De nuevo nos asalta la duda de por qué se repite el patrón de la plaga de lesiones en los San Francisco 49ers. Los aficionados nos animamos a debatir sobre los factores que hacen que el equipo arrastre temporada tras temporada este hándicap, a pesar de que incluso con la enfermería llena se muestre competitivo. Hablamos con cierta ligereza de jugadores “injury prone” (propensos a lesionarse), de una planificación física deficiente, de negligencia en las obligaciones de los jugadores durante la offseason, de simple mala suerte, del turf artificial… De entre estas opiniones, ¿hay alguien que tenga razón por encima del que opina lo contrario? Mi intención con el presente artículo no es tanto responder a esta cuestión, como ayudar a entender y aclarar según qué cosas para que estas opiniones se llenen de sentido, racionalidad y objetividad.
INTRODUCCIÓN
Para empezar, me gustaría haceros una pregunta a modo de reflexión: ¿Cómo definiríais este deporte? ¿Qué es el fútbol americano? Tras leer varios artículos científicos y encontrar múltiples definiciones, he querido formular la mía propia: “El fútbol americano es un deporte de equipo y de contacto basado en una competencia en el campo que se caracteriza por patrones repetidos de movimientos intermitentes de alta intensidad y corta duración que involucran: aceleraciones, deceleraciones, carreras de velocidad y carreras multidireccionales, seguidos por períodos de recuperación de baja intensidad y estrategias tácticas entre jugada”.
Efectivamente es un deporte de equipo y también de contacto, pero como todos observamos, no es un contacto normal, ya que los atletas se exponen a colisiones tremendamente fuertes y de manera repetida en las acciones de “tackling”, “blocking” y “ball-carrying”.
Un estudio del año 2016 obtiene unos que mide con un acelerómetro las fuerzas “G” de los contactos que se dan durante partidos de NCAA y ha clasificado los impactos de la siguiente manera:
- Muy leves: aquellas aceleraciones, deceleraciones o cambios de dirección entre las 0-6.0 G.
- Leves a moderados: colisiones menores con otros jugadores y contactos con el césped de entre 6.1-6.5 G
- Moderados a fuertes: aquellos impactos con rivales a velocidades moderadas entre 6-7 G.
- Fuertes: aquellos impactos derivados de colisiones de alta intensidad entre 7.1-8.0 G.
- Muy Fuertes: impactos resultantes de colisiones a alta intensidad y velocidad entre 8.1-10.0 G.
- Severos: aquellos impactos que resultan de colisiones a alta intensidad entre jugadores que viajan ambos a alta velocidad. Resultan ser impactos de más de 10.0 G.
Esta es una clasificación como puede haber otra cualquiera (y seguro que las hay), pero aclara que no estamos ante un deporte común, sino ante uno con muchas situaciones de alto riesgo de lesión independientemente de la preparación física y del entrenamiento que hayan llevado a cabo los atletas con sus entrenadores. Podríamos, por tanto, dar como válidas aquellas opiniones de muchos aficionados que aseguran que las lesiones son en un alto porcentaje producto de la mala suerte.
“Pero esa suerte, o esa mala suerte, puede paliarse con un buen entrenamiento”, dicen muchos otros. ¿Tienen razón? Seguramente también la tienen, y me explico. Hoy en día, y aunque se está en constante avance de los métodos de preparación de los deportistas de élite, existen varios métodos de entrenamiento y preparación física aceptados y probados por la ciencia. Probablemente restando algunas excepciones, estos métodos son los que utilizan la gran mayoría de los entrenadores personales y preparadores físicos.
Cualquier preparador empezaría por un exhaustivo análisis del deporte, seguido por un diagnóstico del nivel de rendimiento y entrenamiento del deportista para posteriormente fijar los objetivos, programar el entrenamiento y la competición, y finalmente, realizar dicho entrenamiento. Esto se realiza siempre en el orden descrito.
