Haslam, Sashi, Hue y otros chicos del “montón”

Los que tengáis una edad recordaréis la icónica y mítica película de Almodóvar. Yo, si os soy sincero, no la he visto (aunque sí he visto otras del director). Pero conozco la trama y creo que se adapta como un guante a la situación presente de mis amados Browns.

Pido disculpas de antemano a los almodovarianos que puedan leerlo, porque mi guión no se adapte de forma total y fidedigna al de la película. Pero conociendo el estilo y trama general del director, voy a hacer una versión libre y adaptada a mi visión particular de lo acontecido desde hace un par de años en la franquicia.


«Lucy Haslam»

En esta trama, el actor principal y con el que inicia la historia es el señor Jimmy Haslam. Un empresario de éxito. Un chulazo de pelo canoso, acostumbrado a deslumbrar con su dinero y poder. Al ordeno y mando, y con un historial muy promiscuo de general managers y head coachs que han pasado por su vida sin pena ni gloria.

Como la Luci de la película, le gusta el sado. Aunque en lugar de que le maltraten como a ella lo que le gusta es el rol de “maltratador”. Disfruta ejecutando al GM o HC de turno, y sobretodo, maltratando a la pobre y dura afición de los Browns. Afición que en esta historia podría desempeñar el papel de esa madre abnegada y sufrida (a modo de Chus Lampreave). Que siempre quiere lo mejor para su hijo, y que conoce todos sus defectos. Pero que siempre está ahí, apoyándole en todas sus decisiones y múltiples errores…

Haslam desea cambiar. Sabe que toda esa promiscuidad no le está llevando a nada bueno, y que está continuamente decepcionando a esa “madre”. Ansía mostrarle que es capaz de sentar la cabeza, de crear relaciones estables y duraderas y de llevarla por el camino del éxito (comprándole una casa a modo de Lombardi). Está determinado a enmendarse y a encontrar esos amigos de vida duraderos que le ayuden a dar un golpe de timón a su franquicia.

 

«Sashi Bom»

Entonces conoce a Sashi, que viene a ser la Bom de la película. Un “punky” moderno y transgresor. Con frescas y revolucionarias ideas de cómo crear una plantilla de éxito en base a un complejo sistema de estadísticas y de jugadores con cierta ética de trabajo (aunque no toque en un grupo punk como Bom y vista siempre de pulcro traje y corbata). Un joven revolucionario. Exitoso con sus ideas en el mundo del béisbol y que le deslumbra y aporta un prisma nuevo e ilusionante. Aunque sea el típico amigo del que toda “madre”, clásica y tradicional, recela y no sabe si guiará bien los destinos de su niño.

 

«Pepi Hue»

Y entra en escena la “tercera amiga”: Hue. El que sería la Pepi de la película. Un hombre con amplia experiencia. Con un cartel de mente privilegiada como coordinador ofensivo y de gurú de quarterbacks. El típico amigo que toda “madre” quiere para su hijo, confiando en que le ayudará a asentarse. Aportando veteranía y sabios consejos. Aunque sí es cierto que tuvo una experiencia como HC en Raiders que no salió bien y tiene esa espinita clavada, y ve en el chulazo de dinero y en su amigo el punk la oportunidad de resarcirse y de demostrar al mundo y a sí mismo que es un hombre capaz.

El hijo los presenta a su “madre” (recordemos, la afición) en rueda de prensa a modo de cena familiar. Y ésta se ilusiona y llena esperanza (quizás en demasía). Cree de verdad que por fin su hijo ha reconocido todo lo malo que ha hecho. Que se ha rodeado de buenos amigos, y que ahora iniciará una etapa de estabilidad y de éxitos. Y rezó y dio gracias a Dios esa noche porque Hue decidió ir con el alocado de su hijo y no con otros posibles mejores amigos.

 

(Loco) primer año: el inicio de la amistad

Como sucede siempre en las relaciones, el primer año es alocado, divertido, sorprendente y fresco. Se está en fase de conocimiento y de risas, y todo se perdona.

Es más fácil remar todos juntos en la misma dirección, y aún no han habido experiencias ni momentos duros o traumáticos que solventar. Situaciones que pongan en la palestra si esa amistad es sólida y leal. Si ésos son los amigos y compañeros de vida, o si por el contrario acaban siendo los típicos amigotes circunstanciales para esas locas noches de farra o esos divertidos viajes de vacaciones.

Y así, llegó un primer draft en el que el amigo punk aplicó todas sus visiones y teorías con el beneplácito del chulazo que le financia y del hombre de football que tiene que plasmar y dirigir el proyecto.

Entre risas y camaradería en ruedas de prensa y vídeos internos, se despidió a veteranos y se incorporó a prometedores jóvenes, (a los “chicos del montón”). Y ese primer año acabó con un récord de 1-15. Pero con la firme idea de continuar y remar juntos. Con el convencimiento de que se estaba en el buen camino y de que llegarían los éxitos…

A todo esto, la “madre” (esa sufrida afición de los Browns) penaba por ver que esos nuevos amigos no acababan de cambiar a su niño. Pero quería pensar que estaban divirtiéndose en ese primer año, y que esas malas notas de su hijo eran normales. El año siguiente se vería esa mejoría… Y, entre tanto, tuvo que aguantar la sorna y risa de las otras “madres” vecinas en los descansillos de las escaleras. La “madre” de Steelers, la “madre” de Patriots, etc… Esas “madres” repelentes de niños perfectos, (que en la película bien podría encarnar Rossi de Palma).

