El repaso del All-22 de los New England Patriots evidencia señales de vida. Desentrañamos lo sucedido en este encuentro. Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots Patriots
Los New England Patriots cayeron por 21 a 24 en su duelo de la semana 16 ante los Buffalo Bills en el Highmark Stadium de Buffalo, Nueva York. Aunque todas las derrotas computan igual en el balance, no todas son iguales. Por primera vez en varias semanas de competición los New England Patriots se plantaron con seriedad en el césped y se mostraron relativamente eficaces en ambas facetas del juego, lo que les permitió mantener contra las cuerdas por momentos a un rival de la más alta entidad. Tras repasar el All-22 del encuentro, vamos a repasar los planteamientos del staff de New England y a profundizar un poco en las Xs y las Os de lo que pasó el domingo en el césped.
Alex Van Pelt ganó una batalla, pero terminó perdiendo la guerra
Tras una semana dura en la que se cuestionó duramente el plan ofensivo diseñado contra Arizona, Alex Van Pelt se mostró mucho más preparado desde la banda para atacar a esta defensa de Sean McDermott. El coordinador ofensivo elaboró un plan cuyo objetivo era canalizar la agresividad de la defensa de Bills y su ansia por penetrar en el backfield para generar ventajas que permitieran a sus jugadores mover las cadenas.
Bajo esta premisa, Van Pelt había preparado varias jugadas de screen en las que New England permitía a los rushers rivales ganar profundidad para colocar a un jugador en campo abierto con un par de bloqueadores por delante.
Austin Hooper picks up 11 on the TE Screen – would like to see #77 & #59 block someone, but still a nice play. #Patriots pic.twitter.com/xEzrudiFJe
— 🏆🥇 (@fsh733) December 22, 2024
En esto que solemos llamar “el partido dentro del partido”, Van Pelt también preparó jugadas terrestres en las que la agresividad de Buffalo terminaba por pasarles factura. Fue muy refrescante ver cómo la línea ofensiva ejecutaba de manera eficiente conceptos de counter y trap ante los que la línea defensiva de Buffalo no era capaz de ofrecer respuesta. Fue uno de estos diseños el que provocó que Smoot, defensive end de Bills, sobrepenetrase el backfield de New England y permitiese a Rhamondre Stevenson encontrar un carril para avanzar que le acabaría llevando a la zona de anotación. En general, Van Pelt interpretó de manera correcta el guion inicial del partido y planteó cuestiones muy interesantes a McDermott.
Rhamondre Stevenson truckin’ to the end zone!
Patriots lead 14-0 in Buffalo.
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📱: https://t.co/waVpO909ge pic.twitter.com/bYi53bKX5p— NFL (@NFL) December 22, 2024
El plan ofensivo de New England se cimentaba además en la capacidad de su joven quarterback de diagnosticar la presión y soltar el balón con anticipación. Con la inestimable ayuda de Henry y Hooper, Maye movía cadenas desde el pocket contra los paquetes de presiones simuladas y blitzes que McDermott le lanzaba. Una de las virtudes de un buen entrenador, sin embargo, es la capacidad de alterar el guion de un partido; y McDermott es miembro de ese club.
Durante la segunda parte McDermott subió la intensidad de su planteamiento defensivo marcando como objetivo principal el desplazar a Maye del pocket, forzándole a tener que escapar de la presión y así reducir el terreno efectivo que el joven quarterback podía aprovechar para diseccionar a la secundaria. La línea ofensiva de New England, cuestionable de por sí, no encontró respuestas a los overloads de McDermott. Van Pelt no pudo sobreponerse a este revés táctico. A partir de ahí, el ataque de Patriots fue poco a poco perdiendo consistencia y cometiendo errores que a la postre le costarían el partido.