DEMANDAS FÍSICAS DEL FÚTBOL AMERICANO
Tomando la definición que os daba anteriormente como referencia para hacer un análisis del deporte cogido con pinzas, podemos concluir que las principales demandas físicas del fútbol americano son la resistencia anaeróbica (esfuerzos intensos con claro desequilibrio entre aporte/necesidad de O2 en los que la energía predominantemente se obtiene sin presencia de oxígeno) y la potencia (fuerza por velocidad). Teniendo esto claro, y sabiendo qué tenemos que entrenar y que hay que conseguir atletas sean resistentes a esfuerzos repetidos de alta intensidad, fuertes y rápidos, toca elegir cómo distribuir las cargas de entrenamiento.
Según el carácter podríamos diferenciar las cargas en generales o especificas (mayor especificad cuando la estructura del movimiento se asemeje a la de la competición). En base a todo esto, los contenidos para las cargas generales serían la resistencia de base III o acíclica (aquella para deportes que se caracterizan por un cambio irregular de las intensidades y con recuperaciones incompletas) y la fuerza máxima (máxima tensión del sistema neuromuscular contra una gran resistencia). Y los contenidos para la carga específica, pues son, efectivamente la resistencia anaeróbico-láctica con trabajos entre umbrales y sobre el umbral anaeróbico, así como la fuerza explosiva (la potencia).
CARGAS DE TRABAJO
El siguiente paso sería organizar las cargas y distribuir estos contenidos específicos y generales. En atletas de élite lo más común es encontrarnos ante cargas concentradas, es decir, concentrar el trabajo en fases definidas y en espacios cortos de tiempo.
Como se puede observar en el gráfico, hay una aplicación de carga de entrenamiento muy fuerte (las flechas que van hacia abajo) que provocan un estrés y una bajada de rendimiento del deportista que posteriormente, con el descanso y la correcta periodización y planificación de los mesociclos y microciclos de entrenamiento, va a provocar el efecto que en preparación física se denomina supercompensación.
Todos los entrenadores conocen obviamente estos conceptos y hay que tener muy claro que aplican los métodos reconocidos como válidos. ¿Pueden equivocarse? Por supuesto, al igual que un jugador se equivoca, un árbitro se equivoca etc… Se puede planificar y periodizar de manera errónea.
Pero se hace siempre con la certeza de que la metodología utilizada está respaldada por la ciencia y por años de estudio del comportamiento del cuerpo humano ante la aplicación de cargas de entrenamiento. En este gráfico, vemos como se distribuye la carga de manera concentrada (por un lado, contenidos generales y por otro específicos en un mismo período de tiempo).
PERÍODO VACACIONAL
El período de transición entre temporadas suele estar controlado también por el equipo, que lo lógico es que les dé a sus jugadores, como mínimo, un planning básico de actividades a realizar durante las vacaciones para que la pérdida de forma no sea excesiva. Este entrenamiento vacacional tiene como objetivo favorecer los procesos de recuperación físico-psíquicas y sirve como nexo de unión entre temporadas.
En el fútbol americano la offseason es muy larga y las plantillas y los jugadores bajo contrato son muchos. La franquicia seguramente no puede controlar todos los entrenamientos durante esa offseason de cada uno de los jugadores. Es por eso que se ponen en manos (como podemos ver en las redes sociales de los jugadores) de preparadores físicos o entrenadores personales para llegar a los OTAs y al Training Camp en el mejor estado de forma posible tanto para hacer el roster de 53, como para evitar lesiones. Aquí los entrenadores eligen su método para trabajar con sus deportistas. Mi elección personal sería sin duda utilizar métodos de cargas concentradas, como hemos visto anteriormente, pero como se suele decir, “cada maestrillo tiene su librillo”. Se pondrá también en este período de entrenamiento individual el foco en la propiocepción y prevención de lesiones.
INFLUENCIA DEL TERRENO DE JUEGO
Por último, me gustaría hablar también de la influencia del terreno de juego en las lesiones, que es un tema muy de moda, y concretamente en los 49ers vemos como los jugadores se han quejado cuando tienen que visitar campos como el Metlife Stadium de New York u otros con turf artificial.
