Antes de empezar a escribir este artículo me propuse, entre otras cosas, intentar ponerme en la piel de todos los aficionados de los Baltimore Ravens para tratar de ser un poco más objetivo y creo que todos coincidimos en una cosa: La franquicia de John Harbaugh tiene un grave problema con su backfield, un problema que podríamos catalogarlo de estado.
Y es que, lo grave del asunto no es haber perdido a Dixon durante toda la temporada, a pesar de que esto suponga que su progresión como RB se frene en seco sino que volvemos a los fantasmas del pasado. Con esto quiero decir que Dixon era una pieza, a mí parecer, clave en el backfield de Ravens para que Joe Flacco no tuviese tanto peso en el juego como ha venido ocurriendo en los años anteriores tras la conocida como “Era Trestman” que tantas pesadillas y dolores de cabeza han traído a todos los aficionados de los Baltimore Ravens.
La elección de Dixon fue una de esas selecciones del draft que encumbraron a Ozzie Newsome como uno de los mejores GM a la hora de elegir jugadores en el propio draft, como viene siendo habitual en sus años como GM. Dixon venía de hacer historia en la NCAA tras batir el récord de TD anotados con un total de 87 a pesar de jugar en una universidad, Louisiana Tech, que no estaba entre las mejores de la categoría colegial. Como bien he dicho antes, se esperaba mucho de este RB, que fue escogido con el pick 134 de la cuarta ronda del Draft de 2016. Por desgracia para los Baltimore Ravens, Dixon no ha superado las expectativas de la forma que ellos habían deseado. El año pasado se perdió los cuatro primeros partidos de la temporada debido a una lesión que le afectó al ligamento de la rodilla durante el partido de pretemporada vs Detroit Lions. Esta lesión supuso que Terrance West empezase la temporada como titular mientras que Dixon seguía recuperándose de su rodilla. Una vez Dixon estuvo sano, West y él se repartieron los pocos snaps que los coordinadores ofensivos les permitían. Y digo esto porque para quien no haya visto ningún partido de los Ravens el año pasado les dejo un dato que puede servir para que se hagan una idea de cómo eran los partidos de Baltimore el año pasado: Joe Flacco supera por primera vez las 4000 yardas de pase y establece en 4317 yardas el récord de la franquicia.
Y es aquí donde está toda la clave del asunto que quiero analizar en el siguiente artículo, el impacto que tiene la lesión de Dixon en el estilo de juego que van a desarrollar los Baltimore Ravens la temporada que viene. Sin duda alguna los mejores años de Joe Flacco fueron aquellos antes de que se proclamara campeón y MVP de la Superbowl y que a posteriori supondría uno de los contratos más importantes de la NFL. Durante esos años en el backfield de los Ravens había un nombre que por desgracia trae muy buenos recuerdos a los aficionados de los Ravens como malos, Ray Rice. Rice fue uno de los mejores corredores que jamás han pasado por Baltimore pero un acto despreciable con su ex pareja le supuso la suspensión de la NFL. Cuando Ray Rice estaba en el backfield, Joe Flacco no llevaba el peso del equipo, era el propio Rice el que lo hacía. Esto suponía mucho más libertad para que Flacco ejecutase sus pases a la par que ‘Play-actions’ que fulminaban a la secundaria rival. Pero con la llegada de Marc Trestman y la terrible suspensión de Ray Rice todo cambió y se apostó por darle más galones a Joe Flacco en el juego y dejar de lado el juego de carrera, una de las señas de identidad de la AFC North, división de la franquicia córvida.
A sabiendas del problema que tenía el ataque de los Ravens y con poco margen de error, John Harbaugh decidió prescindir de los servicios de su OC Marc Trestman y apostar por el entonces QB coach, Martin Mornhinweg y traer a Gregg Roman de asistente. El fichaje de Roman por el staff de Baltimore fue una declaración de intenciones en toda regla, los Ravens iban a tratar de potenciar el juego terreste con un coach apasionado por el juego de carrera.
¿Y ahora qué?
