Entrevistando a Karl Brooks, DL de los Green Bay Packers

Jose Ortega y Gasset es una de las mentes más brillantes del siglo veinte español. El filósofo español ha dejado un legado intelectual de valor incalculable para las generaciones venideras. En su búsqueda del fundamentalismo filosófico y las circunstancias que rodean al ser humano nos dejó una frase que ilustra el estímulo vital del protagonista de nuestra entrevista de hoy: “La lealtad es el camino más corto entre dos corazones”. Karl

Nuestro deportista entendió que, como proclamó el pensador madrileño, debía mostrar fidelidad y devoción al único programa universitario que decidió ofrecerle una beca y confiar plenamente en él cuando sus notas en el instituto no eran las que todo el mundo esperaba. Fue un camino difícil, pero la inquebrantable fe depositada en este línea defensivo por una pequeña universidad del condado de Wood en el estado de Ohio supuso una enseñanza vital que no se aprende en ningún aula y que está alineada con la disciplina de Gasset

Karl Brooks descubrió el incalculable valor de la lealtad y, dando la razón a Ortega, se mantuvo fiel a Bowling Green para llegar de la manera más directa posible al corazón de miles de aficionados al fútbol americano.

 

 

¿Por qué empezaste a jugar al football y qué significa el football para ti?  

Empecé a jugar al football probablemente a los 7 u 8 años, en la liga infantil Pop Warner. Seguí jugando desde el colegio hasta la universidad y ahora en el nivel más alto. El football significa mucho para mí. Al principio, simplemente disfrutaba del deporte como niño, me encantaba jugar. Y todavía lo hago, sigo amando jugar al football y hacer lo que hago. El football es un deporte que me enamoró desde el principio y que me llevó a querer tomarlo en serio y ser el mejor en ello. Significa mucho para mí.

 

En el instituto Lansing Sexton High School, jugaste en múltiples posiciones. ¿Por qué decidiste quedarte como línea defensivo?  

Jugué en muchas posiciones y siempre recuerdo que mi entrenador del instituto, Jonelle Davis, se reía conmigo porque yo quería jugar de receptor y ser como Megatron. Pero, cuando se acercaba mi último año, me dijo que tenía que tomar una decisión: ¿quieres ser el que recibe los golpes o el que los da? Me mostró vídeos de jugadores como Ray Lewis, placando a jugadores al cruzar el medio del campo, y me decía, «si eso es lo que quieres, piénsalo bien». Probé varias posiciones porque era pequeño en la secundaria y podía jugar de safety, linebacker y rusher. Llegó un momento en el que, en una jugada donde debía retroceder en cobertura, me lancé por el borde a atacar al pasador, y mi entrenador me dijo que no volvería a hacer eso nunca más. Después de eso, solo me dedicaba a presionar al pasador, y me enamoré de esa posición, lo que me llevó a decidir ser liniero defensivo para la universidad.

 

Al llegar a la universidad, te comprometiste con Bowling Green, donde jugaste 5 temporadas. ¿Cómo fue tu proceso de reclutamiento y por qué elegiste Bowling Green?  

La verdad, mi proceso de reclutamiento fue bastante difícil. No cumplía con los requisitos académicos de muchas universidades hasta mi último año. Al principio, casi todas las universidades vinieron a hablar conmigo, pero cuando veían mis notas, se alejaban. Finalmente, en mi último año, tuve dos semestres perfectos que me hicieron elegible para la universidad. Bowling Green fue la única universidad que me hizo una oferta y nunca la retiró. Me hablaron con sinceridad, diciéndome que creían en mí y que cuando mejorara mis notas, siempre tendría un lugar allí. Eso me motivó mucho y me dio un propósito, porque otras universidades simplemente me descartaron. Bowling Green fue paciente, entendió mi situación y no me dio la espalda, lo que me hizo sentir que les debía lealtad por haber confiado en mí.

 

En Bowling Green, jugando contra los Gophers / Bleacherreport.com

 

Pasaste 5 años en Bowling Green. ¿Cómo describirías tu experiencia allí?

Fue una buena experiencia. Fue divertido, con sus altibajos. Aprendí mucho y conocí a muchas personas. Bowling Green es un campus pequeño donde todos se conocen, y conecté bien con todos. Amaba el football, y el estadio estaba a solo 5 minutos de mi casa en el campus, lo que hacía que todo fuera perfecto. Disfruté mucho de mi tiempo allí y, al final, me gradué, lo cual fue genial. Siempre estaré agradecido con Bowling Green.

