No hace falta ser Sherlock Holmes para ver que, tras tan sólo el primer partido de temporada regular de los Cleveland Browns, el lío que se viene con el asunto Deshaun Watson va camino de ser muy gordo.
Un acuerdo cada vez más doloroso
Pocos aficionados habrían aprobado el acuerdo entre los Haslam (los dueños de los Browns) y la gerencia de Houston Texans, ya no sólo por el precio que Cleveland ofreció pagar, sino por la situación personal por la que atravesaba (y atraviesa) el supuesto Quarterback franquicia. Pocos por no decir ninguno llevaba ayer la camiseta del quarterback titular de su equipo (algo poco menos que habitual). Y, sin embargo, prácticamente todos los aficionados estuvieron de acuerdo en algo relacionado con Watson ayer, silbarle cuando ni tan siquiera había acabado la primera parte.
Y si a eso le sumamos que (como se vio en alguna imagen) ni su propia línea ofensiva parece tener feeling con él, debería ser suficiente para dar carpetazo al asunto. Traspasarlo, sentarlo, cortarlo.
El problema
En otras circunstancias, la situación se resuelve de una forma relativamente ordinaria. El quarterback suplente entra en acción y, la tercera opción es buscar un traspaso. El caso Watson es diferente porque los genios que dirigen el equipo decidieron darle el total del contrato garantizado. Dicho de otra manera, juegue bien o jugué mal, juegue o no juegue, cobrará hasta el último céntimo. Nadie en su sano juicio haría algo así. Nadie salvo Jim Haslam con el beneplácito de Paul De Podesta, Andrew Berry e incluso Kevin Stefanski.
Tras el primer año de contrato (que no jugó por su sanción), inició su andadura en la temporada 2022 en la que jugó 6 partidos. Los mismos partidos disputó en la temporada siguiente. Estos fueron sus números en 2023 (vía PFF):
El resultado. Números mediocres que la franquicia justificó por su inactividad y que, por ende, sería en la temporada 2024 – 2025 cuando el quarterback debía mostrar el talento innato y que, por mucha inactividad que tuviera, una vez volviera a tener consistencia ese talento tenía que salir a la luz. Sin duda.
La temporada 2024
Y llegó el primer partido. En casa. Contra un muy buen rival, los Dallas Cowboys. Equipo irregular como Cleveland. Con talento a raudales sobre el papel pero que no acababa de dar el salto de calidad que se le presupone. Ambos con prácticamente todas sus estrellas en el campo. Con buen tiempo. Con el campo lleno. Sin excusas.
Y Watson dejó una de las peores actuaciones individuales que se recuerdan. Los números de Watson, de Cleveland en general, fueron horrorosos. Pero más allá de las estadísticas lo que más preocupado dejó a los aficionados no es algo baladí, sino fundamental, básico en los deportes de equipo. La química entre los jugadores. Y ahí el equipo también naufragó.
Y Watson nos dejó estas estadísticas (vía ESPN):
Apenas un 53% de pases completados ( y porque muchos de esos pases eran de menos de 10 yardas), 169 yardas totales, 1 touchdown y 2 intercepciones. Un quarterback rating (QBR) de 13.5. Baker Mayfield tuvo ayer un QBR de 86.1 como se observa de la tabla que se expone a continuación también vía ESPN:
Pero lo peor no son sus estadísticas, que también. Sino una alarmante falta de comunicación y compromiso con el resto del equipo, en especial con Amari Cooper y su línea ofensiva. Tanto que ya circulan imágenes donde uno de los pesos pesados del equipo, el guard Joel Bittonio, tras un fumble del propio Watson recuperado por Bittonio, rehusó la ayuda de su quarterback para levantarse tras haberse tenido que lanzar de cabeza para evitar la pérdida de posesión tras el balón perdido de Watson.
Tal fue la sensación de estar perdido, de no saber a qué jugaba, que a mitad del partido una gran mayoría inició los silbidos contra el equipo.
¿Y que hizo Stefanski? Lo que suele hacer en situaciones así. Nada. Personas muy relevantes de la NFL se preguntaban, a través de distintas redes sociales, si Watson debía ser sustituido por Jameis Winston, el quarterback suplente. Y muchos aficionados también. Pero Watson mantuvo su titularidad y acabó con los números arriba informados. Tras finalizar la primera semana, Watson se encuentra en el puesto número 31 (de 32) en la estadística de QBR que elabora la prestigiosa ESPN. Daniel Jones, el quarterback de los New York Giants que tanto ha sido criticado (con o sin razón), obtuvo un QBR de 21,7.
¿Y ahora qué?
Según Spotrac, el contrato de Deshaun Watson en este 2024 suponen 27 millones de dólares contra el espacio salarial (cap hit). Pero en 2025 y 2026 este importe asciende a 73 millones de dólares. Hay que recordar que el total del citado espacio salarial del equipo (total cap) es de 360 millones de dólares. Pero además Watson dejará un total de dinero muerto (dead money) de más de 170 millones de dólares por el contrató que firmó.
Eso hace prácticamente imposible, pero sobre todo inútil, rescindir el contrato de Watson. Lo corten (despidan) o no, van a pagarle igual y su contrato va a afectar igual al presupuesto de la temporada siguiente.
¿Entonces?
Todo parece que Stefanski seguirá el plan A. Continuar con Watson de quarterback titular (a menos que vuelvan los supuestos dolores y molestias que le hagan no jugar o que el nuevo caso de agresión sexual que ha salido a la luz permita a los Browns tomar algún tipo de decisión al respecto). Y lo hará porqué los próximos 4 partidos son asequibles, bastante asequibles, para cualquier equipo medianamente bien construido que aspire a entrar en playoffs.
El resultado de esos cuatro partidos marcará el futuro no sólo de Watson sino también de la credibilidad que parecían haberse ganado tanto Kevin Stefanski como Andrew Berry.
Aquel que ve el vaso medio lleno lo debería tener claro, no se puede hacer peor… peeeero… ya sabemos como se las gasta Murphy.