La ante penúltima semana de la temporada ha llegado y es una realidad: los Jets fueron abatidos.
Como buen diciembre los regalos y reuniones no se han hecho esperan en este rincón del mundo. La mayoría sabe de mi pasión por las 100 yardas, pero pocos saben de mi amor por la lectura y a mis manos llegaron 3 libros de autoría de Gabriel García Márquez. Tú dirás, ¿Y eso qué tiene que ver con la NFL?. Casualmente, estos 3 títulos me llevaron a pensar en la tragicomedia que hoy vive la franquicia neoyorquina. Tras una temporada tan oscura como la misma noche que cobija a la ciudad que nunca duerme. Y como quiero compartirte un poco de mi regalo, aquí te dejo mi reflexión de la temporada 2024 a través de estos encabezados.
En agosto nos vemos
En Florham Park agosto se pintaba de verde esperanza, una pretemporada que ilusionaba a todo el mundo. Creando la expectativa de que los tiempos de sequía se terminaban este año. Lo tenían todo: un gran equipo, un staff sensacional, la promesa de un veterano exitoso y un calendario que podrían resolver con gran perspicacia y talento, pero ¿Qué falló?. Para mí, la respuesta fue el exceso de confianza. Era tanta la necesidad del equipo de demostrar que un nuevo contendiente estaba en la conversación, que se les olvido que agosto sólo era el calentamiento y no el arranque.
Crónica de una muerte anunciada
El 8 de octubre los fantasmas de la duda y la incertidumbre llegaban a habitar el edificio de los Jets. Tras la inesperada y polémica salida de Robert Saleh como Head Coach ¿qué equipo podría sobrevivir a un cambio tan complejo y en una carrera de 17 semanas donde sólo habían transcurrido 5 de ellas? Incluso en este punto las oportunidades de cambiar el rumbo aún eran tangibles. Sin embargo la sentencia se firmó en Semana 12, en pleno Bye Week. Esta fue dejando ir a uno de los hombres que colaboró a crear uno de los vestidores mejor armados de talento joven y prometedor en los últimos años. El General Manager Joe Douglas dejo su puesto. Pero al parecer en la oficina principal estos esfuerzos no fueron suficientes para continuar dentro de las filas, haciendo evidente que más allá de lo que pasaba en el terreno de juego. En New York ya no se estaba pensando en playoffs, sino en limpiar la casa y enfocarse en 2025. En pocas palabras, se rindieron antes de incluso pelear.
Un señor muy viejo con alas enormes
Está demás extender el ya tan viciado tema de Aaron Rodgers. La creación de un ecosistema alrededor de un jugador y su llegada como respuesta a las plegarías de toda una ciudad que ha perdido la esperanza en los emparrillados. Sin embargo es importante señalar que aunque muchos le echan la culpa al dorsal 8, mi enfoque me permite entenderlo diferente. La misma decisión de cubrir las necesidades (y caprichos en algunos puntos) de un solo jugador, es la misma errónea responsabilidad de focalizar que un solo jugador cubra las deficiencias de todo un equipo. Si bien Rodgers que no es santo de mi devoción, tiene la experiencia y el talento para ejercer en este deporte. También necesitaba de un staff que lo apoyara a hacer su trabajo de la mejor manera. Esta claro que en más de un escenario la comunicación entre el sideline y los jugadores era un protocolo y no una herramienta.
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A pesar de que estos títulos hoy están en mis manos y no me he sumergido en sus páginas, podrás entender que los puros nombres me han llevado a la imaginar o incluso empatizar como un equipo que puede no ser el peor de los 32 en la liga. Sin embargo, el vivir en una novela de drama total durante 16 semanas ha sido toda una travesía. Y, con toda sinceridad puedo decirte que esto no me desanima aún con la incertidumbre del 2025 y todos los planes que Woody Johnson pueda tener. No lo sé, podríamos imaginar que en la cacería de la temporada baja nos traiga talento experimentado para consolidar a esta generación joven y ávida de victoria. Que las entrevistas para head coach nos devuelvan a Rex Ryan. Otra sería, por qué no que el Draft 2025 nos dé la oportunidad de recibir en las filas a la próxima gran leyenda del grill.
Aún faltan dos semanas por jugar. Y aunque ya no hay mucho que pelear más que el honor divisional contra los Buffalo Bills 23y los Miami Dolphins, es una realidad es que el horizonte es pardo y sin color. No obstante, los sabios dirían: “Cuando más oscuro está, es porque ya está por amanecer.”
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