Tras la marcha del FB Kyle Juszczyk a San Francisco, los Ravens ficharon a Danny Woodhead con el fin de suplir el rol del ex FB y tratando así de aprovechar su polivalencia en terceros downs pero con muchas dudas de si se podrá mantener sano o debido a su historial de lesiones tras su paso por los Chargers. Por lo que el fichaje de Woodhead lo catalogaría de ‘parche temporal’.
Parece ser que West sigue liderando el backfield de los Ravens, un backfield que por desgracia está condenado a sufrir tras una OL repleta de novatos. Los otros jugadores que lo forman son el mencionado Woodhead, Javorious Allen el cual tendrá un papel mucho más importante tras la lesión de Dixon y seguro que se le ve en más de un snap y Talafierro que parece ser que su función estará ligada más a realizar bloqueos que a correr con el balón.
Los Ravens acaban de firmar a Bobby Rainey, quien hasta ahora militaba en los NY Giants y ya jugó para la franquicia córvida en 2012. ¿Impresiones? Un parche más que no creo que rinda al nivel necesario.
Pero en el mercado hay varias opciones que pueden parecer interesantes para los Ravens, a pesar de que el equipo está muy limitado por el espacio salarial tras el fichaje de Maclin, aproximadamente 5 millones de dólares. Un espacio salarial que bien podía ir destinado al fichaje de un center veterano como Nick Mangold o para dejarlo de margen durante el transcurso de la temporada.
La opción que más me gusta es la de Carlos Hyde, el RB de los 49ers parece no encajar en el plan de Kyle Shanahan y suena con fuerza que puede ser tradeado o en su defecto cortado. Los Ravens podrían hacer una ofensiva por el jugador de los niners. Las contras son que su estado físico durante las últimas temporadas no ha sido el óptimo y que ha sido propicio a lesionarse.
Otra opción que podría parecer interesante es la del jugador Matt Jones, hasta ahora líder del backfield de nuestros vecinos de Washington, los Redskins. Parece ser que la franquicia de la capital americana está pidiendo una quinta ronda por Jones, otro jugador que como Hyde también ha estado lesionado durante la última temporada y que ha tenido más de un problema con los fumbles.
Antes de la lesión de Dixon sonó con fuerza que los Ravens estaban interesados en el ex RB de los NY Giants y actual agente libre, Reshad Jennings. Jennings podría ser una buena opción para el backfield debido a la experiencia que este posee pero su rendimiento tampoco fue el esperado las últimas temporadas, propiciando ser cortado por los Giants.
Sin duda alguna ahora los Ravens deben tomar cartas en el asunto y tratar de ser agresivos de una vez por todas a la hora de incorporar a un jugador con talento en el backfield, porque cuando en Baltimore ha habido un gran RB como fueron Lewis o Rice, las cosas fueron muy diferentes. Ya se optó por no tratar de draftear a ningún RB a pesar del talento que había en esta clase por confiar en los que ya estaban en el equipo pero creo que todos los aficionados de Ravens coincidimos en que lo que tenemos actualmente no es suficiente como para alcanzar el nivel de juego deseado por todos.
@Nayonssen
La cosa se complica y ahora se añade lo de Flacco que veremos cuanto tiempo está sin entrenar. A los nombres que has mencionado para una posible incorporación al equipo se pueden sumar Alfred Morris y Ryan Mathews, he llegado a leer como opción Tevin Coleman o Mark Ingram pero entre nuestro mermado Salar cap que antes de la incorporación de Bobby Rainey ya se decía que al inicio de temporada regular tendríamos con los ajustes un cap libre de poco menos que de un millón y que no somos tendentes a perder rondas de draft la cosa está muy complicada. Lo que me resulta curioso es el hecho de que ya se consideraba la contratación de Bobby Rainey incluso antes de lesionarse Dixon lo cual indica poca confianza en el backfield y si encima ahora se te lesiona tu RB más potente, el drama aumenta. Una vez más la temporada parece complicada y ya son muchas …….
Lo de Tevin Coleman y Mark Ingram es un imposible utópico