia de este deporte que demostró unas dotes de liderazgo, tesón, sacrificio que ha legado a las generaciones venideras como testamento deportivo de incalculable valor con el que intentar alcanzar la gloria e inmortalidad deportiva. Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi Malachi 

 

El protagonista de nuestra entrevista debe asimilar las enseñanzas de Lombardi y demostrar al mundo colegial que puede sobreponerse a las adversidades. Saboreó las mieles del éxito universitario sin haber pisado un terreno de juego, copando portadas en medios de comunicación al ser designado mejor proyecto de quarterback de la nación, un jugador cinco estrellas y futuro sucesor de Caleb Williams en USC. Sus inicios en los Trojans no fueron los esperados, problemas físicos en un hombro y de aclimatación al nivel universitario le hicieron perder el favor del staff técnico. Un año después de recibir ofertas de las más prestigiosas universidades de la nación tuvo que abandonar el sur de California persiguiendo su sueño de jugar al fútbol americano. Utilizó el transfer portal para aterrizar en Idaho y liderar a los Boise State Broncos. Ha pasado allí la primavera luchando por alcanzar la titularidad del equipo y por segunda ocasión ha recibido un jarro de agua fría. Los Broncos designaron a Maddux Madsen como quarterback titular para la temporada dos mil veinticuatro dinamitando las esperanzas de Nelson que desde el banquillo deberá demostrar la veracidad de la cita de Vince: no importa que le hayan derribado un par de veces, lo realmente importante es si Nelson consigue levantarse …..

 

¿Por qué decidiste empezar a jugar al football cuando eras joven y no a otros deportes?

Bueno, creo que, ya sabes, de pequeño jugué a muchos deportes: fútbol americano, béisbol, baloncesto… Eso es lo que hacen la mayoría de los niños a esa edad. Pero siento que, en ese momento, a los siete, ocho, nueve, diez años, empecé a sentirme atraído por el football. Y creo que fue alrededor de los 12 años cuando me enamoré de él. Me di cuenta de que era lo que más disfrutaba. Y ya no hubo marcha atrás, solo quería ser quarterback. Fue un momento genial. Pero, ya sabes, surgió de forma natural. Simplemente se sintió bien.

 

Naciste en la ciudad de Los Alamitos, en California. ¿Cómo describirías la cultura del fútbol americano en tu instituto?

La verdad es que fue genial. Me lo pasé muy bien jugando al football en el instituto. No puedo agradecer lo suficiente a la gente, al equipo, al personal y al instituto por su apoyo. Fue una época increíble. Y, como he dicho, no puedo decir suficientes cosas buenas sobre esas personas.

 

Cuando estabas en octavo curso en Los Alamitos, ya estabas recibiendo ofertas de universidades. ¿Qué pensaste en ese momento? ¿Y cómo manejaste ver eso siendo tan joven?

Fue una época increíble. Una locura. Apenas podía comprender todo lo que estaba pasando. Fue realmente genial. Pero fue una bendición. Obviamente, llegó bastante rápido y me sorprendió. Pero, para mí, fue volver al trabajo, volver a entrenar. Sigamos mejorando  porque tenemos sueños más grandes que solo las ofertas. Esas son cosas que llegan, pero, en última instancia, tienes que llegar al siguiente nivel y tienes que rendir. Así que aún tienes que rendir en el instituto también. En ese momento estaba a punto de entrar en el instituto. Así que escogí un instituto y me puse a trabajar para ganar algunos partidos.

 

Y mientras crecías, empezaste a atraer mucha atención de los medios nacionales. Comenzaste a estar clasificado en 247, On3, ESPN. Terminaste siendo el recluta número uno del país. ¿Cómo manejaste mentalmente toda esa fama y atención que se dirigía hacia ti siendo básicamente un niño?

Fue un tiempo loco. Fue una locura tener toda esa atención a una edad tan joven. Pero, como dije, fue una bendición. Y lo dejé en un segundo plano. Sabía lo que tenía que hacer. Y eso era jugar al football y ganar partidos. Era conocer a mis compañeros de equipo y todas esas cosas. Diría que simplemente lo dejé en un segundo plano y volví a trabajar, porque tienes que rendir, tienes que rendir a un alto nivel. Y todas esas ofertas están bien, pero si no juegas bien, ya no te van a querer. Así que eso era importante para mí.

 

¿Cómo fue tu tiempo en Los Alamitos? ¿Cómo describirías tu experiencia allí, tanto en el campo como en lo académico?

Creo que fue una gran época. Hice muchos buenos amigos allí. Tuve un gran grupo de personas con las que jugábamos al football juntos y construimos esa relación fuera del campo también. Fueron buenos tiempos. Echo de menos esos tiempos. Mis amigos y yo siempre decimos que ahí la vida era en modo fácil. Así que fue genial, la gente era genial, jugábamos buen football y a un nivel alto. Así que no hay nada mejor que eso.

 

 

 

Y hablando de relaciones, creciste junto con Makai Lemon, que también fue tu receptor, y además pasaste tu primer año en USC con él. ¿Qué puedes contarnos sobre esa relación tanto dentro como fuera del campo?