En otros deportes se ha observado que si existen diferencias significativas que invitan a concluir que se producen más lesiones de ligamento cruzado anterior (ACL) en césped artificial, aunque en las situaciones de contacto, los datos se igualan y el factor “mala suerte” entra más en juego.
En fútbol americano, vemos como, efectivamente, el riesgo de romper el ACL aumenta en césped artificial en condiciones de seco. Se ha observado como el FieldTurf (nueva generación de césped artificial) provoca mayor ratio de lesiones en esguinces de rodilla, lesiones de cruzado anterior, esguinces de tobillo (sobre todo “high ankle sprains”) y lesiones de hombro. Aunque también hay estudios que no han concluido que haya diferencias significativas.
Con los 49ers en concreto, hemos visto como en este césped artificial se han producido precisamente estas lesiones. Nick Bosa se rompió el ACL en 2020, como Jason Verrett en 2021 o hace unas semanas Emmanuel Moseley. Jimmy Garoppolo y George Kittle, en el fatídico año 2020, también tuvieron esos esguinces altos de tobillo o “high ankle sprain”. Todas estas lesiones se produjeron en césped artificial.
CONCLUSIONES PERSONALES Y PROFESIONALES
Hay muchos factores que analizar cuando un equipo tiene una plaga de lesiones, y por tanto lo que no debemos hacer los aficionados es ser categóricos a la hora de culpar a jugadores, entrenadores y preparadores, terreno de juego o simplemente a la mala suerte.
En el caso de los 49ers, observamos en los partidos que se trata de un equipo muy físico y con un sistema ofensivo basado en la carrera, donde se utilizan formaciones pesadas y se busca dominar desde las trincheras. Esto va a provocar un mayor número de situaciones de bloqueo para los TE y WR y por tanto mayores situaciones de impactos de entre fuertes y severos (entre 7 y >10 G). Vemos como es habitual jugar también “WR screens” para que sean los playmakers (Deebo, Aiyuk, Kittle) los que ganen las yardas después de la recepción. ¿Conlleva un mayor riesgo de lesión? Pues sí, pero también podemos observar que físicamente son jugadores muy preparados, muy difíciles de “tacklear”. Se ha dicho en varias ocasiones que con Shanahan si los WR no bloquean bien, no juegan, y evidentemente para bloquear bien a este nivel hay que estar físicamente preparado.
La adquisición de Trey Lance y la fuerte apuesta dando 3 rondas de draft, bajo mi punto de vista, busca reducir un poco la necesidad de jugar constantemente bajo este sistema tan físico y demandante para los 11 jugadores que se alinean en el ataque. Su talento de brazo puede hacer avanzar muchas yardas al equipo sin necesidad de que existan bloqueos o que haya que conseguirlas “after catch”. Con Jimmy Garoppolo eso apenas puede darse una o dos veces por partido y siempre buscando el factor sorpresa.
Quiero concluir defendiendo a los preparadores físicos y a los entrenadores y descartar cualquier tipo de negligencia en la preparación y periodización de los contenidos, puesto que todo lo que utilizan está basado en evidencias científicas y creo que se hace visible la gran condición física que tienen los jugadores. No quita esto para que a veces se cometan pequeños errores, como pueden ocurrirle a cualquier persona en su trabajo, pero no será nunca el factor decisivo a la hora de explicar las lesiones de los atletas.
Debemos mirar por tanto hacia esa idiosincrasia del propio deporte que ya conlleva un alto riesgo de lesión, al sistema tan físico (pero también efectivo) que juegan los 49ers, un poco al terreno de juego, que hemos visto que si tiene su relevancia y finalmente a la mala suerte de que el tobillo se te quede atrapado entre dos “moles” de 150 kilos como le ocurrió a Trey Lance.
Alberto, @alberlebron en twitter, representando a 49ers España
Alberto es graduado en ‘Ciencias de la Actividad Física y el Deporte’ por la ULe y ‘experto Universitario en Nutrición Deportiva’ por la UNIR. Lo podéis seguir en twitter y si sois de León (España) tenéis que pasar a conocer su aventura profesional: El Centro Deportivo Session (www.sessioncd.es).