 

¿Cómo dirías que jugar en Bowling Green te ayudó a llegar a ser un jugador de la NFL?  

Diría que mi año junior fue clave, ya que tuve una gran temporada y me enseñó a ser consistente y disciplinado, y a trabajar con lo que tienes. Estar en una universidad pequeña no te da acceso a los mejores equipos, salas de entrenamiento o pesas, así que eso me hizo tener una mentalidad más dura y ser agradecido con lo que tenía. Además, aprendí a mantener un horario y una rutina. El ambiente de Bowling Green, siendo un lugar pequeño y tranquilo, me recuerda un poco a Green Bay, donde tampoco hay mucho que hacer. Eso me ayudó a mantenerme enfocado en la rutina, vivir el día a día y seguir sumando buenos días.

 

Al llegar al proceso draft, ¿cuándo fue la primera vez que hablaste con los Packers? ¿Qué recuerdas de esa reunión?  

Para ser honesto, fue un poco embarazoso. Los Packers fueron el primer equipo con el que hablé, y fue por Zoom. Mis agentes me dijeron que los Packers me llamarían para conocerme, y terminó siendo una conversación con el entrenador de la línea defensiva, Jerry Montgomery. Me hizo un cuestionario, para el cual no estaba preparado, y fallé. Pensé que mis posibilidades con Green Bay estaban completamente descartadas. Pero más adelante, fui invitado a una visita de los Top 30, donde estuve mucho más preparado y lo hice muy bien. No esperaba que me dieran una oportunidad después de esa primera impresión tan mala, pero finalmente lo hicieron, y hasta ahora, todo está funcionando bien.

 

¿Cómo fue tu experiencia la primera vez en Green Bay?  

La primera vez en Green Bay fue buena. Cuando haces visitas de los Top 30, viajas a muchos lugares, algunas grandes ciudades, y luego llegas aquí. Es un lugar tranquilo, con un estadio hermoso. Hicimos un tour por las instalaciones y el estadio, y todavía no hacía frío, así que el clima estaba bien. Me mostraron las instalaciones y la historia del lugar, y me encantó. Pasé todo el día en el estadio hablando con diferentes personas, y aunque hubo muchas revisiones médicas y otros aspectos del proceso, fue un día genial. Lo disfruté mucho.

 

¿Cuándo supiste que ibas a ser un Green Bay Packer? ¿Qué significó para formar parte del green and gold?  

Cuando llega el momento del draft, nunca sabes a dónde vas a ir. Tuve conversaciones con varios equipos que decían cosas diferentes. Pero supe que iba a ser un Packer cuando apareció el código de área de Green Bay, Wisconsin, en mi teléfono, el 920. Me llamaron y, aunque no recuerdo exactamente quién habló primero, creo que fue Gute. Tener esa conversación fue un momento increíble, tanto para mí como para mi familia. Lo valoramos mucho, y ese día hubo mucha felicidad. 

Saber que iba a vestir los colores verde y dorado me hizo pensar inmediatamente en la «frozen tundra». No sé por qué, pero me vinieron a la mente todos los partidos fríos y lo impresionante que se vería el estadio al salir del túnel por primera vez. Fue una experiencia increíble ser seleccionado y un honor llegar a una organización tan grande como esta. He disfrutado cada segundo desde entonces.

 

En tu primer año, tuviste un impacto inmediato. ¿Cómo te sentiste al ser un jugador importante en tu temporada rookie? ¿Cómo fue tu relación con el entrenador Barry?  

No esperaba tener la temporada que tuve en mi primer año. Para mí, se trataba más de demostrarme a mis compañeros que pertenecía al equipo, algo que todavía hago hasta el día de hoy, especialmente siendo un jugador de una universidad pequeña. Quería mostrarles a mis compañeros en el vestuario que podía competir con cualquiera, sin importar de dónde viniera. Así que tenía una mentalidad de demostrarme cada vez que salía al campo, queriendo hacer una jugada, no importa cuán pequeña fuera, para impactar el juego y ayudar al equipo a ganar. Y eso es lo que hice.

Mi relación con Joe Barry fue buena, no hablábamos todos los días, pero era una relación positiva. Fue una gran persona y siento que me trató bien, al igual que Jerry. Ambos me dieron lo que me gané, no solo lo que creía que merecía, y estoy muy agradecido por ello. Fue una gran temporada rookie en general, y me alegró poder ayudar al equipo de cualquier manera que pudiera.