Ese es mi colega. Ese es mi hermano. Es mi mano derecha para siempre. Jugamos juntos desde los cinco años hasta el instituto. Tuvimos la oportunidad de jugar al siguiente nivel juntos. Inicialmente estábamos commited a Oklahoma y luego, obviamente, tuvimos la oportunidad de ir a USC juntos. Y eso fue un sueño. Crecí viéndole jugar y poder ir allí y tenerlo conmigo fue increíble. No estoy seguro de si podría haberlo hecho sin él. Así que fue genial. Tenemos una gran relación. Todavía hablamos todo el tiempo. Sé que él está ahora en el training camp allí. Y obviamente tuve que tomar mi propio camino para seguir mi carrera y lo que era mejor para mí. Pero él está haciendo lo suyo allí. Sé que va a destacar este año. Yo también voy a destacar este año, y va a ser perfecto. Así que será muy divertido.

 

Y como dijiste, te comprometiste con Oklahoma y luego cambiaste a USC. ¿Por qué tomaste esa decisión?

En ese momento, sentí que era lo correcto. Obviamente, el entrenador Riley estaba en Oklahoma, se fue a USC, que es de donde tanto yo como Makai somos. Así que simplemente todo tenía sentido en ese momento. Tenía una gran relación con el entrenador, y al final, pensamos que sería lo mejor para nosotros.

 

Hablando en términos de football en el campo, desde tu perspectiva como quarterback, ¿cuál es el aspecto más difícil o diferente de ser quarterback en el instituto en comparación con ser quarterback a nivel universitario?

Para mí, la mayor diferencia es el nivel de competencia. Te enfrentas a personas que tienen becas. Todos recibieron ofertas en el instituto y eligieron ir a la universidad que eligieron. Estás jugando contra buenos jugadores en todo el campo. Todos ellos fueron los mejores jugadores en el instituto. Así que es un nivel más alto de competencia. Pero eso es lo divertido, por eso juegas. No juegas para ganar partidos por 70 puntos. Eso está bien, pero los partidos divertidos, al menos para mí, son los duros, los que se deciden en el último segundo y al final los ganas. Esos son los que me gustan.

 

En USC, aunque fuiste redshirt, ¿qué puedes decir que aprendiste allí que ahora puedes aportar a Boise State?

Aprendí mucho. Estar en esa sala con Caleb, el entrenador Riley y el entrenador Kingsbury, personas que han hecho cosas muy importantes que yo estoy intentando hacer. Cogí todo el conocimiento que pude, y eso era importante para mí. Y ahora estoy en el punto en el que siento que estoy listo. Aprendí mucho allí, y puedo aplicarlo aquí también con el entrenador Carter.

 

¿Cómo compararías el reclutamiento del portal de transferencia con el tiempo en que fuiste reclutado desde el instituto?

Creo que es muy similar, pero en el portal todo sucede mucho más rápido. Diría que esa es probablemente una de las mayores diferencias. Tienes unos plazos automáticos de cuándo puedes entrar y cuándo no, y una vez que estás dentro, tienes que darte prisa a tomar una decisión para poder construir un equipo a tu alrededor y traer a otros jugadores contigo.

 

¿Y por qué decidiste comprometerte con Boise State? ¿Qué hizo que se destacaran de las otras ofertas que tenías?

Para mí, fueron los entrenadores. Los entrenadores y el staff me dieron la bienvenida, me hicieron sentir como uno de ellos. Y después de venir al campus, simplemente me sentí bien. Así que tomamos la decisión.

 

 

 

¿Cómo han sido los entrenamientos y estos primeros meses como jugador de los Broncos?

Ha sido perfecto. El equipo me ha acogido. He conocido a mucha gente, personas de la comunidad que me han dado la bienvenida y me han ayudado con mi transición. No puedo decir suficientes cosas buenas sobre la gente y las instalaciones en las que estoy ahora. Estoy bendecido de estar aquí.

 

Hablando de tus rutinas, ¿hay algo que te guste hacer antes de los partidos?

Justo antes de salir, me gusta escuchar música. Relajarme. Música tranquila. Normalmente escucho a Frank Sinatra. Eso es algo importante para mí. Ese momento antes de salir me calma, es algo que me ayuda antes de salir.

 

¿Cuál es tu opinión sobre el estado actual del fútbol universitario, la realineación de equipos y el nuevo sistema de playoffs?

Es emocionante tener la oportunidad de jugar a ese nivel y competir a un alto nivel. No puedo decir suficientes cosas buenas al respecto. Estoy emocionado por empezar. Estoy emocionado por comenzar. Va a ser realmente genial competir. Tenemos un gran equipo. Estamos listos para empezar.

 

 

Si tuvieras que elegir un momento en toda tu carrera, ¿cuál elegirías y por qué?

Pienso en algunas de las primeras veces que pisé el campo. La primera vez en el instituto, la primera vez en la universidad. No fue mucho, pero esa sensación que tuve fue realmente genial. Todavía recuerdo, en el instituto estábamos jugando en San Diego, Torrey Pines, entré en el último cuarto con algunos segundos restantes pudiendo lanzar el balón. Recuerdo esa sensación. Y luego, el año pasado, entrando contra San José State, pudiendo jugar, completar mi primer pase y empezar a coger rodadura. Fue genial. Así que esa sensación, esas dos sensaciones fueron realmente importantes para mí.

 

Óscar Lavigne – @osskartelito Y Alberto Prieto – @AlbertoTl16
Introducción a cargo de Hugo Manero – @HugoManero1

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