Receivers were open vs 0 blitzes on the #Patriots final Red Zone drive, but they took forever converting for multiple reasons:
– Overload blitz/no immediate answers
– Lowe outside-in vs slot blitz
– Underthrown ball (DPI), missed coverage breakdown
– Pop drop
– Snap dropBUF… pic.twitter.com/TevPt7hReW
— Taylor Kyles (@tkyles39) December 23, 2024
Los brotes verdes de Covington aparecen en su regreso a los fundamentos
La aparente regresión de la defensa de New England ha sido durante semanas la comidilla de las tertulias deportivas generadas alrededor de la franquicia de Foxborough. El bajo perfil de las aspiraciones de Patriots ha provocado que esta narrativa no se tradujera en titulares sensacionalistas de grandes publicaciones, pero el runrún nunca dejó de estar presente en los medios afines a los de Foxborough.
El duelo ante la ofensiva de Bills, un equipo contendiente al anillo con un quarterback rindiendo a nivel MVP, se antojaba trágico para un DeMarcus Covington que notaba cómo su asiento se calentaba por momentos y la seguridad de su puesto como coordinador defensivo se resquebrajaba. Cree el que escribe que planes como el del domingo le permiten ganar tiempo para demostrar que puede ser el líder de la defensa de New England en esta nueva etapa de la franquicia, ya que consiguió frustrar y enjaular a Josh Allen a través de la solidez y la seriedad de una unidad que necesitaba dejar buenas sensaciones en el tape antes de cerrar la temporada.
¿Qué urdió Covington para conseguir su objetivo? Simplemente se limitó a potenciar las virtudes de su defensa. Con un frente más pesado que talentoso, la línea defensiva sacrificó la penetración para centrarse en conceptos de 2-gap que mantuvieran a Josh Allen en el backfield y sin posibilidad de encontrar carriles de escape. El 2-gapping es, en esencia, sujetar a tu bloqueador en la línea de scrimmage y darte la oportunidad de jugar el balón a sus dos lados. Requiere de disciplina ocular y poderío físico, ya que tienes que deshacerte de tu par para poder atacar al jugador con balón. New England ejecutó estos conceptos con solidez y solvencia, como se puede ver en la jugada que se muestra a continuación.
#Patriots get the 3rd down sack on Josh Allen! pic.twitter.com/RR4UqHcAH9
— 🏆🥇 (@fsh733) December 22, 2024
A su vez, la secundaria de Patriots se hizo fuerte en su virtud de cubrir a los rivales al hombre. New England jugó cobertura al hombre en 21 de 34 dropbacks de Josh Allen, limitando las opciones del pasador rival y atascando el juego de unos Bills cuya principal debilidad es la falta de verdaderos playmakers en el perímetro.
Lo malo de encontrarte en el césped a un rival de la más alta entidad es que generalmente estos equipos tienen un arsenal de armas completo. Aunque parece que Joe Brady no tuvo que recurrir a la artillería pesada para sacar el partido adelante, tampoco le resultó sencillo deshacer la maraña planteada por Covington. En esta vuelta a lo básico planteada por el coordinador de Patriots, Buffalo se apoyó en su contundencia en el juego de carrera para desangrar poco a poco a una valiente defensa de New England. James Cook anotó en una carrera de 50 yardas y promedió 10 yardas por acarreo. Aún eliminando su mejor carrera de la noche, su promedio se mantiene en 5 yardas por acarreo. La matemática es inapelable: si cada vez que corres ganas cinco yardas es bastante probable que el partido se te ponga de cara.
Resquicios de luz en un ataque limitado que regaló tres balones
El ataque de New England entregó el balón a Buffalo en tres drives consecutivos. En un partido en el que tu defensa únicamente concede dos drives de anotación a tu rival, conceder 10 puntos de manera casi directa mediante pérdidas de balón es letal. El fútbol americano se gana desde todas las facetas, y el equipo de Jerod Mayo tiene pendiente cuajar sesenta minutos completos de fútbol de calidad. Algo a lo que, quizás, cuando más se acercaron fue en la primera semana de la temporada.
Drake Maye tuvo un partido, en líneas generales, muy sólido. Sin embargo, no fue inmune al cambio de guión de McDermott y su rendimiento fue decreciendo durante la segunda mitad, teniendo que generar yardas en jugadas de improvisación y forzando pases en los que su base y su mecánica se salían de la estructura habitual. El inmenso talento de brazo de Maye le permite completar jugadas que levantan a los aficionados de sus asientos con una facilidad pasmosa, pero hay ocasiones en las que la moneda te devuelve la cruz y el balón termina en las manos del rival.