Pero estaba firmemente decidida a seguir al lado de su niño Haslam. Pregonando sin desánimo que su niño iba a cambiar. Que tenía nuevas amistades y que pronto le verían subir por las escaleras por delante de sus niños pijos.

Los Tres Amigos (Imagen de Ken Blaze – USA TODAY Sports)

 

Segundo año: la amistad de la pandilla crece y parece afianzarse

La amistad seguía. Llegó un segundo draft y una segunda agencia libre, y para sorpresa de esa gran “madre” coraje su hijo pintaba bien. Parecía al fin estar haciendo las cosas con criterio y sentido al lado de esos amigos.

En la agencia libre, con las incorporaciones de Zeitler y Tretter, con la renovación de Bitonio, con Thomas. Se estaba creando una OL dominante y de élite.

Y en el draft, sorprendentemente, el niño no fue a por el enésimo QB con el pick #1. Se decantó por el mejor jugador disponible: Myles Garrett. No fue a por la chica de las tetas grandes y siguió el consejo de sus nuevos amigos de ir a por la menos deslumbrante pero de futuro más prometedor. Además, se trajeron más jugadores para hacer la DL igualmente sólida y potente. También se reforzaron otras posiciones de necesidad con criterio y con algún robazos como el de Caleb Brantley en sexta ronda. Dos líneas potentes y construidas desde la base que son las trincheras. Siguiendo los cánones del football: una buena FA y un mejor draft. Todo de libro y de manual.

Continuaban las ruedas de prensa conjuntas y felices. Hasta las otras “madres” empezaban a mirar con buenos ojos lo que estaba haciendo Haslam. Apreciar su cambio a mejor. Y lo que es peor: empezaron a hablar bien de su niño a la sufrida vecina “madre” de los Browns, que empezó a ilusionarse. A creer que al fin su niño había alcanzado la felicidad, la estabilidad y esos amigos buenos y verdaderos. Que habían quedado atrás los tiempos locos y promiscuos de su hijo.

Y todo esto, reforzado con una pretemporada invicta que esa”madre” no recordaba ya en las andanzas de su hijo.

 

La amistad a examen: llegan los momentos difíciles

Todo parecía ir bien y viento en popa en la nueva vida de Jimmy y en la de sus amigos. Pero entonces, empezaron a caer las derrotas, y llegar las inseguridades. Ya no había risas ni momentos buenos.

Y ¡cómo no! Hablamos de una trama almodovariana que siempre tiene su escena mítica y transgresora. En la película en cuestión se trata de una meada de Bom a la sadomasoquista de Luci. En mis amados Browns aún no está muy claro quién meo a quién, aunque sin duda hubo meada y de las grandes. Y tuvo lugar en la noche del trade deadline, cuando esa pobre “madre” tuvo que irse a la cama con el alma encogida. Y es que entre su hijo y sus amigotes estuvieron a punto de traerse a McCarron (sin tetas grandes ni futuro prometedor) por un pick de segunda y otro de tercera…

Todo apunta a que empezó a orinar Hue, pero que fue Sashi el que finalmente le meo encima. Abortando ese loco trade a última hora por un supuesto fallo de envío de fax. Aunque creo sinceramente que, al final, la que de verdad será orinada es la “madre”, como siempre…

Y al final toda esta escena dantesca es tan sólo el reflejo de que los amigos ya no ríen juntos. Que ya no reman en la misma dirección, ni tienen visiones e ideas comunes. Pinta que quedarán en simples amigotes de un par de maravillosos años.

 

Epílogo

En la película al final se quedan solas y juntas con sus miserias Pepi y Bom. Sin Luci, que sigue su camino sola. Parece que Sashi y Hue quieren seguir con el chulazo y su dinero, pero no en pandilla de tres, si no expulsando al otro y buscando a un nuevo amigo. Y se puede ver día a día en gestos y declaraciones en prensa de Hue. Ese amigo formal, tradicional y con experiencia que está demostrando estar más alocado y perdido que el neófito y joven punk Sashi, que está siendo más prudente en su obrar y declaraciones, y parece que más acertado en su parcela.

Ironías del destino, porque con el tiempo, esa “madre” de los Browns no quiere más a Hue en la vida de su hijo. Prefiere que éste siga con Sashi y su transgresor proyecto para ver dónde les lleva a ambos. Y a todo esto, Jimmy aún no se ha pronunciado. Sigue con sus amigotes para sorpresa de su “madre”. Aunque nos tememos que al final puede dejar a ambos y retomar su alocada y promiscua vida. Lo que significa, para desgracia de su “madre», ir a por la de las tetas grandes en el próximo draft.


Pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que esa “madre”, que es la afición de los Browns, seguirá ahí. Año tras año al lado de su hijo, apoyándole en los errores y sufriendo con él.

Porque somos inasequibles al desaliento, somos los Browns.

GO BROWNS!!!

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