 

¿Quién de tus compañeros dirías que más te ayudó al llegar a la NFL?  

Hubo muchos, pero en mi primer año, diría que Kenny Clark fue quien más me ayudó. Es una gran persona y un gran compañero. Me presentó a su familia y me acogió como compañero y hermano, fue muy importante el papel de mentor que ejerció conmigo, especialmente al verlo trabajar, cómo enfrentaba los dobles bloqueos, como estudiaba el film, y cómo cuidaba de su cuerpo y se hidrataba, haciendo todas las cosas pequeñas. Soy un aprendiz visual, y tener a alguien como él en nuestra sala fue genial, no sólo para mí, sino también para Coby, otro rookie. Ambos absorbimos toda la información que KC nos daba. Nos mantenía enfocados todos los días en los entrenamientos. KC, definitivamente, me enseñó las bases.

 

Courtesy of the Green Bay Packers

 

¿Quién es tu mejor amigo en el vestuario?  

Tengo muchos, en realidad, todo el equipo. Pero si tuviera que ser específico, diría Coby Wooden. Probablemente él, ya que entramos juntos, enfrentándonos en las batallas de rookies al mismo tiempo. Nos apoyamos mutuamente, especialmente los domingos, y superamos todo juntos. Así que diría Coby.

 

¿Cómo es estar en la defensa durante los entrenamientos contra Jordan Love?  

Se pone muy competitivo. 10 es un gran quarterback, el mejor de la liga. Competir contra un quarterback que puede ajustar las protecciones, soltar el balón rápidamente, y que tiene ese instinto competitivo es un reto. Queremos presionarlo en la práctica, aunque no lo toquemos, pero buscamos llegar hasta él y hacérselo saber después. Eso saca lo mejor de todos, de una manera positiva.

 

¿Cómo ha sido la llegada del nuevo coordinador defensivo, el coach Hafley, y cómo ha cambiado el esquema defensivo?  

Al principio, fue una transición difícil porque estás acostumbrado a entrenar y jugar de una forma específica durante un año, y de repente tienes que cambiar completamente al nuevo esquema. Requirió tiempo, entrenamientos y repeticiones. Aún es un proceso en curso, pero personalmente, me encanta. Me gusta el esquema y el estilo de juego que nos permite salir corriendo hacia el balón, jugar rápido y con violencia. Nuestro lema es conseguir Tackles for loss y sacks. Queremos ser disruptivos, penetrar y causar caos, y eso es lo que más me gusta de esta defensa en comparación con la del año pasado. Ya no solo bloqueamos para formar una barrera, sino que podemos entrar en el backfield, ser productivos y hacer jugadas. Me encanta el nuevo esquema.

 

¿Cómo fue tu experiencia en el partido de Brasil?

Me encantó el concepto y la experiencia de ir a Brasil. Es increíble, probablemente una de esas oportunidades únicas en la vida. En cuanto a todo lo demás, fue un poco complicado, pero en general estuvo bien. El ambiente el día del partido fue divertido. El campo estaba resbaladizo, pero no importaba. Al final del día, era football, y fue genial jugar en Brasil. Siento que es algo que nunca piensas que tendrás la oportunidad de hacer. Pero la atmósfera fue increíble, y el ambiente fue muy bueno. La defensa estuvo genial en Brasil. Escuché algunos cánticos de “go pack, go”. Así que fue precioso, se sintió como un partido en casa.

 

¿Qué te gusta hacer antes de un partido?

Normalmente, trato de llegar unas 2 horas antes de la hora a la que se supone que debemos estar allí. Si es un partido a las 12, intento llegar a las 9 o así. Me relajo, como mi comida previa al partido, que consiste en 2 piezas de salmón con arroz integral, y luego me meto en la bañera de hidromasaje durante unos 20 a 35 minutos. Después, me hago un masaje, estiro y ya estoy listo para jugar. Escucho música, reviso mis notas y consejos, y me concentro de esa forma. Intento llamar a mi padre antes de ir al estadio o antes del partido, y básicamente eso es todo.

 

Si tuvieras que elegir una canción para escuchar antes de un partido, ¿cuál sería?

Probablemente elegiría Pluto de Future. Es una canción que podría escuchar en bucle. 

 

 

Óscar Lavigne – @osskartelito Y Alberto Prieto – @AlbertoTl16
Introducción a cargo de Hugo Manero – @HugoManero1

 

Foto de portada: Courtesy of the Green Bay Packers

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *