Apolo III

«Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad». Con esta frase de belleza impoluta y construcción impecable se dirigió Neil Amstrong a sus congéneres tras pisar la superficie lunar y colmar un viejo anhelo de toda la raza humana. Un lema que trata de explicar cómo a veces los «pequeños» gestos pueden producir «grandes» cambios. El esfuerzo y entrega de un «hombre» pueden derivar en cambios de toda una colectividad o «humanidad». Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo Apolo 

Brian Flores comparte la filosofía del astronauta estadounidense. Las cosas sencillas bien ejecutadas y el esfuerzo diario son las claves para el éxito del mañana. Confía en que los detalles trabajados con mimo en los entrenamientos de cada día supongan meritorios avances en los partidos de temporada. Esta filosofía vital del entrenador de Miami se ejemplifica con sus métodos de entrenamiento (imposible olvidar el muro TNT) y la recuerda en cada rueda de prensa con sus indisolubles lemas de «work hard» (trabajo duro) y «put the team first» (pon al equipo primero).

 

Desde el día uno, «work hard» / thephinsider.com

 

Los Dolphins confían en que un nutrido grupo de jóvenes jugadores, sobre todo de segundo año, exhiban la progresión esperada que posibilite una mejoría en el rendimiento del conjunto y ponga a la franquicia en disposición de luchar por la gloria deportiva. Después de un año de competición marcado por la pandemia, estos deportistas han disfrutado de una pretemporada completa y sin restricciones para asimilar el duro mundo competitivo de la NFL.

En esta peculiar “conquista del universo” deportivo de la NFL, Tua Tagovailoa es nuestro particular Neil Amstrong. El capitán del proyecto deportivo debe clavar, como hizo Amstrong sobre la superficie lunar, la bandera de la victoria de los Dolphins en cada campo “colonizado” con una victoria aquamarina. En su primer año, marcado por la incertidumbre y la recuperación de su severa lesión de cadera, Tagovailoa cosechó seis victorias, obtuvo 1814 yardas de pase, 11 pases de touchdown con 5 interceptaciones.

Hay gente que ya ha perdido la esperanza con el hawaiano. Voces que proclaman que es un “bust” y que los Dolphins deberían buscar una nueva imagen para su proyecto. La mayoría, sin embargo, considera que aún es pronto para hacer evaluaciones. Esta primavera Tua ha trabajado sin descanso para que sus problemas de cadera queden relegados al olvido.

Miami ha prescindido de Chan Gailey y ha buscado un entrenador de quarterbacks (Charlie Frye) y unos coordinadores ofensivos (Studesville y Godsey) que confían plenamente en el jugador. Han puesto a su servicio nuevas armas ofensivas  (Fuller, Waddle y compañía) para que desarrolle todo su potencial y comande este “Apolo” futbolístico que ha construido Brian Flores. 

El hawaiano no está solo en esta “odisea deportiva ”de los Dolphins. Hay dos jugadores cuya evolución se antoja decisiva para el desempeño del quarterback y el éxito grupal. Dos hombres cuya misión es proteger a Tagovailoa. El primero es Austin Jackson. El jovencísimo y atlético left tackle de Miami acumuló 12 titularidades en su primera temporada permitiendo 4 sacks en un total de 848 snaps jugados.

 

Austin Jackson / trojanswire.usatoday.com

 

Dejó destellos de su enorme potencial alternados con claros signos de inmadurez e inconsistencia. Una inoportuna lesión truncó su temporada obligándole a parar 4 semanas. Tras reincorporarse al grupo su rendimiento no fue el mismo. Si Jackson da su particular «pequeño paso» adelante, la ofensiva de Miami espera dar un «gran salto» colectivo.

El segundo hombre clave en las trincheras es Robert Hunt. Debe generarnos ilusión contemplar su desarrollo en la parte derecha de la línea de los Dolphins. Como rookie disputó 722 snaps, permitiendo 3 sacks y obteniendo grandes valoraciones (general de 65.8 , en protección de pase 65.2 y brillando en el juego de carrera con 74.0) por sus actuaciones de Pro Football Focus.

Hunt terminó la temporada como uno de los mejores right tackles de la competición y es uno de los jugadores que más expectación genera en esta nueva campaña. Solomon Kindley, por lo visto en los primeros entrenamientos y partidos del 2021, no tiene asegurada la titularidad en su segundo año en el sur de Florida, pero podemos estar seguros de que cada vez que salte al césped nuestro “Big Fish” dará todo lo que tiene dentro de su monumental cuerpo.

Raekwon Davis es otro integrante clave de la “tripulación” defensiva de Miami. Sorpresa agradable y mejor “novato” de los Dolphins de la temporada 2020, Davis debe establecerse como un muro infranqueable en el centro de la línea defensiva. Colosal frente al juego de carrera (fue el tackle defensivo de primer año con más éxito en la defensa terrestre) tiene potencial que pulir atacando a los quarterbacks rivales. En su temporada inaugural en la NFL terminó con una valoración global de Pro Football Focus de 71.1. La pareja que puede formar junto a Wilkins debe atemorizar a las ofensivas rivales.

 

Brandon Jones asumirá mas volumen de juego según parece / phinphanatic.com

 

En la secundaria Brandon Jones es el señalado para incrementar sus minutos sobre el terreno de juego. Con claras dotes de liderazgo, el safety demostró, especialmente en el tramo final de la temporada, su inteligencia para entender el juego. Muy valioso por su eficacia como placador y sus habilidades en cobertura, Flores lo utilizó regularmente en la “caja” vigilando a los corredores o tight ends rivales. 

En todo plan hay incógnitas que resolver. Factores que pueden desestabilizar o desequilibrar la balanza hacia uno de los lados. Si miramos a la clase de rookies de los Dolphins del año 2020, el “factor X” (curiosamente no nos referimos aquí a Xavien Howard) de la promoción es Noah Igbinoghene.

Jugador muy joven e inexperto que en su primer año dejó más incógnitas (su duelo con Stefon Diggs recrea dolorosos recuerdos en el aficionado de Miami) que certezas. Imposible predecir, a día de hoy, su papel en la defensa de Flores y si su huella quedará marcada en la memoria a largo plazo de la franquicia o será borrada por el implacable paso del tiempo sin dejar el menor rastro de su existencia en Miami.

En esta tercera “misión” de Brian Flores al mando de la franquicia que acaba de despegar, su particular “Apolo III”, habría que sumar también las variables y el rendimiento que pueden aportar a los Dolphins los fichajes de esta campaña y la prometedora clase de jugadores seleccionados en el último draft.

La aventura deportiva se ha planificado minuciosamente con una idea en la cabeza. Un objetivo, que puede parecer a día de hoy tan inalcanzable como pisar la superficie del satélite terrestre en 1969, llamado trofeo Vince Lombardi.  La NASA necesitó cinco misiones tripuladas para poner un pie en la luna. Habrá que esperar para comprobar si Flores consigue algún año su difícil conquista deportiva. El “comandante” hondureño anhela, como diría el célebre astronauta, que el “pequeño paso” de sus jugadores suponga en un futuro cercano un “gran salto” para toda la “Dolfandad”.

 

Hugo Manero

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