En la jugada de su pase interceptado, Maye no es disciplinado con sus pies. La presión le fuerza a alterar su base y no puede generar el momento de torsión necesario para que el balón llegue al sitio. Ese balón es lanzado únicamente con el brazo, y por eso se queda muy corto.
Bills ball brought to you by Cam Lewis!
📺: @paramountplus & @NFLonCBS pic.twitter.com/CAg7KMqnCM
— Buffalo Bills (@BuffaloBills) December 22, 2024
Hablando quien escribe, no parece del todo preocupante que un rookie pruebe la temperatura del agua de vez en cuando y compruebe los límites de su capacidad de playmaker, siempre que eso sirva para que en el futuro esas habilidades se canalicen de forma inteligente. Si queríamos huir de este tipo de jugadas, Drake Maye no era nuestro hombre en el pasado draft.
Al margen del pase interceptado, Maye tuvo tres jugadas más de carácter directamente negativo en su haber durante el encuentro ante Bills. Un par de balones imprecisos, algo relativamente habitual en él, y un snap perfectamente válido que terminó en el suelo –y que impidió aprovechar a un Kendrick Bourne desmarcado en la end zone–, se presentan como máculas en lo que fue otro partido sólido de un Drake Maye que progresa adecuadamente y que continúa generando mucho más en lo positivo.
En ese sentido, su jugada más brillante le vio colocar de manera exquisita el balón en las manos de Kayshon Boutte 30 yardas más allá del punto de partida. Buffalo planteó cobertura al hombre en press con solo un safety defendiendo en profundo, y Drake Maye está haciendo pagar a los rivales en estas situaciones con mucha frecuencia este año.
Drake Maye DIME to Boutte for the TD!
📺: #NEvsBUF on CBS/Paramount+
📱: https://t.co/waVpO8ZBqG pic.twitter.com/lyOsqDG3zs— NFL (@NFL) December 22, 2024
Un punto negativo, a atribuirle a todo el plantel y personal técnico de carácter ofensivo, es la incapacidad que muestra esta unidad para conseguir una yarda cuando la necesita. Demasiadas veces situaciones de “and one” se les atragantan a los New England Patriots, que ya sea por penalizaciones o malas ejecuciones tienen una preocupante tendencia a ir hacia atrás en estos momentos. La inclusión de la zone read con Drake Maye fue una novedad bienvenida, y permitió la conversión de un 4&1 clave para mantener a New England con vida.
Otra nota marcadamente negativa tiene que irse, necesariamente, hacia el rendimiento de Demontrey Jacobs como right tackle durante todo el encuentro. Resulta duro exigir a un jugador de un perfil quizás inferior que ofrezca un rendimiento por encima de su talento ante un rival de esa entidad, pero la calidad del producto que dejó en el campo fue deficiente cuando menos. De la misma forma, una tercera nota negativa se va al hecho de que tanto Rhamondre Stevenson como Antonio Gibson cometieron sendos fumbles en el juego de carrera. Afortunadamente, solo uno de ellos acabó en manos del rival. Un equipo como New England tiene que cuidar mucho mejor del balón si quiere ser capaz de ganar partidos en esta liga. El primer paso para intentar ganar a tu rival es no perder contra ti mismo. Espero que Jonathan Kraft tenga eso apuntado en alguna página de su libreta.
Los puntos a mejorar en los New England Patriots no son pocos, pero el hecho de afrontar los albores de una reconstrucción no debe nunca privar a los aficionados de intentar encontrar resquicios de luz y brotes verdes a partir de los que comentar la ilusión de que la franquicia pueda volver a vivir días grandes.
Mientras tanto, podéis seguirme en X en la cuenta @alvaromorcuq para seguir hablando de cualquier cosa relativa a los New England Patriots o de fútbol americano en general.